La Oficina de la Reserva de la Biosfera celebró el pasado jueves un acto de homenaje a la figura del camello y al camellero de Lanzarote, enmarcado en la celebración de las ‘IV Jornadas del Camello’ que se desarrollaron la pasada semana en Uga, coorganizadas por el Cabildo y el Ayuntamiento de Yaiza con la colaboración del Gobierno de Canarias.
El protagonista del acto fue Francisco Mesa, a sus 24 años el camellero más joven censado en la isla y por lo tanto símbolo del relevo generacional de este sector que cuenta con una cabaña de unos 500 camellos, la inmensa mayoría de ellos localizados en Uga, y del cual viven unas 40 familias de la isla de forma directa y otras 30 de forma indirecta, principalmente a través del servicio que se ofrece en la Ruta de los Camellos de las Montañas del Fuego.
El consejero de la Reserva de la Biosfera, Rafael Juan González, resaltó “el significativo papel que ha desempeñado tanto el camello como el agricultor de Lanzarote en la configuración del singular paisaje de la isla, porque fruto de su trabajo conjunto durante cinco siglos, hasta que fue sustituido por las máquinas, son los enarenados, las terrazas, los cultivos del Jable o el paisaje de La Geria”.
Por su parte, el consejero responsable de las áreas del sector primario en el Cabildo de Lanzarote, Antonio Morales, expresó el compromiso de la primera Corporación insular de contribuir económicamente “a sacar adelante un proyecto que ponga en valor el potencial de Uga como lugar de Europa con mayor número de cabaña camellar”; y confió en “una pronta aprobación del nuevo Plan Insular de Ordenación, que dará cobertura a las demandas reales que presenta el sector primario en general y en particular a todas las familias que viven de la cría y la labor del camello”.
En este contexto, el alcalde de Yaiza, Óscar Noda, señaló que “el reconocimiento a la figura del camello y al camellero de Lanzarote es también un nuevo reconocimiento al pueblo de Uga que acoge en su Vallito a la cabaña camellar más importante de Europa con cerca de 500 ejemplares, una cabaña de la que depende el sustento de al menos cuarenta familias del pueblo con una actividad vinculada al turismo que en algunos casos ya cuenta hasta cuatro generaciones”.
“La conservación y crecimiento de la raza conlleva a la posibilidad de diversificar la productividad de la cabaña rentabilizando, por ejemplo, la leche de camella, apetecida no solo por sus propiedades saludables, sino por ser materia prima en otros países para la producción de chocolates, helados, yogures, queso y también usada en la industria de productos de belleza”, añadió el alcalde quien estuvo acompañado por el concejal del Sector Primario de Yaiza, Roque Herrera.