
Antes que otras muchas que padecen las islas, las causas primordiales que están creando crisis económica y social en Canarias son las siguientes: 1. Turismo masivo descontrolado. 2. Falta de vivienda digna. 3. Carestía de la cesta de la compra. 4. Bajos salarios en la mayoría de los sectores. Y 5. Invasión de inmigración ilegal
La situación en Canarias ha llegado a un punto crítico, enfrentando múltiples desafíos que afectan profundamente a nuestra población. La combinación de altos costes de vida, una economía turística en tensión y una migración descontrolada ha generado una crisis social y económica que requiere atención urgente y soluciones responsables.
Uno de los problemas más acuciantes que tenemos en Canarias es la dificultad para acceder a una vivienda digna. Casi la mitad de la población vive en hogares alquilados que resultan demasiado caros para sus ingresos, y debido a estas carencias otros miles de familias se ven en la obligación de vivir en sus coches, caravanas, en habitaciones como sardinas enlatadas o de okupas.
Los salarios y las pensiones en Canarias, en muchos casos, no alcanzan para cubrir los gastos básicos, lo que genera una situación de inseguridad y vulnerabilidad para muchas familias. Además, el coste de la cesta de la compra ha aumentado en casi un 35 % en los últimos tres años, agravando aún más la situación de quienes luchan por llegar a fin de mes.
La inmigración, tanto legal como ilegal, es otro factor que ha desbordado la capacidad de la región para gestionar sus efectos. La llegada masiva de inmigrantes ha generado tensiones sociales y ha puesto en jaque los recursos disponibles. Algunas organizaciones, como Cruz Roja, han reducido su voluntariado y dependen cada vez más de personal contratado con fondos públicos y, en ocasiones, con empleados que también enfrentan su propia vulnerabilidad.
La presencia de inmigrantes en situación ilegal ha sido utilizada por algunos actores políticos con fines electoralistas, lo que solo agrava la polarización social. Y en lo mismo, las mafias africanas, españolas y oenegés proinmigración ilegal lucran sin consideración alguna como si fueran grandes y manipuladores empresarios.
El turismo masivo, que durante décadas ha sido el motor económico de Canarias, también ha contribuido a la problemática. La expansión descontrolada ha encarecido el suelo y los costes de construcción, dificultando la creación de viviendas sociales y privadas asequibles. La economía local, en lugar de diversificarse, se ha centrado en un sector que, si bien genera ingresos, también provoca desequilibrios y presiones sobre los recursos naturales y sociales.
Por otro lado, el gasto en inmigración ilegal en Canarias alcanza aproximadamente los 1.000 millones de euros anuales. Una cifra que, si se destinara a políticas de vivienda social, podría transformar la realidad de muchas familias. Sin embargo, algunos políticos parecen priorizar intereses electorales, permitiendo la entrada de inmigrantes ilegales sin un control adecuado, con la esperanza de obtener votos en el futuro. Esta estrategia, además de ser ética y socialmente cuestionable, pone en riesgo la cohesión y estabilidad de nuestra región.
La situación inmigratoria en Canarias y en toda España requiere una reflexión profunda y acciones responsables. Es fundamental buscar soluciones que prioricen la protección de los derechos de los ciudadanos nacionales, la gestión eficiente de los recursos y una política migratoria justa y controlada. Solo así podremos evitar que esta crisis se convierta en un camino sin retorno, que ponga en peligro la convivencia y el bienestar de todos y que, dentro de unos años, por la falta de control, tengamos que solucionar los conflictos políticos y sociales en las calles a través de guerrillas sociales que pondrían nuestro sistema económico y social entre la espada y la pared, entendiéndose que cuanto mayor sea la población inmigrante, más difícil será congeniar con la misma.
Es momento de que las autoridades, la sociedad civil y todos los actores implicados trabajen juntos para construir un futuro más justo, equilibrado y sostenible.
Para que en Canarias y en España en general se pueda vivir con dignidad, sería necesario: 1. Cerrar las puertas a toda clase de inmigración controlando las llegadas por pateras, zodiacs y cayucos, y asimismo por pateras aviones. 2. Disminuir y congelar los precios de las viviendas y de la cesta de la compra. 3. Aumentar los salarios de los trabajadores y regular el turismo masivo. Y 4. Eliminar todas las oenegés proinmigración ilegal. Todo esto, si no se cambia a mejor, resultará en corto plazo perjudicial para el sistema económico, social y medioambiental de Canarias.
En el mismo orden. Como es sabido, muchos centros turísticos están saturados con esperas en colas de hasta 5 horas, como el Parque de Timanfaya en Lanzarote, donde ya no hay espacio para más visitantes. —Salvo que le busquen y encuentren una pronta solución.
Si esta situación continúa, y si la entrada de inmigrantes, tanto legales como ilegales, sigue aumentando, en unos años podría llegar a ser insostenible vivir en Canarias debido a la saturación de los servicios públicos y privados, tales como escuelas, hospitales e incluso las vías públicas de tránsito de automóviles.
¿Pero qué se puede esperar de políticos que están en cada una de sus poltronas por el solo hecho de obtener un salario extravagante que los mantiene haciendo poco por la sociedad y mucho por ellos mismos? Respondo: Como se ha visto y se ve, NADA.
Espero y ruego al Cosmo-Poder por el bien de todos, que algún día estos políticos vendepatrias despierten de su tan aletargado sueño y se pongan las pilas en favor de construir una Canarias digna y próspera.
Amén. Que el Cosmo-Poder nos coja confesados.