El PRIMER ERROR Y TRAGEDIA.
El problema de credibilidad de las tres religiones abrahámicas, monoteístas y biteístas, surge en cuanto éstas afirman que su dios es único. El COSMO PODER, a diferencia de lo que se llama dios, no es uno, sino el TODO, que no se simplifica ni se junta. El COSMO PODER se puede entender como la numerología que no tiene principio ni final. En sí, es el nunca principio y el nunca final, lo que creó el TODO y a la vez rige y comanda en la Creación formando parte de ella sin que se pueda detectar que parte es la que señala su presencia individual.
Para acreditar esta insinuación, remarco dos versículos de Hechos -que leerás en las líneas siguientes- en los cuales el charlatán del apóstol Pablo, de entre toda su palabrería dogmática, dijo como cierta a los griegos de Atenas:
HECHOS 17:24 y 25
24. El Dios que hizo al mundo y a todo lo que en él hay, siendo Señor del cielo y de la Tierra, no habita en templos hechos por manos humanas,
25 ni es honrado por manos de hombres, como sí necesitase de algo; pues él es quién da a todos vida y aliento y a todas las cosas.
El SEGUNDO ERROR Y TRAGEDIA.
Lo más trágico de las tres religiones abrahámicas, monoteístas y biteístas, aparece cuando en ocasiones afirman que su dios es UNO y el TODO, pero que a la vez existe el diablo. Con esta afirmación, los monoteístas y biteístas comparten el reinado de su dios entre dos poderes que se disputan el Trono de la Creación. Si hay un dios, no puede haber un diablo. Si existe el diablo o la maldad (simples nombres), ello es la respuesta de la lucha que se produce entre lo que naturalmente se forma y se deforma físicamente, o entre lo que naturalmente se agrupa y se desagrupa físicamente. Es, en sí, la necesidad existencial que la materia llamada “humanos” tiene mientras vive y muere, o mientras pasa de un estado a otro. Por ley natural, todo lo que se integra se desintegra, y esto da lugar a que se produzcan entre sí desacuerdos moleculares, que se pueden catalogar como una reacción llamada “maldad y bondad”. La bondad surge cuando la materia humana congenia; y la maldad, cuando la materia humana se detesta o desacuerda.
EL TERCER ERROR Y TRAGEDIA.
Creer con fe no es más que una dictadura psíquica impuesta por algún dogma que hace que una mentira se convierta en una supuesta realidad; algo así como decir que si vivimos en un sueño, no importa cuántos más hagamos. Si tú te lo propones, en un período más o menos de diez años puedes enseñar a un niño o niña a que crea, por ejemplo, que el color rojo que ve es blanco. El niño o niña, cuando llegue al final del período de educación, afirmará desde su conciencia que lo que le inculcaron es realidad, y por lo mismo dirá que el color rojo es blanco, y no habrá forma en el mundo -salvo en casos muy especiales- de hacerlo o hacerla cambiar de opinión; su fe, aunque la interrogue, será perpetua. Las religiones, de igual forma, son enseñadas desde la infancia por obligación y no por libre interés intelectual adulto.
El CUARTO ERROR Y TRAGEDIA.
La controversia que existe sobre lo escrito en los libros judíos, cristianos (Biblia) y en el libro musulmán (Corán), se origina en cuanto a que no todos creemos que esas Escrituras hayan sido inspiradas por su dios, o por algún dios; puesto que estos libros, que hablan de su dios, ponen a ese ser como un Espíritu que premia al justo, que castiga al infiel o injusto; “y ese dios se manifiesta como humano”. Además, los creyentes de estas religiones aseguran que son dictados del dios abrahámico y escritos por los profetas en los 39 libros religiosos referidos en la Tora, en los cuales se pone al hombre como dueño de todo, y se ignora a la mujer como una criatura hecha por el COSMO PODER en iguales condiciones que su compañero hombre.
A la desigualdad entre el hombre y la mujer, se puede añadir que, por herencia judaica, en los países de religión cristiana e islámica (salvo los de lengua castellana y portuguesa) todos dan sólo el primer apellido del padre a sus hijos, y sólo el primer apellido del marido a su esposa (salvo en raras ocasiones), mostrando con ello -sin que muchos lo sepan- la antigua costumbre religiosa de los judíos y árabes de posesión sobre los hijos, e incluso sobre la mujer. Ejemplo: Peter Han-son, Robert Jack-son, o Marie Erick-son, etc.
El QUINTO ERROR Y TRAGEDIA.
Casi todos los que dicen que creen y practican una u otra religión ignoran casi en su plenitud las Escrituras de su fe; así, cada cual, de acuerdo a su educación y con lo que conoce de su religión, se imagina cómo puede ser su dios. Se podría decir que dentro de cada dogma hay muchos pequeños credos. O, en otras palabras: una religión es igual a un credo fraccionado, y por ese desconocimiento religioso de algunos y algunas, igual a un Dios, o a un dios que tiene muchos nombres y muchas formas físicas.
EL SEXTO ERROR Y TRAGEDIA.
Muchos creen y dicen: Dios es amor. Si Dios es amor, entonces sólo existe cuando está presente ese sentimiento. ¿Qué sucede cuando hay maldad?, ¿Existe ese dios sólo por rachas? ¿O nada más que en las partes físicas donde hay amor, y donde hay maldad no? ¿Se esconde ese dios, entonces, de lo malo?
Respondo al la última oración: “EL COSMO PODER es lo bueno y lo ruin, y si Dios existiera sería lo mismo”.
Post datum:. Dedico este artículo a ti que has buscado a un Creador de consuelo esperando que te otorgue una vida eterna en el creído más allá, o vida postre mortum, cuales ilusiones no existen como realidades. De ello la única esperanza que te queda es aceptar que la vida es una velada semi despierta que termina en un sueño profundo que pone fin a cuantas vanidades hayas experimentado en este mundo. Amén.