Demasiadas declaraciones institucionales aparentando nuevas sensibilidades sociales. Demasiadas leyes, normas, reglamentos y "pioneras ordenanzas" tratando de regular lo que, por falta de recursos económicos y ausencia de estructuras, no puede aplicarse...
Demasiados Comités, Consejos, Asambleas, etc., espacios concebidos para el decoro participativo y el desahogo de la ciudadanía, pero con nula capacidad decisoria. Numerosos diagnósticos y planes (locales, insulares, etc.) solventes, pudriéndose en "cajones" salpicados por negligencias burócratas. Incontables mociones "aprobadas por unanimidad" plenaria que nunca tendrán una oportunidad por la cobardía y/o conveniencias partidistas interesadas.
Sobran discursos elocuentes que hablan de igualdad, integración, protección del medio, accesibilidad, transparencia, etc., cuando la realidad indica que no se destinan partidas suficientes al desarrollo de eficaces políticas sociales y tampoco "interesa" consolidar una estable coordinación entre los servicios y programas existentes. Sobran los "egos" y se echa de menos una conciencia crítica y la "reactivación cívica".
Si dejamos "todo en manos de las administraciones públicas", entonces, sencillamente, estaremos perdidos. Tenemos siempre que poner en cuestión nuestros principios, estar abiertos a cambios. Tenemos que dar paso a una nueva responsabilidad con respecto al futuro, poner en valor nuestra valía. Tenemos, tenemos, tenemos,...
Agustín Enrique García Acosta, presidente de Hay Proyecto en Tías (HPET)