(piénsese en los recolectores,los cocineros, los distribuidores, y todos aquellos que con los botes, vidrio, tapas, papel, etc, pueden conseguir trabajo de una forma natural y con éxito asegurado.
Conste, que la idea me vino cuando el jueves día 29 de noviembre, subí a Los Andenes, con Paco Díaz, y de vuelta, paro antes de llegar a Caideros de Gáldar, para cogerle unos jaramagos y no se mojara, y al llegar a su casa y dejarlo, me regaló un bote de cardos troceados, y hoy mismo, que bajo de la Cumbre (La Lechuza), con sendos jaramagos a pesar de que me quedan para dos comidas de los últimos que hice, me aprovisioné, para el siguiente guiso, y así lo comenté con mi hermano y cuñada, que lo vieron viable y sugerente, pues en un bote los jaramagos guisados, con su preceptivo refrito y añadido de carne de cochino, sería un producto de calidad, sano y bueno, además de sabroso. Solo habría que calentarlo y servirlo y comerlo o degustarlo y repetir, pues es como una golosina, a añadirle gofio a discreción y según paladar o gusto.
Ahí queda la idea, regalada, para el que quiera llevarla a la práctica. Sería novedoso, y muy interesante, que habiendo tantísimos jaramagos, y antes de que se endurezcan y se florezcan, se los cojan, limpien, laven, retiren hojas deterioradas o amarillas, y quitarles las raíces, y con el corte de ramas extremas, y abriéndolos en cruz, por el tallo, cocinarlos e introducirlos en frascos, y llevarlos a los supermercados y mercados, tiendas y demás lugares del ramo, y sería todo un éxito económico, al margen del alimenticio. Toca, pues, a Sanidad dar el visto bueno y pasar por los controles preceptivos, y aprovechar lo que tan abundantemente nos da la madre naturaleza, y dar trabajo y comida, con algo nuevo...
Ya sueño, con la información que llevará el frasco que puede ser de distintos tamaños-, con letra pequeña, que diga los ingredientes: jaramagos, agua, sal, aceite, (papas), ajos, pimentón, carne de cochino, antioxidante, ácido ascórbico y EDTA, acidulante, ácido cítrico. Conservación: mantener en la temperatura ambiente, y una vez abierto conservarlo en la nevera. En cuanto a la información nutriente: según valores, gramos y ración (valor energético, kcal., proteínas, hidratos de carbono, fibra, sal, etc., etc.), según normativa y legislación. Todo ello en porcentajes, y dejando en el centro el nombre del producto, sin más –pudiera ser-: “Jaramagos guisados”, ocupando el centro del papel y presentación del tarro, con otros recuadros con la garantía, sobre la calidad y laboratorio responsable, con teléfono para el consumidor y dirección de la fábrica, etc. con una foto de fondo de un campo con jaramagos y alguien que los selecciona (u otra más impactante y sugerente).