La plaza Pío XII, los Cuarteles y las casas de los militares, la Banda Amarilla, Don Francisco el cura. Doña Emilia y el Colegio Sanjurjo, donde también vivía Doña Pura. Don César y el Colegio Benito Méndez, la Escuela de Doña Obdulia.

El "San José", el banco de "la paciencia", Superstar, las "24 horas de balonmano", la cantera del balonmano de Lanzarote.

El Santa Coloma, club de fútbol, ahora Club Deportivo Tite. Marcial Lemes, Manuel Barreto, Pedro Recio, Antonio Murray.

El parque "los pinos".

La panadería de Machín, la tienda de Zenón Casanova y al lado la de Casimiro, que luego fue churrería. El taller de silenciosos de Eusebio.

Don José María Espino y el Colegio Benito Méndez, que luego fue doce años alcalde. El cine Hollywood, la farmacia, la oficina de la Caja de Ahorros. El Centro de Salud.

Julián de León, Juan Brito y Los Campesinos, Antonio Corujo y su hijo Toñín, Félix Hormiga.

Popotito, Basilio, Juan, Celestino, Tilo, Paco el zurdo...

Los "camineros" de Obras Públicas Manuel Padrón, Paco "el canario", Antonio Pérez y su hermano Romualdo con el camión amarillo.

Los hermanos Castillo, el concejal Francisco Fajardo, Juanito Sosa, Vicente Barrera, Toña Martín Zerpa, Francisco Cabrera el peluquero. Mari Cruz, Pepa y Manolo.

La guagua de Alberto, la tienda de Frasca, pastelería La Tarta, la tienda de Pepito Parrilla.

En la calle de la Iglesia, frente mismo, Panchote Toledo y su hija Lupe, siempre liada en cosas del barrio. Al lado, la dulcería de Pino, en la que por las tardes despachaba Gladys, la hija mayor.

Nieves Aparicio, Goya Toledo, Roberto Pérez Toledo, Emeterio Hernández, David de la Hoz, Jesús Casanova, Julián Morales, Yara de León, Maciot Devora, Jonathan Torres. 

"El Poli", la Escuela de Adultos, el Instituto Blas Cabrera Felipe, la Casa de la Juventud, la Escuela Oficial de Idiomas, la Escuela de Artes Pancho Lasso, la Biblioteca Insular.  La Administración de Loterías.

La Iglesia, construida gracias a los vecinos, las "Casas Nuevas" y Don Ginés de la Hoz Gil, alcalde de Arrecife mientras Titerroy crecía.