El todavía presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, se convirtió en el  protagonista involuntario de la última jornada del debate sobre el Estado de la Isla, que debía votar 19 de las 26 propuestas presentadas. Y es que dos de las que presentó Coalición Canaria (una sobre un calendario de reuniones para consensuar aspectos del PIOL y otra sobre la rúbrica de la propiedad de los CACT en el inventario de bienes) no prosperaron, al votar en contra los dos consejeros díscolos de las filas nacionalistas, Sergio Machín y Mónica Álvarez.

San Ginés consideró que, en la última jornada del debate sobre el estado de la Isla «entre los unos y los otros» (en alusión a la oposición y a sus dos compañeros de filas enfrentados a su persona) se había sustituido el debate sobre temas de interés general por «una suerte de moción de confianza, un fraude democrático de libro".

El presidente aseguró que el único motivo de pedir el pleno del debate fue "escenificar su mayoría; motivos tienen de sobra y, de hecho, podrán hacerla valer  en el próximo pleno», dijo.

 Sin embargo, el responsable cabildicio no teme una moción de censura. «Por un lado, la oposición no quiere hacer una moción de censura, y, por otra, los consejeros de CC siguen en las filas del partido y, por tanto tampoco pueden, razón por la que envío un mensaje de estabilidad».

San Ginés sospechó que los dos consejeros de su partido habrían apoyado la propuesta de resolución conjunta de PP y PIL en la que se pedía la rescisión de las contrataciones de varios asesores y ayudantes, con un coste de 700.000 euros anuales. El presidente rechazó la propuesta por estar fuera de los asuntos generales del debate que ayer ocupaba.

Por el contrario, salieron adelante otras propuestas que afectan a la petición de cumplimiento del Posei; líneas de ayudas europeas a la estrategia de investifación y desarrollo en tecnología, y el calendario de reuniones para consensuar el documento inicial del PIOL