La Página Web de LANZAROTE CONFIDENCIAL, ha hecho públicos una serie de contratos de los Centros Turísticos del Cabildo, durante la llamada "gestión" del defenestrado Carlos Espino, en los que aparecen una serie de "cláusulas de confidencialidad" que "obligan a guardar secreto" sobre todo lo referente a los CACTs. Todo ello en una empresa mantenida con dinero público...
Concretamente en los referidos contratos, aparece claramente en su séptimo apartado, lo siguiente:"Las partes se obligan a guardar secreto, y hacerlo guardar al personal, tanto propio como subcontratado, que pueda intervenir en el desarrollo y ejecución del presente contrato, respecto a toda la información a la que se tenga acceso sobre los Centros de Arte, Cultura y Turismo de Lanzarote... sin que bajo ningún pretexto puedan utilizarla para sí ni para otra persona, firma o entidad". Lo curioso de lo anteriormente reseñado, es que estamos hablando de una EMPRESA PÚBLICA, MANTENIDA POR DINERO PÚBLICO. ¿Qué tipo de confidencialidad cabe en cualquier contratación?
- Isla sin corrupción
Lanzarote Confidencial, a través de su Página Isla sin corrupción, ha publicado lo siguiente: "Publicamos hoy, tal y como habíamos prometido, un segundo capítulo de los muchos y muy llamativos contratos firmados en la lamentable etapa de Carlos Espino al frente de los Centros Turísticos de Lanzarote, siempre con empresas o personas cercanas o directamente militantes de un PSOE del que Espino era entonces secretario general. Llama especialmente la atención que tratándose de contratos hechos por una empresa pública, por lo tanto utilizando dinero de todos los lanzaroteños independientemente de su ideología, existan en los mismos tantas cláusulas de confidencialidad, así como la obligación por escrito entre las partes de "guardar secreto". ¿Qué es lo que había que esconder? ¿A quién se le esconde esa información, a los mismos lanzaroteños de cuyos bolsillos salen esos miles de euros para esa empresa privada y próxima al PSOE? Todos estos documentos ya están en manos de los tribunales de Justicia, y el propio Carlos Espino está ahora mismo en situación de imputado judicial por graves delitos de posible corrupción, lo cual no le impidió presentarse a las pasadas elecciones como número dos al Parlamento regional y, pese a recibir la bofetada de los propios electores socialistas que no le dieron los votos para acceder a la Cámara autonómica, seguir cobrando un dineral en calidad de enchufado en el Gobierno de Paulino Rivero (CC-PSOE), aunque no consta ni que tenga horario laboral ni que desarrolle ninguna concreta labor conocida".