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"El odio como motor político es dañino y destructivo"

 |  30 de marzo de 2021 (17:48 h.)
Ambición de poder
MAGAZINE LANZAROTE

Las intrigas, las frases envenenadas y las puñaladas por la espalda son, desde tiempos inmemoriales, indisociables de la lucha por el poder. No todo es confrontación de ideas en la política, ni todo son estrategias electorales, ni minucioso trabajo legislativo. En un partido se puede encontrar hombres y mujeres con sentimientos muy bajos, como puede ser el desprecio, el rencor, el odio, la venganza.

El odio como motor político es un arma muy dañinas, en ocasiones en la ambición por el poder reina la bajeza.

“La política es, en algunas ocasiones es una batalla de egos entre personas maleducadas”.“En política, el cinismo es un instrumento cotidiano que adquiere su plena eficacia si puede apoyarse en dos patas: el odio y la violencia”.

El espectáculo que están dando algunos miembros del Partido Popular de Lanzarote,  despellejándo en público a su actual presidenta deja mucho que desear y es más que lastimosa dicha actitud.

El odio, las manías personales, los rencores, la mezquindad y la sed de venganza personal, son armas de doble filo que origina mucho daño.

Pretender romper, dividir y enfrentar en éste momento a los miembros del partido cuando mejor está funcionando y cuando más parcelas de poder tiene es un gravísimo y lamentable error.

Jamás ningún presidente o presidenta consiguió tanto como Astrid Pérez para el partido, los afiliados no se deben dejar engañar por estos que hoy quieren la presidencia y que lo único que persiguen es pactar con el mayor enemigo.

Hoy, por suerte, la eliminación del contrario es metafórica, y el ideal ha dejado de ser un aliciente. Pero el instinto destructivo de algunos, con frecuencia acaba siendo autodestructivo, motivo por el cual el Viernes 2 de Abril de 2020, debe presentar "Saray Rodríguez" de manera fulminante su dimisión y desaparecer del Partido Popular de Lanzarote  ella y todos sus seguidores.

Los zombis deben seguir enterrados y no regresar jamás a la vida política.