Sólo hay que menearse, moverse o circular por las inmediaciones de Tahiche o La Villa para ver en los auténticos V2 en que se han convertido algunos micros del deporte base que tanta inocencia llevan en su interior.

      El carril izquierdo para estos “FITTIPALDIS” de tres al cuarto se ha convertido en su hábitat natural, con unas velocidades y adelantamientos más propias de personas inconscientes que de alguien con un mínimo de sentido común y respeto por las vidas ajenas y de paso la suya propia.

     Desconozco que tipo de responsabilidad, que la tiene, puede tener el Ayuntamiento de Teguise a la hora de controlar y supervisar a la clase de individuos que puedan llevar esa clase de micros, los mismos vehículos que ellos ceden a las diferentes entidades deportivas para el transporte de esos niños.

      Pero son sin duda los clubes los que son los máximos responsables de velar por el trasiego de esos jóvenes deportistas, y no sacos de papas, recelando del chofer que los transporta y no dejando que cualquier mindundi con carné pueda convertirse en el amo y señor de la vida de tantos inocentes.

     De momento la suerte ha sonreído.