11:06 h. viernes, 22 de noviembre de 2024

“La nacionalidad es el vínculo que une a un pueblo con un estado soberano, sin eso, no hay nación ni país que se respete ni lo respeten”.

EL IMPARABLE CAMINO HACÍA UN ESTADO, UNA NACIÓN CANARIA.

 |  14 de junio de 2021 (09:53 h.)
 Ramón Francisco González Hernández, portavoz de los Verdes de Canarias.

 

Las leyes económicas “no son leyes naturales eternas”, sino leyes que surgen y desaparecen históricamente, y el código de la economía política moderna, siempre y cuando que la economía lo refleje objetivamente, es el compendio de las leyes y condiciones sin las cuales no puede existir la moderna sociedad burguesa; en una palabra, sus condiciones de producción y de cambio, expresadas y resumidas en abstracto.

Por tanto, ninguna de estas leyes, en la medida en que exprese relaciones puramente burguesas, es anterior a la sociedad burguesa moderna; aquellas que tenían más o menos vigencia para toda la historia anterior solamente expresan tales relaciones, basadas todas en la dominación y explotación de clase y comunes a los estados sociales correspondientes.

Y es aquí, porque la base económica determina y la resultante del sistema económico establecido, implicando el aforismo ridiculizado con “voz de los mercados”, lo que en sí hace que, basados en una ya a estas alturas desfasadas: eso que no fue más que una proposición y un establecimiento de un posible camino, y que si hacemos balance, fue muy útil para frenar procesos de emancipación social y nacional en muchas circunstancias, aquello que se denomina la declaración (ojo al termino) universal de los derechos humanos. Precisamente, y a raíz de la tradición legislativa basada en el desarrollo de preceptos derivados en inicios del derecho romano, hasta el derecho alemán… “prácticamente todas las constituciones recogen sus principios como fundamentales” …y como nuevamente el término indica, “hablamos de principios” no en sí de normativa estricta de obligado cumplimiento. 

 Y es así como hasta ahora vienen en esencia funcionando los Estados Modernos, y bien que hay “lujuriosos” implicados en aquello del Estado del Bienestar, como se pudiera o pudiese estar a bien, sabiendo que más de la mitad de la población mundial (más o menos unos 4.000 millones de seres) viven en condiciones pre/industriales, feudales y me atrevería a decir que una buena parte vive en condiciones cavernícolas… pero esto es el mundo, y yo una persona…  “la felicidad, símbolo de bienestar: ¿cómo puede ser posible en lo individual si colectivamente es un tormento?... sería bueno preguntárnoslo.

Y vía la introducción, cuando pensamos que todo debe ser eterno, aunque nos auto/titulemos “progresistas” (progres es otro cantar), pensamos tal y como las leyes educativas, sociales y morales… “eso que algunos hablan y ni saben a que se refieren que es “el sentido común”; que no es nada más, y nada menos, que el ordenamiento social, y por ende jurídico, de cada época, momento o situación dada.  Nos sesgaron en sí, la posibilidad de entender cambios continuos…porque es a ciencia cierta, y por mucho que “se nos caigan los esquemas”:

Lo único absolutamente universal que permanece es el movimiento.

Y aquí viene el corazón del asunto. Si hacemos una “analítica” de nuestro archipiélago Canario, desde lo que conocemos de su formación… desde lo que conocemos de sus poblamientos… desde lo que conocemos de su situación estratégica en el actual panorama “siempre en movimiento” y desde que hemos visto que desde la usurpación del territorio para explotación hotelera/turística que fue el campo más “trabajado”… que hizo abandonar aquellos campos y fincas cuasi privadas, no sin antes pasar por señoríos feudales al nivel de ínsulas de conquista, y la reconversión en el monocultivo ya sea de la leña, de la caña, de la cochinilla,… de la aparecería y esclavitud del tomate o el plátano… pues eso, vino el ladrillo de construcción turística  y se adueñó de costas. Pero claro, no vino del cielo, era la OLIGARQUÍA COLONIALISTA que con sus gobernantes de turno trazó todo el mapa de apropiación y poderíos, con algunos condados y otras figuras cuasi cómicas, si no fuese por lo cruel del asunto. Y de ahí partieron con capataces a secuestrar no ya sólo el territorio, que es después de haber conquistado a las personas el segundo paso, no, conquistaron y cedieron a comunidades de “buen empaque” heredades y pozos que extraían la sangre de las islas, en sus profundidades, que es la energía más valiosa del momento: el agua… pues la energía humana de los brazos de obreros, eso ya estaba conquistado, para luego de labrar sus campos y sus cosechas (las de los oligarcas establecidos) no de un campesinado pobre, desorganizado e incipiente, ese mismo, sin el potencial emancipatorio que daban en otros lugares las concentraciones en las grandes industrias, y sí con una mentalidad minifundista del pobre campesino canario, que con su cabra, su caña y su huerto de papas, lucía poses de propietario y poco dado al trabajo de emancipación social y si al individual… que van desde la capacidad de denunciarse unos a otros mediante gritos nocturnos desde las montañas, acusando a fulano o a fulana de ser unos indeseables. Eran tiempos que se prolongaron… y cambiaron.

Porque no olvidemos que “los tributos al señorito como eran los mejores pollos del corral, la frutas más frescas y maduras, los mejores quesos (para el labriego era el suero) y hasta no poco, la primera noche de sexo de la chica que se pretendía casar”, pasando en otras ocasiones, por el infame tormento de “la hoja del pámpano roto”. Por no mencionar “la adulación y delación”, que hasta exportamos en emigración; contagiando a propios y criollos, haciendo estos últimos “de su capa un sayo” y de la lengua una sentencia mayor.

Ahora, que llega una reestructuración del capitalismo, auspiciando sus últimos coletazos, la dicha está en la energía (esto ha sido siempre así, sólo que ahora es primordial ante el concepto de agotamiento y propiedad).

Una pandemia qué, sin entrar en valoraciones o teorías de conspiración, vino a salvar a la humanidad de un crack terrible y aún no resuelto. El sacrificio de vidas no tiene comparación con los posibles conflictos armados y las hambrunas… que sin el “parón mundial detuvo por el momento” el terrible y destructor desarrollo de los mercados, que vamos, los grandes analistas de la caída del sistema no tenían forma de salvar. Pues el levantamiento a base de los dineros de los pueblos para levantar la crisis mundial a raíz del declive sufrido en la última crisis que arrastraba la cola de los atentados (aún sin aclarar) de las torres gemelas… o más cerca de casa “el inexplicable y criminal atentado de la T-4 en Madrid-Barajas tras la ruina que supuso su construcción y los blanqueos que tras el se hicieron… por recordar los terribles atentados de los trenes de atocha, sus víctimas, y el cuentero de que unos “vainas” podían hacer explosionar unos trenes de manera tan sincronizada como se llevaron a cabo y lo que esto supuso.  Que no, que esos cuentos de los cuenteros no se los puede creer quién mínimo piense.

Que para más cuenteros la inmigración a canarias, entre la disputa por fondos/ayudas económicas, una vez que Argelia, principal suministrador de gas se frena. Las barquillas llenas de jóvenes marroquíes que llegaron y llegan al son del hip-hop a la vez que, desprecian a los que huyen del áfrica negra, de donde se nutrían y en algún punto siguen nutriéndose los esclavistas árabes… y que estos negros sí que corren del terror del hambre, de las guerras internas teledirigidas por mantener campos de riquezas en explotación y un sinfín de penalidades y atrocidades que se fomentan entre clanes, familias, tribus y superpotencias extranjeras.

Y esos son nuestros vecinos naturales… en medio las Islas salvajes, los peñones, las bolsas de petróleo que ya casi no es negocio y la mirada puesta en unos territorios que muchos ya tienen sentenciado que su modelo turístico, como otros monocultivos, pasó a la historia.

Y mientras tanto ¿el pueblo canario que hace?, seguir sobreviviendo y al igual que esos jóvenes y no tan jóvenes procedentes de áfrica negra … sueñan con un paraíso que les permita al menos vivir. Los canarios, sueñan y esperan el maná de Europa, de que por arte de magia salgamos de “la crisis” y que mientras tanto la vida es para vivirla. Total, la miseria y la desigualdad es para unos pocos ¡y nos lo creemos!, nos educaron para creer en ello y esperar que “dios proveerá”: cuando ese concepto del medievo se refería a los frutos silvestres, animales libres para caza y en pocas ocasiones, algún pez de río si no había otra cosa… luego se evangelizó como otra creencia metafísica, pero al servicio de los poderosos.

Valga el discurso para relacionar cada cita con nuestra propia realidad como pueblo. Para no olvidar que la emancipación de los pueblos sólo ha sido y será posible si es obra de ellos mismos. Separando al trigo de la paja”. Separando a los poderosos qué, aunque nacidos sobre suelo, sólo tienen el interés en su bolsillo y sus cuentas en paraísos fiscales o naciones de poco “tributaje”. Y a los no poderosos no nacidos en suelo y territorio, pero tan canarias y canarios como el nacido, y en muchas ocasiones más, por dedicación, descendencia, amor y afecto real con su trabajo, a conseguir el bienestar de un pueblo que ha sido sometido por propios y extraños y aún  no ha trazado su camino a poder considerarse un pueblo capaz y libre en una vertiente que lo de menos es el estatus de separación, lo importante es el estatus de soberanía,  y esa sólo se consolida con la verdadera soberanía moral, que nace de la económica y de la consideración de sus propias formas y riquezas, que no desprecia a su entorno cercano ni lejano… ni al actual ni al histórico por muy colonizador que haya sido. Se trata de que las cuestiones son marcadas por el desarrollo de las fuerzas productivas, y la situación es tal, que sólo la nacionalización verdadera y efectiva de la infinidad de recursos con los que contamos, sepamos mantenerlos, protegerlos, y además gestionarlos… de tal modo que sea, porque es la única, la real y en la situación de desarrollo capitalista actual conlleva, la emancipación en todos sus órdenes. Pero para ello tenemos un camino demasiado complejo, pero sin él, estamos sin ninguna vacilación en términos de ciencia económica e histórica, condenados a ser un pueblo más de la historia pasada. Si es eso lo que realmente queremos, si es el yo sigo siendo “el más mejor”, el que tengo la verdad en mis manos, que la ley me importa un pepino; cuando es la norma la poquita garantía que nos queda.  Entonces: bienvenidos al recuerdo de la historia, como un pueblo más que condenó la llamada civilización de los hombres. Que por cierto habla del género humano como tal, pero pocos, muy pocos … nos hablan de que unos eran los dueños y explotadores y otros eran los sin patria y explotados.

La lucha por la SOBERANÍA ENERGÉTICA determina en si la vida, por tanto, de ello deriva la soberanía en todas sus acepciones posibles, que van desde la conceptualización de SOBERANÍA NACIONAL; que nada pinta en sí sin la SOBERANÍA POPULAR. Porque, al fin y al cabo, lo económico determina los distintos rangos de poder, pero, ante todo, la capacidad de un pueblo es soberana, cuando sus integrantes se significan e identifican en lo social, lo económico y lo político, con la realidad de su vida y su capacidad y forma de estar en el mundo, a eso es a lo que nos corresponde aprender: a ser SOBERANOS.

De ti depende, tú eliges.

En un Barranco de la Gran Canaria a 14 de junio de 2021