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José Luis Poyal Costa

Evitar la tercera vuelta

Doctor en Derecho, Licenciado en Periodismo, Profesor Universitario.

José Luis Poyal Costa | 22 de mayo de 2016

Algunos agoreros de mala uva, cuando aún no se ha consumado la segunda vuelta electoral, ya están anunciando la tercera para finales de Octubre, a cuentas de que las urnas del 26J no van a dar una respuesta suficiente que permita una investidura y posterior Gobierno con garantía de estabilidad. Las razones para ese frustrante pesimismo son que no han cambiado ni los protagonistas ni sus programas, permaneciendo un talante que prima el interés partidista y personal por encima del bien común.

Una prueba inmediata de esa cerrazón acaba de darla el Secretario General del PSOE, en su viaje preelectoral a Berlín donde no ha tenido ningún empacho en reiterar su veto a Rajoy, cuando fue preguntado por la posibilidad de una coalición al estilo de la que desde años gobierna  en Alemania. Según Pedro Sánchez, Mariano Rajoy  no es Ángela Merkel. Alguien dijo por lo bajo que tampoco Pedro Sánchez es Sigmar Gabriel, líder del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD).

El empecinamiento de los diecisiete “noes” se mantiene vigente, incluso de forma altanera, negándose siquiera al diálogo con el PP .Un cordón sanitario que se entiende mal cuando ya en plena campaña preelectoral reclama que se retiren otros vetos , mientras él continúa satanizando al PP.

Ya que los protagonistas, líderes y partidos, no han cambiado ni rectificado después del fracaso sufrido para dotar al país de un gobierno, la mejor forma de evitar una tercera vuelta electoral, que sería tanto como poner el sistema al borde el precipicio, requeriría que los ciudadanos asumiesen el papel correctivo, llevando a las urnas puntos de responsabilidad, juzgando de nuevo a cada uno de los políticos de cabecera de lista. 

Es el momento de evidenciar  sus incompetencias, mentiras , el desgaste institucional que han ocasionado, los vetos mutuos, posturnos ridículos y en definitiva dejando en el limbo la recuperación del país que arrastra una década de profunda crisis con el añadido anímico dela corrupción.

Con la lección aprendida, los ciudadanos deben dar la espalda a la telecracia en su hegemonía populista y adanista, recuperando el propio juicio junto a la experiencia vivida, para estar en guardia contra la estafa ideológica que atenta a la ética política.

Las propuestas programáticas  son más o menos conocidas, pero habrá que forzar a los partidos para que revelen con que otros están dispuestos a pactar. Esta exigencia sería una buena fórmula para impedir que por falta de consenso y pactos volviese el circo para dar paso a otra convocatoria.

Como ya se ha repetido , después del 26J tiene que haber acuerdos como los hay en los municipios, en los que por ley no hay segundas vueltas y si nadie puede armar una coalición, gobierna la lista más votada.

Quedan cinco semanas para reflexionar sobre la triste experiencia de los meses pasados y aplicar el juicio para evitar repetir, otra vez, la historia.

 

(*) Periodista. Historiador. Profesor Universitario

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