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LA GESTA DEL 25 DE JULIO DE 1797 EN SANTA CRUZ DE TENERIFE. MUCHO MÁS QUE UN ATAQUE PIRATA

laverdaddelanzarote.opennemas.com  |  24 de noviembre de 2015 (09:54 h.)
Teniente general

PEDRO AGUSTÍN GALÁN GARCÍA-TENIENTE GENERAL DEL EJÉRCITO/ASSOPRESS

Entre el 22 y el 25 de Julio de 1797 una escuadra británica, formada por nueve barcos bajo el mando del contraalmirante Horacio Nelson, trató de tomar el puerto de Santa Cruz de Tenerife y conquistar esa plaza fuerte, la única de Canarias en ese momento, para ocupar posteriormente el resto de la isla y el conjunto del archipiélago.

La excusa que pretendía ocultar las verdaderas intenciones británicas fue la de apoderarse de una fragata con mercancías de Oriente anclada en el puerto santacrucero, hacerse con los géneros existentes en la plaza y toda la moneda de plata del Rey, además de exigir una fuerte contribución en metálico.

El ataque se llevó a cabo, bajo la dirección del almirante jefe de la flota, Jervis, desde su posición en el bloqueo de la flota española en Cádiz. La fuerza al mando de Nelson  se componía de 9 navíos de guerra y 3.700 soldados.

Las defensas isleñas se componían de mil seiscientos hombres, incluyendo integrantes de las milicias canarias, pescadores, labradores y artesanos, poco preparados y muy escasamente armados, la dotación de una fragata francesa, La Mutine, que había sido apresada dos meses antes por fuerzas inglesas y un reducido número de artilleros y soldados regulares. Al mando se encontraba el Comandante General de Canarias, Antonio Gutiérrez.

La experiencia, voluntad de vencer y minuciosa preparación de los planes de defensa por el General Gutierrez y la determinación y heroísmo de todo el pueblo tinerfeño dieron al traste con las intenciones británicas, cuyas tropas de desembarco fueron derrotadas en la madrugada del 25 de Julio.

Las pérdidas británicas ascendieron a 233 muertos y 110 heridos, incluyendo el propio Nelson que aquí perdió su brazo derecho. Por parte española las bajas fueron de 24 muertos y 35 heridos. La procedencia de los fallecidos manifiesta de forma diáfana la interacción de Pueblo y Ejército en esta acción: 9 pertenecían al ejército regular, 7 a las milicias canarias, cuatro eran paisanos y dos marineros españoles, además de dos marinos franceses; es decir, más de la mitad fueron bajas civiles.

Esta acción, conocida como la Gesta del 25 de julio de 1797, en la que las tropas del General Gutiérrez vencen a la escuadra inglesa dirigida por el contraalmirante Horacio Nelson, es una de las efemérides más importantes de la historia de Canarias. El Marqués de Lozoya en su Historia de España la describe como “la página más gloriosa de la historia canaria desde su incorporación a España”. Sin embargo, a pesar de tratarse de una victoria de gran relevancia, puesto que frustró un movimiento estratégico de primer orden, quedó subsumida entre los episodios de la guerra contra Inglaterra.

Existen, además,  diversos factores que hacen grande esta victoria desde el punto de vista militar: A pesar de ser considerada una plaza fuerte las defensas de Santa Cruz distan mucho de ser las adecuadas para una defensa eficaz. Los efectivos con que cuenta para su defensa son muy limitados. La distancia a la Península es tan grande que hace impensable la recepción de refuerzos en tiempo útil. La flota inglesa es la más potente del mundo en ese momento, el almirante John Jervis demostró que la disciplina y el entrenamiento de sus marinos eran cruciales para convertirla en un arma de guerra imbatible. Hay que añadir la alta moral de esta flota, que viene de vencer en cuantos encuentros ha tenido en los últimos tiempos y que mantiene bloqueada a la flota española en Cádiz.

Esta es, pues, una batalla en la que el pueblo tinerfeño y el ejército regular protagonizan un gran papel, rechazando a los ingleses que, además, estaban dirigidos por un hombre de la categoría del contraalmirante Nelson que nunca más fue derrotado. Y ello se debe a que España tenía un interés absoluto por mantener Canarias y ésta a su vez demostró que era parte de España y que quería seguir siéndolo, estando incluso dispuesta a luchar por ello.

 

(*) Teniente General del Ejército