Primero sería un viernes 19 de junio de 2015, cuando pude conocer, a través de varios y diversos medios de comunicación de ámbito nacional; “ABC.es”, “Expansion.com”, y “RTVE.es”, entre otros; una noticia, suscitándome gran confusión, referida a las indicaciones expresadas, presuntamente, por parte del Sr. Restoy, Subgobernador del Banco de España, recomendando al sector bancario en el sentido de incitarles a incrementar sus ingresos por vía de comisiones, la reducción de oficinas, y aumentar las fusiones (1); dichas indicaciones revisten gran relieve; sobre todo, teniendo en cuenta el momento de crisis que soporta o padece, una gran parte de los ciudadanos españoles. Ante tan desafortunadas y/o erradas orientaciones, debemos plantearnos dos opciones, o bien son producto de una mala orientación o, por el contrario, o de una manifiesta insensibilidad. En ambos casos, resultarían igualmente preocupantes.
Luego, cuando ya pensaba que no cabrían más notas de preocupación; la cosa se superaría el martes 24 de junio de 2015, pues ahora sería el propio Gobernador del Banco de España, don Luis M. Linde, el que arrojaría una nueva alarma al expresar públicamente que, “las pensiones bajarán de forma inexorable, pues el sistema público no va a garantizar el nivel de las pensiones; indicando la conveniencia de los planes privados de pensiones” Esto comienza a rayar en lo demencial e insufrible; cabría preguntarse, ¿para qué queremos un Banco de España, que únicamente sirve para atemorizar a los ciudadanos?
Asimismo, deberíamos cuestionarnos la permanencia en la Unión Europea, pues vemos que una gran cantidad de países miembros están permanentemente en crisis económica, por la imposición de políticas de austeridad que en nada benefician al conjunto de los ciudadanos; tal es el caso de Grecia, Portugal, Italia, España, Irlanda, etc., siendo insoportable el dolor generado por una unidad, que resulta buena más que a los poderosos y las grandes corporaciones del capital; ello, me hace recordar la obra del poeta, político y escritor francés Víctor Hugo (1802-1885), “Los miserables” (1862); esa es la Europa a la que nos conducen políticas erradas o inconscientes; es un hecho, los países pierden soberanía y aumenta el número de personas que caen en los brazos de la pobreza.
En una situación de paro galopante, crisis, e incluso miseria, informe de Caritas; véase el VII informe (2014) elaborado por la Fundación FOESSA “Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada” (2) y (3), apertura de comedores escolares en verano, etc., por lo tanto, no son asumibles este tipo de propuestas, por parte del responsable de una institución incardinada en el engranaje estatal; cómo puede alguien que cobra del erario público atreverse a plantear tal cosa. Veamos los posibles y negativos resultados, para el conjunto de la ciudadanía española, caso no frenar tamaño dislate.
- Cierre de oficinas: Ello conllevaría de manera indubitada al aumento del paro, con la consecuente carga al erario público de la Seguridad Social, que tendría que soportar las prestaciones por desempleo.
- Aumento de las comisiones al cliente bancario. Podrían ocurrir dos cosas: a) pérdida de clientes, y b) penalizar al ahorrador; en ambos casos, puede que la única que resultare beneficiada fuese la entidad bancaria privada, no el Estado.
- Fusiones. Con ello, se haría desaparecer la sana competencia, convirtiendo al mercado del dinero, más si cabe, en un oligopolio, con los riesgos que de por sí supondría, para el consumidor o usuario y, consecuentemente al País ¿Dónde queda aquello de la prohibición de monopolios, oligopolios y el cartel?
Una vez expuestas, las posibles consecuencias no deseadas, que se derivarían a corto o medio plazo, para el conjunto de los intereses del País, pues tales medidas tan sólo beneficiarían a las empresas del capital; por ello, debería plantearse la conveniencia de eliminar o prescindir del Banco de España; ello, quizá resultare mucho más adecuado, máxime teniendo en consideración que el BE, se ha convertido, en la praxis, en un apéndice del Banco Central Europeo. La eliminación del BE, reportaría un ahorro considerable; tal medida, resultaría extremadamente beneficiosa para el erario público.
De acuerdo al Presupuesto del Banco de España (2015): Los gastos de personal, están cifrados en 236,75 millones de euros (4); de acuerdo al informe anual elaborado por el BE, correspondiente a 2013: “Por lo que se refiere al régimen de retribuciones de los miembros de los Órganos de Gobierno, lo fija el ministro de Economía y Competitividad de acuerdo con lo establecido en la Ley de Autonomía del Banco de España. Durante 2013, el Gobernador ha percibido un salario bruto de 166,35 miles de euros y el subgobernador ha percibido 195,73 miles de euros. Los miembros no natos del Consejo de Gobierno perciben un salario anual bruto de 51,80 miles de euros; en caso de que pertenezcan a la Comisión Ejecutiva, el salario anual bruto es de 64,98 miles de euros”. (pág.189) (5)
Por todo lo expuesto; hemos de concluir diciendo que los españoles deberíamos exigir la supresión del Banco de España, pues a fin de cuentas, actualmente, resulta más una carga que un beneficio a los intereses del conjunto de los ciudadanos españoles, itero, máxime teniendo en cuenta que las normas respecto a la cuestión financiera y económica de los países del Euro, vienen decididas desde la propia Unión Europea y en particular por el Banco Central Europeo, del que dependen los bancos centrales de los países miembros.
De otro lado, los ciudadanos, en general, deben cuestionarse la necesidad de sostener una institución que no resulta de utilidad a efectos prácticos, para el conjunto de los intereses de los ciudadanos españoles; por más, que puedan ejercer funciones de mediación o arbitraje entre los clientes y/o usuarios y las entidades bancarias, sus decisiones no son vinculantes; es más, las entidades bancarias están dotadas de un defensor del cliente y en última instancia, siempre se podrá acudir, vía demanda, ante los tribunales de justicia competentes, únicos órganos de resolución practica de los conflictos que pudieren surgir entre la entidad bancaria y el cliente y/o usuario.
Asimismo, podemos afirmar que las funciones de supervisión que realiza el BE, a los bancos privados, podría asumirlas, perfectamente, el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.
Por lo expuesto; podríamos concluir aseverando, inequívocamente, que el BE, resulta una institución inviable económicamente, inoperante e innecesaria a efectos prácticos, anacrónica e ineficaz; por todo ello, plenamente prescindible; máxime, teniendo en consideración las declaraciones atribuidas, presuntamente, al personaje indicado “ut supra”.
Los ciudadanos españoles no pueden seguir soportando un entramado institucional desproporcionado y, en algunos casos, dirigidos por actitudes, de algún que otro privilegiado del sistema, beneficiado con sustanciosas remuneraciones, a cuenta del erario público, y, que sin rubor ni pudor se atreven a realizar indicaciones o recomendaciones lesivas al probo ciudadano; faltas de tacto, desconsideración y carentes de sensibilidad respecto a la problemática, que padece una gran parte de españoles afectados por políticas de recortes precedidas de reformas laborales inadecuadas favorecedoras del paro, la miseria (apertura comedores escolares en verano); agobiando, aún más si cabe, a los ya de por sí sufridos ciudadanos; todo ello, causado por la implementación de políticas de austeridad lacerante.
Como reza el refrán popular “A perro flaco, todo son pulgas”. ¡Esto tiene que cambiar!
- ABC.es/Economía, Moncho Veloso, Santander, 19 junio 2015; Expansión.com, Jorge Zuloaga, Santander, 19 junio 2015; RTVE.es/ Agencias. (Internet)
- VII, Informe FOESSA 2014, sobre exclusión y desarrollo social en España http://www.foessa2014.es/informe/uploaded/descargas/VII_INFORME.pdf
- España. La crisis y sus consecuencias OECD 2014 (Internet)
- http://www.sepg.pap.minhap.gob.es/Presup/PGE2015Proyecto/MaestroTomos/PGE-ROM/doc/L_15_A_GR5.PDF
- http://www.bde.es/f/webbde/SES/Secciones/Publicaciones/PublicacionesAnuales/InformesAnuales/13/Fich/inf2013.pdf
Juan Fco. Ramírez S. (Abogado, investigador y analista político)