El presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, y el creador del monumental conjunto artístico, el ecoescultor británico Jason deCaires Taylor, fueron los responsables del tradicional corte de cinta, en este caso, con la particularidad de realizarse bajo el mar, en la puerta de acceso al Museo, lanzando un mensaje de esperanza para el Gran Azul. “Espero que el Museo Atlántico de Lanzarote constituya un portal hacia otro mundo y fomente un mejor entendimiento del precioso medio marino y de nuestra máxima dependencia de él”señalaron desde el fondo marino de la bahía de Las Coloradas, mientras autoridades, invitados y medios de comunicación compartían en directo el histórico instante desde un barco en superficie.
Después de brindar y de hacer un recorrido por el Museo Atlántico, Pedro San Ginés, expresó su satisfacción “por culminar un proyecto de esta envergadura, que ha sido, antes de su inauguración incluso, un elemento de proyección internacional de la marca Lanzarote de incalculable valía, y que, a partir de hoy, aportará un valor añadido notable a la imagen turística de la isla”.
La consejera de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, Mariate Lorenzo, por su parte, señalaba que esta iniciativa es un exponente de las sinergias que se pueden crear entre el Turismo, la Cultura y el Deporte: "Turismo, porque se trata de un evidente atractivo que atraerá a visitantes de todo el mundo; cultura, porque su artífice es de uno de los creadores más relevantes de la escena actual y porque la elaboración de las esculturas ha conllevado un arduo proceso artístico y técnico; y deporte, porque impulsará la industria del buceo, el snorkel y la navegación, que son deportes náuticos, uno de los pilares de la oferta de las islas más allá del sol y playa". Además, Lorenzo resaltó que el Museo Atlántico, el primero submarino de toda Europa, "se ha convertido en la intervención turística con mayor impacto mediático internacional y más prolongado en el tiempo que haya impulsado nunca el Gobierno de Canarias".
El consejero de Turismo del Cabildo de Lanzarote, Echedey Eugenio, destacó que con la finalización de la obra de deCaires Taylor, “Lanzarote cuenta con un elemento diferencial más frente a otros destinos. El Museo Atlántico se convertirá, sin duda, en un atractivo más y en un elemento promocional fundamental para un destino como Lanzarote, que se distingue por su calidad y excelencia”.
El internacionalmente aclamado escultor Jason deCaires Taylor ha instalado la fase final de su último proyecto “Museo Atlántico”, el primer museo de arte contemporáneo subacuático de Europa. Localizado en la costa de Lanzarote, España, esta instalación única y permanente se encuentra a 14 metros de profundidad.
La creación de este monumental proyecto ha durado más de dos años y aspira a crear un fuerte diálogo visual entre arte y naturaleza. Diseñado con un enfoque conservacionista para crear un arrecife artificial a gran escala, los primeros trabajos, que fueron instalados en febrero de 2016, ya han visto un incremento considerable en los índices de generación y abundancia de especies y son ya frecuentados por tiburones ángel, bancos de barracudas y sardinas, pulpos, esponjas marinas y la ocasional raya mariposa.
Esta es la primera vez que Taylor instala estructuras arquitectónicas tan grandes. Las nuevas instalaciones incluyen un muro de 100 toneladas y 30 metros de longitud; la escultura de un jardín botánico que hace referencia a la flora y fauna local y una composición de 200 figuras humanas a tamaño real que forman un remolino humano.
El museo, que ocupa un área de 50x50 metros de lecho marino arenoso desprovisto de vida, está construido con materiales de pH neutro respetuosos con el medio ambiente, y todas las piezas han sido diseñadas para adaptarse a la vida marina endémica.
El proyecto ha sido promovido por los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote, a cuya red se incorpora. Ha contado, además, con la cofinanciación del Gobierno de Canarias.
El museo incluye una entrada y una salida y las piezas se ordenan en una secuencia de 12 instalaciones.
Las nuevas piezas son:
La pira inmortal
Moldeada a partir de un pescador local de la isla de La Graciosa, en la costa norte de Lanzarote, la escultura está formada por una serie de palos de hormigón que representan una tradicional pira funeraria.
Cruzando el Rubicón
Cruzando el Rubicón consiste en una grupo de 35 figuras que caminan hacia un muro y una puerta bajo el mar, que representa un límite entre dos realidades y un portal hacia el Océano Atlántico. El muro, que es parte orgánico, parte industrial, mide 30 metros de longitud por 4 metros de altura y contiene una sencilla puerta rectangular en su centro. Tiene la intención de ser un monumento a lo absurdo, una barrera disfuncional en medio de un vasto fluido, un espacio tridimensional que puede sobrepasarse en cualquier dirección. Enfatiza que las nociones de pertenencia y territorio son irrelevantes en el mundo natural. En tiempos de creciente patriotismo y proteccionismo, pretende recordarnos que no podemos segregar nuestros océanos, el aire, el clima o la naturaleza tal como lo hacemos con nuestras tierras y posesiones. Olvidamos que todo es parte integral de un sistema vivo del que somos responsables.
Cruzar el Rubicón es traspasar un punto de no retorno. El trabajo pretende marcar el 2017 como un momento crucial, una línea roja y un recordatorio de que nuestros océanos y clima están cambiando y que necesitamos tomar decisiones urgentes antes de que sea demasiado tarde.
Portal
El Portal representa una joven chica híbrida mirando hacia un gran espejo cuadrangular que refleja la superficie del océano en movimiento. Formando parte del jardín híbrido, el concepto pretende retratar agua en el agua, una interfaz o espejo hacia otro mundo, el mundo azul. El espejo se eleva sobre una serie de estructuras con forma de cactus que contienen una serie de pequeños compartimentos y de “estaciones vivas” diseñadas para atraer pulpos, erizos de mar y peces juveniles.
Descontrol
Descontrol consiste en un parque infantil en el que juegan trajeados hombres de negocios. Un columpio y dos balancines que demuestran la indiferencia y arrogancia del mundo corporativo hacia el mundo natural. Uno de los balancines hace referencia a una bomba de extracción de petróleo, una observación sobre el control de estos combustibles fósiles y de su uso desregulado. El otro refleja la presión que realizamos sobre las especies marinas y su colapso final si no la controlamos.
Remolino humano
La última pieza del Museo Atlántico es el remolino humano, un conjunto de alrededor de 200 obras figurativas a tamaño real que crean una gran formación circular. Los modelos que la componen son personas de todas las edades y estilos de vida. La posición de las figuras crea una compleja formación como arrecife habitable por especies marinas y constituye una emotiva despedida para los visitantes al final del tour. La instalación artística nos recuerda que hemos evolucionado desde la vida marina y que todos estamos sujetos a los cambios y a la voluntad del océano. La pieza personifica nuestra desnuda vulnerabilidad al poder inherente del mar y nuestra fragilidad frente a su inmensa fuerza y ciclos. De él proviene el oxígeno que respiramos, regula nuestro clima y constituye una fuente vital de nutrientes para millones de personas.
Una visita al Museo Atlántico puede que nos conduzca a un mejor entendimiento de nuestra relación con el medio marino y a apreciar la necesidad de valorar y proteger este frágil ecosistema para salvar nuestras propias vidas.
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martes, 26 de noviembre de 2024