Si, efectivamente. Y muy lamentablemente, unos "terroristas" del ajedrez y por ende del deporte de la isla, en el ámbito del Club de Ajedrez CIAL y Club de Ajedrez Tablero de Guanapay, con la infame y total falta de ética del grupo Lancelot Medios, llevan dos años con una absurda "guerra civil" que se podría catalogar de "terrorista" para el ajedrez de Lanzarote y sus practicantes. Situación que está provocando muy serios daños a una actividad tan noble como el juego del ajedrez.
Orquestado desde trincheras diferentes por Nayra Barrera y Antonio Vera, con la mercería colaboración de la resabiada anterior delegada Insular, Cristina Escobar, y el recién llegado con ambición desmedida, Miguel Ángel García Álvarez; Antonio Vega y Nayra Barrera desarrollan, desde que la presuntuosa Cristina cesó en el cargo, una dinámica de destrucción de todo lo que ellos no hacen, sin darse cuenta de que de esa manera se corre el serio peligro de hacer desaparecer de la isla una noble y sana actividad de la que ellos, además, viven. Cegados por el odio, no se dan cuenta de que están matando su "gallina de los huevos de oro".
Mientras, Carmelo Pérez Cejudo (exdelegado Insular y actualmente monitor), Antonio Martín Fernández y Luis Caraballo (exdelegado Insular, monitor y jugador), dolidos y malhumoradamente; ellos que han construido el ajedrez de Lanzarote en los últimos 40 años, observan y sufren de forma impasible como su obra se desmorona.
Los tres, Carmelo, Caraballo y Antonio, sin hacer nada para solventar la situación, permiten que el irresponsable y mezquino presidente de la Federación Canaria de Ajedrez, Agustín Santana Trujillo, se inhiba de su responsabilidad a la vez que secuestra la gestión del ajedrez de Lanzarote, que aquellos con mucha dedicación y cariño constituyeron y que desde siempre (salvo ahora por la permisividad de sus protagonistas) ha gozado de absoluta autonomía en su gestión.
El Ajedrez en Lanzarote, si quiere sobrevivir y crecer, no puede permitir por más tiempo la situación guerra civil declarada por dos irresponsables, desde las trincheras de tres clubes que cada vez representan menos al deporte de las 64 casillas. La actual situación de "guerra civil" del ajedrez lanzaroteño, provoca una situación de terrorismo deportivo que (quizás por oscuros intereses, quizás por desequilibrios mentales) está alejando del llamado 'deporte ciencia' a madres y padres (y en consecuencia a niños), a la vez que a empresas (patrocinadores) e instituciones.
Carmelo, Luis, Antonio; ustedes (con alma blanca) hicieron el primer movimiento, hace ya años. Ellos, con negras, han jugado lo inesperado. El reloj de las blancas está corriendo. Se les acaba el tiempo.
P.D.: Si no lo quieren hacer por ustedes, háganlo por Don Antonio López, Jaime Abdel, Juan Rafael Betancort, Manolo González, Pepe Parrilla, Luis Sanginés, Antoñito Guadalupe; ¡por favor!!
¡Por "cuando el ajedrez era otra cosa", por favor!