Daniel Cabecera, concejal de Ganemos Lanzarote en el Ayuntamiento de Arrecife
Tras el incontable número de “Ferias de la Tapa” en Arrecife (al menos cuatro al año), parece que su principal organizador y más firme defensor, Don Rafael Juan González, aún no sabe como conseguir que la feria funcione sin molestar a toda la zona centro.
Esta vez la feria de la tapa se decidió emplazar en la acera de la Playa de El Reducto. Para ello cerraron, desde el miércoles a media mañana, la Avenida Marítima desde la rotonda del Gran Hotel hasta el Cabildo. Cinco días de cierre para un solo día de celebración. Las casetas se montaron en el carril bici, lo cual a parte del inconveniente de esos días añadió un obstáculo más para los ciclistas, además del empedrado carril: el aceite derramado. Por otro lado, al ya de por si complejo tráfico de Arrecife, se le añadió un nuevo inconveniente, y es que hasta el lunes ha sido imposible transitar desde el Cabildo hasta la Rocar por su frente marítimo, complicando la existencia a vecinos, repartidores y perdidos turistas que buscaban la manera de llegar al hotel Diamar con sus maletas.
La Feria se desarrolló con normalidad, suponemos, tras una espectacular noche de Arrecife en Vivo y mientras en la vecina localidad de Playa Honda se celebraba la primera Color Fest. Ya sabemos que no existe comunicación entre nuestros municipios, aunque gobiernen los mismos partidos, y que les gusta que coincidan varios eventos a la vez para competir entre sí y ver quien congrega a más público. Eso sí, cuando la Feria terminó, la avenida del Reducto quedó cubierta de basura, platos, vasos y restos de comida, desperdicios que pernoctaron en la avenida sin que nadie se molestara en pasar a recogerlos hasta la mañana siguiente. Durante la noche parte de la basura acabó en la playa, la cual brindó un excelente espectáculo a los turistas y vecinos que, como todos los días, acudieron desde primera hora. Para colmo nos consta que el camión, cuando por fin pasó, recogió todo sin ningún tipo de separación de residuos para su posterior reciclaje. Se hizo tarde y mal.
Es llamativo que a estas alturas Rafael Juan, que para más inri inauguró su primera feria de la tapa en calidad de concejal de Medio Ambiente, no incluyera en el proyecto papeleras suficientes para que los platos y vasos acabaran en el contenedor; Es habitual que no hubiera papeleras de recogida selectiva; Es sobrecogedor que las papeleras que están fijas en la avenida sirvieran de apoyo dentro de las casetas; Y es vergonzoso que no se previera una comitiva de limpieza especial para que, en cuanto terminara la Feria, la basura fuera recogida y no acabara en la playa más visitada de Arrecife, contaminando el mar y afeando su paseo marítimo. Seguramente sería mucho esperar que tales medidas se le hubieran ocurrido motu proprio a Tomás Fajardo (concejal de limpieza). Probablemente habría preferido repartir escobas y que cada cual recogiera su basura.
La cultura de la feria de la tapa Arrecifeña, o la promoción Turística que presuntamente nos ofrezca la misma (depende de la concejalía a la que le sobren los 25.000€ que nos cuesta montarlas y del despacho en el que se encuentre el Teniente de Alcalde), es por sí discutible, pero carece del menor sentido cuando adolece de tal falta de previsión, organización y limpieza. Aunque tal vez sea mucho pedir, esperemos que en lo sucesivo se muestre un poco más de cuidado y respeto a un entorno propuesto para convertirse en Sitio de Interés científico y se nos evite a vecinos y visitantes la vergüenza de asistir a espectáculos mañaneros como los de este lunes. La capital de esta Reserva de la Biosfera que es Lanzarote merece mucho más.