El grupo de Somos Lanzarote en el Cabildo ha pedido la comparecencia en el pleno del presidente, Pedro San Ginés, para que explique las causas del desequilibrio inversor al que el Gobierno de Canarias somete a Lanzarote. Según los datos dados a conocer en los últimos días por el Cabildo de Gran Canaria, Lanzarote figura, con 839'5 millones de euros, como la quinta isla (o tercera por la cola) en inversión del Gobierno de Canarias en el periodo que va de 2001 al actual 2018, a pesar de ser el tercer territorio de Canarias en población y volumen económico.
Para Tomás López, consejero y portavoz de la organización transformadora “los datos demuestran un sistemático maltrato presupuestario por parte de los gobiernos de Coalición Canaria, sin que se articule ningún tipo de respuesta de los dirigentes de esa misma formación política en las instituciones insulares”. “Mientras el resto de Cabildos y representantes insulares alzan la voz cuando se producen agravios, en Lanzarote los dirigentes de Coalición Canaria se limitan a celebrar las desequilibradas inversiones del ejecutivo autonómico, que curiosamente coinciden en el tiempo con el mandato de Pedro San Ginés en el gobierno de la Isla”, concluye.
Para Somos Lanzarote “el desequilibrio inversor tiene unas consecuencias evidentes para la gente de la isla y su bienestar”, como demuestra el escaso gasto sanitario en la con déficits que han llegado a los 400 euros por tarjeta sanitaria al año, o en el hecho de que Lanzarote figure como el territorio con las peores ratios en cuanto a atención ambulatoria y hospitalaria de todas las islas no capitalinas de Canarias, según este mismo informe elaborado por el Cabildo de Gran Canaria.
En medio del debate territorial
Para Tomás López, la cuestión del desequilibrio inversor no puede quedar al margen del debate sobre el modelo parlamentario, democrático y territorial que está experimentando Canarias. Así, consideran desde Somos Lanzarote que “la reivindicación que hacen formaciones como Coalición Canaria del modelo de triple paridad queda hueca si ese peso político de la Isla, que debe mantenerse, no es defendido de manera efectiva por las instituciones insulares y los representantes de la Isla en la administración autonómica, cosa que no ha ocurrido en los últimos años”.
Para Somos Lanzarote, “casi siempre han pesado más las adscripciones partidistas que la defensa, por parte de los parlamentarios, de los territorios y las ciudadanías a las que representan”, por lo que además de garantizar la representación de Lanzarote, para la formación transformadora resulta imprescindible “una profundización democrática y asegurar los mecanismos para que los representantes insulares se deban a la Isla”.