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Arrecife es el único municipio afectado que sigue sin pronunciarse sobre la ordenación de la Zona de Interés Acuícola LZ-2 como ya han hecho Tías, San Bartolomé o Yaiza

Lanzarote En Pie considera preocupante el silencio del Ayuntamiento de Arrecife sobre la instalación de jaulas marinas frente al litoral 

 |  09 de abril de 2021 (13:30 h.)
Leandro Delgado Lanzarote En Pie

El grupo municipal Lanzarote En Pie en el Ayuntamiento de Arrecife insta a la alcaldesa, Astrid Pérez, a que se pronuncie sobre la aprobación de la ordenación detallada de la Zona de Interés Acuícola LZ-2  por parte del Gobierno de Canarias que establece hasta cinco zonas de interés para la acuicultura en Lanzarote: tres en Playa Blanca, otra entre la playa de Las Cucharas de Costa Teguise y el Islote del Francés de Arrecife y la quinta entre la Bufona y la Punta de El Barranquillo.

En este contexto, Lanzarote En Pie lamenta que Arrecife sea el único municipio afectado que aún no se ha pronunciado por la implantación de las jaulas marinas frente a sus costas siendo que, tal y cómo se plantea, es una actividad que supondrá un grave perjuicio para el litoral desde el punto de vista turístico, medioambiental y paisajístico; como demuestra la negativa experiencia de las jaulas instaladas frente a Playa Quemada en el término municipal de Yaiza. 

Leandro Delgado, concejal de la coalición municipalista, considera que “el grupo de gobierno va con retraso en este asunto y es urgente tomar una posición al respecto, máxime cuando se encuentra en proceso de aprobación la ordenanza de uso y gestión del litoral de Arrecife”. 

Desde Lanzarote En Pie sostienen que la masificación de los peces en las jaulas facilita la propagación de enfermedades infecciosas cuyo tratamiento y prevención requiere de una amplia gama de métodos curativos y preventivos que provoca la  acumulación de antibióticos en los órganos internos del pez y por tanto, el riesgo de contaminación ambiental que tendría un alto impacto sobre el ecosistema y sobre los propios consumidores. Otro aspecto negativo para las especies nativas sería la fuga de los peces en cautividad a través de las roturas de las jaulas, contribuyendo al desequilibrio de la zona mediante la propagación de enfermedades o actuando como depredadores sin control.

Asimismo, recuerdan que la contaminación orgánica, producida por los vertidos de piensos no ingeridos y por los desechos de los peces, afecta al ecosistema más próximo a la piscifactoría. En conjunto, en torno al 85% del fósforo, 80% del carbono y 52% del nitrógeno introducido en las jaulas a través de la comida, excreciones de los peces y la respiración acidifica el medio marino. Por último, las estructuras y todos los artilugios flotantes que mantienen y señalan la ubicación de las jaulas (flotadores, boyas, etc.) suponen un indudable impacto paisajístico sobre la zona, así como un riesgo para las aves marinas que suelen morir enredadas en las mallas protectoras. 

"La acuicultura es una actividad que en determinados contextos puede ser una alternativa, siendo viable sólo cuando su producción esté sujeta al concepto de desarrollo sostenible y en este caso, no lo está.", sostiene Leandro Delgado.

Por todo ello, desde el grupo municipal Lanzarote En Pie se solicita a los partidos que forman el pacto de gobierno de Arrecife que defiendan los intereses ambientales del municipio y se opongan con firmeza a un decreto que generará graves y previsibles perjuicios al ecosistema de la marina, a la calidad de sus aguas y además, un negativo impacto económico y paisajístico del litoral arrecifeño.