Tras la sentencia del caso Yate, dictada por la Audiencia Provincial de Las Palmas y dada a conocer en los últimos días, la organización Somos Lanzarote ha insistido en la “urgente necesidad” de desvincular a los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote del Puerto Deportivo Marina Rubicón, frente al cual se ubica una de las “iniciativas estrella” del presidente Pedro San Ginés, el conocido museo submarino, además de mantenerse arrendados varios locales del puerto, declarado ilegal, como “talleres del museo”.
La sentencia considera probado que los empresarios propietarios del puerto otorgaron un soborno al exalcalde de Yaiza, José Francisco Reyes, a cambio de la licencia del mismo, razón por la que esta ha sido anulada.
Para Somos Lanzarote, San Ginés no puede escudarse ya en ninguna presunción, dado que, tras las confesiones de varios inculpados por corrupción en el caso Yate, entre ellos el exalcalde de Yaiza y el exsecretario municipal, ha llegado una sentencia por la que “queda demostrado que Marina Rubicón y el proceso que llevó a la construcción de sus instalaciones forma parte de un entramado de vínculos entre políticos y empresarios al margen de la ley, convirtiéndose en uno de los referentes de la corrupción que tanto daño ha hecho a la isla de Lanzarote”.
“Como ya le dijimos en el anterior pleno - a falta, por entonces, de sentencia-, nos resulta vergonzoso que el presidente del Cabildo haya obsequiado a los empresarios de este puerto con un Centro Turístico, pagado con el dinero de todos los lanzaroteños y lanzaroteñas, construido sobre una zona – el antiguo Berrugo- que es uno de los emblemas de las luchas ambientalistas y contra el desarrollismo salvaje en las últimas décadas”, señala Tomás López, portavoz de Somos Lanzarote en el Cabildo.
“Pero peor todavía es que el vínculo, tanto a través del Museo Submarino como de los talleres, se mantenga una vez dictada una sentencia que ha evidenciado que la construcción de Marina Rubicón forma parte de los excesos provocados por una trama corrupta que ha provocado graves perjuicios a la isla, su sociedad, instituciones y medio ambiente”, apuntan.
Por todo ello, Somos Lanzarote exige que el nombre de los Centros Turísticos, que representan “lo mejor de la genialidad cultural y ambiental de Lanzarote, una red marcada por la impronta artística de personalidades como Manrique o Soto”, se desvincule de “lo peor de la corrupción político empresarial y el urbanismo salvaje”.