Iniciada la segunda década del siglo XXI; no queda por menos, que, destacar la existencia de una organización supranacional que de cristalizar políticamente, nítidamente resultaría más idónea que la Unión Europea (UE), en aras de los intereses de los países con raíces comunes; concretamente, nos referimos a los “hispano-lusos”, que, engloban un conjunto de naciones altamente interrelacionadas por lazos lingüísticos comunes, históricos, culturales, étnicos, e incluso religiosos; nos referimos, evidentemente, a la denominada Comunidad Iberoamericana de Naciones, por sus siglas “CIAN o CIN”; se trata de las “Cumbres Iberoamericanas”, celebradas de manera periódica. Siendo la primera de ellas la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, la cual fue llevada a efecto en la ciudad de Guadalajara de México, durante los días 18 y 19 de julio de 1991. Evidentemente, no se trata de un concepto político; sin embargo, viene siendo utilizado de manera genérica. La primera vez que se recoge como tal se plasma en el primer párrafo de la Declaración de Salamanca, XV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada en España, durante los días 14 y 15 de octubre de 2005. [1]
Dicho lo anterior; no cabría por menos recomendar, tanto a España como a Portugal, la conveniencia de liderar la puesta en marcha y consolidación de un proyecto político de naciones iberoamericanas, junto con la salida de ambos países de una Unión Europea, que, a diferencia de los Estados Unidos de Norteamérica, no les une ni siquiera una misma lengua; por lo tanto, la “CIAN o CIN” supondría la consolidación de un proyecto que, incuestionablemente, redundaría en beneficios comunes al conjunto de sus países miembros (actualmente compuesto por 22 naciones); ventajas que rebasan lo estrictamente económico y financiero o comercial, pues aúnan tan importantes campos como el de lenguas comunes, culturales, sociales o religiosos y, ni que decir, de cristalizar, en el ámbito político y militar; su referente más inmediato, podemos encontrarlo en el acertadamente configurado por el Reino Unido de Gran Bretaña, con sus antiguas dominios, colonias y posesiones de ultramar, reunidas bajo la Mancomunidad o Comunidad política de Naciones (COMMONWEALTH OF NATIONS, denominación en inglés); unidad, actualmente conformada por 54 naciones miembros; habiendo reportado, dicha Mancomunidad de Naciones, un importante conjunto de beneficios comunes al conjunto de sus países miembros. Tal es así, que, el Reino Unido de la Gran Bretaña (RU de GB), no ha necesitado de la Europa continental o Unión Europea (UE) decidiendo su salida (“Brexit” por su acrónimo en inglés), mediante la celebración de un referéndum, llevado a cabo en el Reino Unido el 23 de junio de 2016; de hecho, podríamos afirmar que el R.U., no necesita de la U.E., es más, podríamos afirmar que es la Europa Continental, la que necesita de las relaciones con el R.U. Ese ha sido, sin duda, uno de los principales artífices de inclinar la decisión del pueblo británico por la salida de la Gran Bretaña de la U. E.
Conforme a lo explicado en el párrafo precedente, consideramos, que, España y Portugal, deberían emular al R. U. de la G. B.; aunando esfuerzos, tendentes a configurar, definitivamente, por razones obvias, la unión política de los Países Iberoamericanos; abandonando, una Europa que ni siquiera, iteremos, posee un idioma común; más aún, a día de la fecha, tras la salida de la U.E., decidida en referéndum por el R. U. de la G.B., la U. E., continúa sustentado la lengua inglesa, junto al idioma francés, como lengua cooficial; sin embargo, la lengua española, pese ser el segundo idioma a nivel mundial, es decir, con mayor número de usuarios, y una de las cinco lenguas oficiales utilizadas en las Naciones Unidas, no está reconocida como lengua oficial en la Unión Europea; lo cual, es una inequívoca y clara señal, que, por sí sola, bastaría para salir lo antes posible del engendro ruinoso que supone la pertenencia a una organización que nunca ha tenido, más allá de rencores o envidias a la otrora grandes naciones que fueron y podrían volver a ser España y Portugal; evidentemente, caso de salir de la Europa, parafraseando una de las obras del genial Víctor Hugo, “Los Miserables”. Incuestionablemente, los hechos lo demuestran, la Unión Europea, es un entramado de intereses extraños, reiteremos, a los de España y Portugal, que, por más se empeñen en afirmar lo contrario, no reportan beneficio notable alguno que justifiquen la permanencia de dichos países en esa errada U.E.
Conclusión. Podemos resumirla en dos apartados: A) Salida de España y Portugal de la U. E. y B) Inmediata constitución de la Comunidad Política de Naciones Iberoamericanas (CIAN o CIN); lo cual, indudablemente, reportaría enormes beneficios, por razones obvias, a los 22 países actualmente miembros, así como a los intereses del conjunto de sus más de seiscientos cincuenta millones de habitantes, con un PIB aproximado a más de siete mil quinientos millones de dólares estadounidenses; según datos reflejados a 2014. [2]
“La hegemonía mundial de Europa ha caído para siempre.” PANEUROPA – obra citada- (p. 19)
Juan Francisco Ramírez (Analista Político e Investigador Jurídico)
Relación, orden alfabética, de los 22 Países miembros de la CIAN:
Andorra
Argentina
Bolivia
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Cuba
Ecuador
El Salvador
España
Guatemala
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
Portugal
República Dominicana
Uruguay
Venezuela
Países con lengua portuguesa participantes OEI:
Angola
Cabo Verde
Guinea-Bisau
Guinea Ecuatorial (OEI y OISS)
Mozambique
Puerto Rico
Santo Tomé y Príncipe
Timor Oriental
Observadores Asociados
Bélgica
Corea del Sur
Filipinas
Francia
Haití
Italia
Japón
Marruecos
Países Bajos
Países voluntad observadores
Belice
República Árabe Saharaui Democrática
Otros países con vinculaciones históricas o culturales con Iberoamérica
Aruba
Antigua y Barbuda
Bonaire
Bahamas
Barbados
Curazao
Estados Unidos (gobierno federal)
- Arizona
- California
- Florida
- Nuevo México
- Texas
Gibraltar
Granada
Guam
India (gobierno federal)
- Dadra y Nagar Haveli
- Damán y Diu
- Goa
Islas Marianas del Norte
Islas Vírgenes de los Estados Unidos
Israel
Macao
Malasia (gobierno federal)
- Malaca
- Sabah
Micronesia (Estados Federados)
Palaos
San Cristóbal y Nieves
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
San Martín
Trinidad y Tobago
Siglas Referidas:
OEI: Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura; estando conformado por los siguientes Estados: Andorra, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Guinea Ecuatorial, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, Uruguay y Venezuela. Países observadores de la OEI son: Angola, Cabo Verde, Guinea-Bisáu, Luxemburgo, Mozambique, Santo Tomé y Príncipe y Timor Oriental. organismos observadores de la OEI son la CPLP y de la Fundación EU-LAC; La sede de nuestra secretaría general está en Madrid (España) y contamos con oficinas nacionales en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana y Uruguay. El gobierno de la OEI se ejerce a través de tres órganos: 1) Asamblea General: es la máxima autoridad de la organización y está integrada por representantes o delegaciones oficiales del máximo nivel de los Estados miembros. Es, asimismo, la instancia legislativa que establece las políticas generales de la OEI, que estudia, evalúa y aprueba cada dos años el programa-presupuesto global y quien fija las cuotas anuales. También elige al Secretario General cada cuatro años. 2) Consejo Directivo: es el órgano delegado de la Asamblea General para el control del gobierno y de la Administración de la OEI. Está integrado por los ministros de Educación de los Estados miembros o por sus representantes y está presidido por el Ministro de Educación del país en que haya de celebrarse la próxima reunión de la Asamblea General. Su principal misión es la de considerar y aprobar el informe de actividades, el Programa-Presupuesto bienal y el estado financiero de la Organización. 3) Secretaría General: es el órgano delegado permanente de la Asamblea General para la dirección ejecutiva de la OEI y ostenta su representación en las relaciones con los Gobiernos, con las organizaciones internacionales y con otras instituciones. Tiene a su cargo la dirección técnica y administrativa de la OEI, así como la ejecución de los programas y proyectos. [3]
OISS: Organización Iberoamericana de la Seguridad Social; es un organismo internacional, de carácter técnico y especializado, que tiene como finalidad promover el bienestar económico y social de los países iberoamericanos y de todos aquellos que se vinculan por el idioma español y portugués mediante la coordinación, intercambio y aprovechamiento de sus experiencias mutuas en Seguridad Social y, en general, en el ámbito de la protección social. [4]
Citas utilizadas:
[1] https://www.gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/SIC2005679_411-414.pdf
[2] Datos obtenidos de Wikipedia; referidos a los 22 países miembros, año 2014: https://es.wikipedia.org/wiki/Comunidad_Iberoamericana_de_Naciones#Datos_b%C3%A1sicos_de_los_pa%C3%ADses_de_la_Comunidad_Iberoamericana
[3] OEI | Quienes somos | Quiénes somos
[4] https://oiss.org/que-es-la-oiss/
NOTA: Las citas ofrecidas en la presente exposición, han sido consultadas en Internet el 14 y 15/02/2021
Bibliografía relacionada:
FRAGA IRIBARNE, Manuel, “Nuevo Orden Mundial, Ed. Planeta, S. A., Barcelona (1996)
COUDENHOVE-KALERGI, Richard N., “PANEUROPA”, Paneuropa Verlag GmbH, Ausburg y Ediciones Encuentro, S.A., Madrid (2010)
KISSINGER, Henry, “Orden mundial”, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U., Barcelona (enero 2017)
MOA, Pio, “EUROPA”, La Esfera de los Libros, S. L., Madrid (2016)
MÜNKLER, Herfried, “IMPERIOS. La lógica del mundo dese la antigua Roma a Estos Unidos”, NOLA EDITORES, Madrid (2020)
MURRAY, Douglas, “La Extraña muerte de Europa. Identidad, inmigración, islam”, Editorial Edaf, S. L.U., Madrid (2019)
PÉREZ, Joshep, “Isabel y Fernando. Los Reyes Católicos”, Editorial Nerea, S.A., Madrid (1988)