Ambas tradiciones culturales de Teguise contarán con su propia escultura en el museo al aire libre del municipio
El Ayuntamiento de Teguise, en su afán de seguir plasmando escultóricamente las diferentes tradiciones culturales de su municipio, llevará a la próxima Comisión de Honores y Distinciones las propuestas recibidas por el Centro Sociocultural de El Mojón y por los clubes de Pelota Mano de Teguise para sendas esculturas en honor a la alfarería de “Los Novios del Mojón” y el juego
de la “Pelota Mano”, respectivamente.
Una vez aprobadas las bases por la Junta de Gobierno, el área del Cultura delAyuntamiento de Teguise, que coordina Olivia Duque, convocará los respectivos concursos para la realización de las esculturas, que se unirán a las obras de arte que ya forman parte del museo al aire libre del municipio, con figuras como la del Rancho de Pascua, "Elegua" de los Diabletes, y "El Tela", en el casco histórico de La Villa, y la escultura "La levantada", construida en honor a la lucha canaria, y que está ubicada en el pueblo de Tao.
"Atendiendo a este tipo de propuestas vecinales, promovemos la tradición cultural de nuestro municipio", ha declarado la responsable del área, Olivia Duque. "En ese sentido, estamos trabajando para divulgar y perpetuar nuestras costumbres y nuestra historia entre la sociedad actual", ha añadido la concejala.
El acalde de Teguise, Oswaldo Betancort, celebra que los ciudadanos de Teguise tengan tan presente las señas de identidad de su pueblo, y por su parte, ha manifestado, que "contribuiremos desde la institución pública que presido, a que cada uno de esos símbolos que narran y construyen la historia y la idiosincrasia de Teguise, pervivan en el tiempo, y qué mejor manera de hacerlo, que otorgándole un espacio en las calles de Teguise, para que puedan ser reconocidos públicamente y forme parte de nuestro conjunto histórico", ha manifestado Betancort.
Los Novios de tierra caliza, una seña de identidad de Teguise
La Alfarería en El Mojón, en el término municipal de Teguise, representa la tradición de uno de los centros alfareros con mayor identidad de la isla de Lanzarote. No quedan otros registros documentales que no sean las piezas de alfarería primitiva recogidas en los museos del archipiélago canario.
La loza producida es de origen mixto, fundiendo rasgos aborígenes con formas y técnicas típicas de la cerámica norteafricana. El trabajo de las loceras de El Mojón permaneció anónimo hasta que, al inicio del siglo XX, la madre de Dorotea de Armas Curbelo, último eslabón de la tradición familiar alfarera, se fue al vecino pueblo de Muñique. En el último cuarto del siglo XX, respaldados por el turismo y la conciencia nacional a nivel personal y municipal, alumnos y seguidores de "Cha Dorotea" recuperaron la tradición alfarera en El Mojón.
Entre los más veteranos: Marcial de León Barrios y Teresa Morales Robayna o la familia Brito y María Rosario Armas, desde sus talleres en Arrecife.
Aunque, en conjunto, el proceso de trabajo y las piezas tradicionales son similares a lo producido en el resto del archipiélago canario, algunos aspectos del procedimiento de elaboración son singulares. Así, por ejemplo, el uso de un engobe a base de tegue, una tierra caliza que da a la superficie de la pieza un tono cremoso, sobre el que luego se pintan con almagre un restringido repertorio de motivos florales y geométricos.
Como ejemplo de esta alfarería primitiva, están las populares figuras de los Novios de El Mojón, de gran valor simbólico y con una gran tradición en el municipio de Teguise, que además da nombre al concurso literario Cartas de Amor y Desamor Los Novios de El Mojón, que desde nueve años convoca el Ayuntamiento de Teguise.
La pelota mano, un deporte autóctono con calle en La Villa
Uno de los juegos autóctonos de la isla de Lanzarote es el conocido como pelotamano, una actividad física en la que participan tradicionalmente los hombres adultos de la localidad, cuya presencia y práctica en Teguise se documenta del siglo XVII.
La pelota mano se juega con una pequeña pelota, sin un número fijo de contrincantes (4, 5 ó 6 por equipo). El juego consiste, a grandes rasgos, en intentar devolver una pelota maciza de cuero, de pequeño tamaño y escaso bote, que es lanzada por el equipo contrario, antes de que bote dos veces en el suelo, golpeándola con la palma de la mano.
El origen del juego no está claro, aunque existe una larga serie de hipótesis. La más segura parece ser la que hace referencia a los esclavos que se trasladaban a América desde África, que poseían un juego de pelota con algunas cosas en común y que dejaron su influencia en Canarias, lugar
obligado de paso entre los dos continentes
Teguise ha perpetuado este deporte manteniéndolo en su callejero, pues no en vano una de sus calles servía como cancha para el divertimento de los jóvenes del lugar.