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José Luis Poyal Costa

Tender la mano

Doctor en Derecho, Licenciado en Periodismo, Profesor Universitario.

José Luis Poyal Costa | 07 de noviembre de 2016


Cuentan en los mentideros que en los pasados días se han despachado en las farmacias más recetas de lo habitual para tratar estados de ansiedad. Las mismas fuentes aclaran que no se corresponde con el viento de castañas, propio de este singular veroño, sino por la demanda de numerosos políticos profesionales, hay más de 50.000, de todos los niveles y áreas, que de alguna manera se sentían concernidos por el anunciado cambio en el Ejecutivo nacional.

Existen antecedentes históricos de esos especiales estados de ánimo. En los “Episodios Nacionales” de Benito Pérez Galdós ,se describen magistralmente las peripecias de políticos y funcionarios, con ocasión de los cambios de turno en el gobierno y administración pública.

Aquí y ahora , con anticipación nerviosa , en unos bandos mas que en otros, comenzaron las especulaciones arriesgadas sobre perfiles y nombres del equipo que acompañaría a Mariano Rajoy en su segunda legislatura. Al final pocas sorpresas. Un retoque continuista parece ser la calificación más aproximada a los propósitos del Presidente, que no pierde ocasión de reiterar las políticas de consolidación económica y lucha contra el paro, como ejes motores para avanzar en otras cuestiones de Estado que incluyen pensiones, pacto para la educación, financiación autonómica, regeneración democrática y unidad de España.

El nuevo portavoz del Gobierno, Méndez de Vigo, el ministro “amable” según dicen, replicando a quienes interrogaban por las razones de no haber avanzado en más cambios, respondió con una referencia hípica: “en plena carrera nadie cambia de montura”. Mariano Rajoy  con​ Montoro, Guindos y B​á​ez, tiene tres pura sangre que ya han demostrado su clase.

El perfil general del nuevo Ejecutivo es el de gestores políticos con amplia experiencia en la función pública y sin compromisos conocidos con lobb​ys empresariales. En general unas referencias distintas a las que escogió Rodrí​guez Zapatero y a las del gobierno en la sombra que tenía Pedro Sánchez.

Se insiste en que la recomendación de Mariano Rajoy a todo el equipo monclovita :“hablar mucho, dialogar mucho, pactar mucho y consensuar mucho”,​ todo ello con amabilidad de trato. Tender la mano día a día, para hacer posible la gobernabilidad en beneficio de todas las gentes y al margen de ideologías. Ya habrá ocasión de comprobar el grado de cumplimiento de esta recomendación. Primero por los que forman la gobernanza del país, pero también por el tono de la respuesta de quienes aspiran a ser alternativa responsable en todos los escalones del poder y representación, asambleas territoriales y locales ,además de los agentes sociales. Sería poner coto a la crispación, al cainismo y a los modos rufianescos que algunos tratan de imponer.

La experiencia vivida aconseja no caer en el “buenismo” sociológico, pero es ya positivo que tengamos un Gobierno que inicie un periodo más sereno y que anuncie una agenda con fechas concretas. Aparte de barullos interesados que trataran de anular al Ejecutivo y hundirlo en el hemiciclo, el Gobierno cuenta con una hoja de ruta consensuada con Cs y con implicaciones del PSOE que le van a permitir echar andar e incluso dar avisos a navegantes.

Tender la mano al adversario político, que no enemigo, merecería una campaña de concienciación. Con el tabaco funcionó.

 

​(*) Periodista. Historiador. Profesor Universitario.​

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