Pablo Deluca López
El llamado “tributo de sangre”, que establecía la repoblación de América y el despoblamiento de las Islas por intereses coloniales de la Monarquía española, con la complicidad de las clases dirigentes de la oligarquía isleña por motivos económicos, consistió en el traslado forzoso de 50 familias canarias humildes por cada 1.000 Tm. de mercancías exportadas. Los detalles históricos son narrados por el autor venezolano Manuel María Marrero en 1897: “Canarios contribuyeron à la población de la Isla Española. Al conceder licencia el Rey para el comercio con América, se estableció, en 1678, que anualmente se condujeran 50 familias canarias de à 5 personas cada una por lo menos a la Isla Española ó de Santo Domingo. En 1685, sale del Puerto de Santa Cruz de Tenerife una expedición de labradores y menestrales para la misma, donde fundaron la colonia de San Carlos de Tenerife.
En Cuba, La Habana, La Vuelta de Abajo, Matanzas, Sagua, San Fernando y San Carlos de Nuevitas y Guantánamo, recibieron considerable contingente de población canaria, habiendo quien, en vista de la inmigración de las Islas, propuso en 1836 la creación de ingenios sin esclavos. Por el Reglamento y Ordenanza de Su Majestad sobre el comercio de las islas de Canaria, Tenerife y La Palma con las Indias, de 6 de diciembre de 1718, que fija como puertos de expedición los de Caracas, Campeche, Habana, Santo Domingo, Puerto Rico, Trinidad de la Guayana y Cumaná, se fijó la condición de que anualmente se transportara a los mencionados puertos 50 familias canarias de 5 personas por lo menos cada una. Por virtud de tal cláusula, 15.000 canarios salieron de las Islas para los puertos americanos durante un siglo en que la citada disposición estuvo vigente. Dos buques de Santa Cruz de Tenerife, el “Nuestra Señora de la Soledad” y el “Santiago” llevaron 70 familias á la Florida, donde fundaron el establecimiento de San Agustín. Desde que en 1778 se pobló la Luisiana, se establecieron en ella más de 4.000 canarios. En 1787, se mandó poblar la costa de los Mosquitos, en Guatemala, con 60 familias de las Islas Canarias, saliendo en el mes de julio para el puerto de Trujillo, en el bergantín “La Sacra Familia”, una expedición que embarcó 117 personas solamente en Santa Cruz de Tenerife.
Con Real autorización de 1717, llevaron los Misioneros Capuchinos de Caracas 30 familias de las Islas Canarias, con 12 religiosos, á la Guayana, para el desarrollo de su obra, teniendo que emigrar y establecerse en Caracas este núcleo de población por falta de recursos. Canarios llevaron á cabo los primeros cultivos de los feraces campos de Venezuela y contribuyeron mucho al desarrollo de las ciudades de Caracas, Valencia, La Victoria, Cumaná, Barquisimeto y Coro. La Plaza de la Candelaria de Caracas era, á mediados del siglo XVIII, el centro de importante colonia de isleños, que había levantado un templo á la Virgen canaria, milagrosamente aparecida antes de la conquista y objeto de gran veneración para los hijos del Archipiélago” (Manuel M. Marrero, “Canarios en América, Recopilación histórica”, Caracas, 1897).