El Consejo de Administración de los Centros reformuló anoche las cuentas auditadas correspondientes al ejercicio 2018 que arrojan una deuda de 10 millones de euros con el Cabildo de Lanzarote en concepto de canon.
“Lo único cierto, mal que pese, incluso, a los grandes gestores, es que los Centros hoy no pueden hacer frente a la deuda que arrastran desde que algún irresponsable decidió que el canon del Cabildo pasara de 1.7 a 5.5 millones de euros fijos, que no se han pagado en su totalidad en el ejercicios 2018 y nada en 2019, pero que son exigibles en cualquier momento según las bases de ejecución presupuestaria del Cabildo de Lanzarote. A esto hay que añadir, además, la necesidad de justificar el FDCAN, que los anteriores gestores destinaron a proyectos que sólo se sostienen en los famosos Powerpoint. Nos engañaron a todos maquillando cuentas, cifras y resultados, y no pagando a sus acreedores para disfrazar la tensión de tesorería que sufría la Entidad” explica la presidenta del Cabildo de Lanzarote y del Consejo de Administración de los Centros. “Pese a todo lo que están diciendo en los medios, pese a lo que nos quieren contar en esa gran campaña de marketing, lo único cierto es que los Centros no pueden hacer frente a sus deudas a día de hoy” explica Corujo.
Durante la sesión, celebrada con carácter urgente y extraordinario “ante la necesidad de resolver con celeridad la penalización que nos está imponiendo el Fondo Canario de Financiación de 176.000 euros mensuales por la demora en este trámite del anterior grupo de Gobierno”, los consejeros accedieron a los informes de auditoría que explican que la deuda se generó “básicamente, porque no se pagó al Cabildo de Lanzarote”. “Lo que es obvio es que si no pago, no gasto, y esto es lo que hicieron los defensores de lo público. Eso sí, en lugar de cuestionar ante la opinión pública la capacidad de los profesionales que han firmado estas cuentas, alguien debería explicar quién, por qué y para qué se varió la cuantía y exigibilidad del canon porque esa, y no otra, es la auténtica clave para entender por qué los Centros se encuentran en esta situación tan delicada”.
La presidenta y el consejero delegado asumieron el reto de devolver la estabilidad financiera de la Entidad controlando el gasto y recuperar el objeto de los Centros, “que no es invertir dinero en proyectos que no tienen nada que ver con su esencia”.