El Juzgado de Primera Instancia Número Cuatro de Arrecife ha anulado la escritura de préstamo entre el BBVA y una familia, así como la hipoteca que lo garantiza y el correspondiente procedimiento. En concreto, el titular del Juzgado, Juan José Cobo, ha dictado un auto en el que declara la nulidad de la escritura de préstamo del 8 de marzo de 2006, suscrito entre el BBVA y S.O., S.O., M.S. y S.E.G., parte ejecutada, ante el notario de Arrecife P.E.B.T.
El Juzgado de Primera Instancia Número Cuatro de Arrecife (Lanzarote) ha anulado la escritura de préstamo entre el BBVA y una familia, así como la hipoteca que lo garantiza y el correspondiente procedimiento.
En concreto, el titular del Juzgado, Juan José Cobo, ha dictado un auto en el que declara la nulidad de la escritura de préstamo del 8 de marzo de 2006, suscrito entre el BBVA y S.O., S.O., M.S. y S.E.G., parte ejecutada, ante el notario de Arrecife P.E.B.T.
Así el auto recoge además la nulidad de la hipoteca que lo garantiza, además del presente procedimiento hipotecario y de todas las actuaciones practicadas en el mismo, debiendo procederse al archivo del mismo.
Actualmente, el procedimiento de ejecución hipotecaria se encontraba en fase de llevarse a efecto de la posesión de la finca, prevista para el 3 de mayo de 2013 a las 11.00 horas.
Según recoge el auto, el tipo fijado para los intereses moratorios del préstamo hipotecario, del 19 por ciento, el juez los considera "abusivo y usurario", lo que apunta "no puede ser amparado ni consentido" por los tribunales el que en la época "de crisis profunda" actual, las entidades financieras "sigan fijando y manteniendo unos tipos de intereses moratorios superiores a los intereses básicos que rijan en cada momento en el mercado hipotecario".
Asimismo, señala que la concepción de los intereses moratorios como una sanción o pena por el incumplimiento de la obligación de pagar las cuotas del préstamo hipotecario "carece de sentido" actualmente, a lo que suma que la "inmensa mayoría (por no decir la totalidad) de las personas que dejan de pagar un préstamo hipotecario lo hacen sin ningún tipo de culpa por su parte" sino por el hecho de haber "perdido su trabajo" y encontrarse en el paro, "sin que exista ninguna posibilidad de volver a encontrar otro o porque les han reducido sustancialmente su salario".
"Y lo llamativo del asunto es que esa pérdida de trabajo, que es la que provoca el impago del préstamo hipotecario, no solo no es culpa del prestatario, sino que en realidad es imputable en gran medida al prestamista, esto es, a las entidades financieras, que fueron quienes, con su desmedido afán de aumentar su negocio y sus beneficios, contribuyeron decisivamente a la situación de crisis y recesión que se vive en este país y en el mundo entero", recoge el auto.
Por ello, se considera que en la actualidad "no tiene ninguna justificación, salvo el afán de enriquecimiento de las entidades financieras", el establecimiento de intereses moratorios superiores a los intereses normales, ya que "ninguna pena o sanción se puede imponer a quien ninguna culpa tiene por no poder atender a un préstamo hipotecario".