Repetir elecciones, cuestión de Estado.

Abogado, investigador y analista polítco

Juan Francisco Ramírez | 23 de enero de 2016

Los resultados de las elecciones generales del pasado domingo 20 de diciembre de 2015; particularmente respecto a la composición de la Cámara Baja, es decir, Congreso de los Diputados, y dada la multiplicidad de partidos políticos que ocupan los 350 escaños que componen dicho hemiciclo, en esta ocasión, ofrece un panorama difícil de encajar, pues se da la circunstancia que si bien el clásico bipartidismo ha logrado algo más del 60% del Congreso de los Diputados, alrededor de una docena de formaciones políticas dispares y heterogéneas logran sumar, entre todas, la cifra restante (40%), lo que hace cuasi imposible la formación de un Gobierno de estabilidad, capaz de aguantar todo el período legislativo, es decir, cuatro años.

No cabe duda alguna; el bipartidismo ha decaído, por razones obvias, pese mantenerse; más aún, sus líderes resultan incapaces de establecer los acuerdos exigidos por la representación que ostentan, máxime en unos momentos tan críticos de secesión a los que por la vía de los hechos consumados se enfrenta el Estado; similar a lo que sería un golpe de Estado, tal como ha manifiesta don Luis María Anson, de la Real Academia Española, el pasado 14 de enero de 2016, en su columna CANELA FINA en el diario El Mundo (1). Por lo tanto; podría afirmarse, indubitadamente, que la situación exige un esfuerzo más allá de la visión partidista, tendente a la formación de un gobierno de estabilidad que asegure los intereses generales del conjunto del Estado, revestido de la autoridad exigida para afrontar los problemas que amenazan la integridad estatal.

Ha transcurrido algo más de un mes de las elecciones generales, y, dado el panorama ante el que se encuentra sumida la Nación española; en gran medida, culpa de una clase política que se muestra inmadura e incapaz de entender lo que significa anteponer la política de Estado por encima de la particular partidista; es más, da la impresión de todo lo contrario, es decir, más interesados en lograr pactos de poder partidista que otra cosa.

Los partidos políticos, todos, muestran respeto y recelo ante la posibilidad de una repetición de las elecciones en primavera, que, por otra parte sería lo más razonable y adecuado; al ser el pueblo, único soberano, el llamado a despejar la cuestión; todo lo demás resulta anteponer intereses ajenos al general; más escorados a ostentar el poder político subjetivizado.

En relación al tema expuesto; cabe destacar la opinión de personajes de talla intelectual y política que han significado al respecto; concretamente, mencionar la opinión ofrecida al respecto por el intelectual y polémico don Alfonso Guerra (PSOE), expresada a través de la revista TIEMPO, 22 de enero de 2016, titulado: “Alfonso Guerra ve más probable un Gobierno del PP o unas nuevas elecciones” (2)

CONCLUSIÓN: Llegados al punto ante el que nos encontramos; lo adecuado y sensato, dada la situación política extremadamente delicada que atraviesa España en estos momentos, la solución pasa por la repetición de las elecciones generales; a fin de cuentas, tal como establece la Carta Magna, en su Artículo 1.2: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.”

Juan Fco. Ramírez (Ab. Analista político e Investigador)

La presente exposición ofrecida “ut supra”, se ampara en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Adoptada y proclamada por la Resolución de la Asamblea General 217 A (iii), del 10 de diciembre de 1948; concretamente conforme a lo establecido en su Art. 19: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

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