No se ha dado mejor ocasión desde hace mucho tiempo de medir nuestra fuerza. Esta vez sí que es el momento propicio, el momento que tantas personas esperábamos para conseguir el cambio.
ANC no son unas siglas vacías. No somos ninguna quimera romántica, nos hemos llenado de pragmatismo, coherencia y fundamentos sólidos. Marcamos por todos lados diferencia sin abandonar nuestros fines y principios, sino al contrario, más firmes y transparentes que nunca.
Ahora, quién pide la abstención se descubre y se ve bien claro quién huye o los intereses que tiene para tomar esa posición. Mientras tanto, nuevos votantes a nuestra Alternativa despiertan y se disponen a darnos un nuevo empujón. Aunque sea tan sólo por estas personas se nos obliga a seguir en este frente, que está lleno de nuevas ilusiones, y volver a valorarnos donde lo hacen todos los partidos políticos: en las urnas.
Sean cuales sean los resultados, esta vez, votar es una acción política de verdad. Esta vez toma sentido protestar con el voto, porque el voto a la izquierda nacionalista es un voto razonado y, al mismo tiempo, el que más duele.
Hace cuatro años había personas que no daban un euro por nosotros, sin embargo, la izquierda se ha reorganizado como no lo hacía en décadas en Canarias. Todo ello, sin que durante este mismo periodo media docena de compañeras se hayan jugado hasta su salud, habiendo pasado por los juzgados y sin dejar de sufrir la amenaza latente de un sistema cada vez más opresor. Lo mismo ha ocurrido con varios compañeros, no sólo con el atrevimiento que les llevó a ser detenidos por otro ejército extranjero como fue el caso de Salvajes, sino siendo también víctimas del aparato español cuando se les pedían 100.000 euros por persona y otro tanto al partido, por denunciar una corrupción que después fue demostrada y el denunciante inhabilitado. Pero bueno, es indudable que vienen nuevos tiempos y, le guste a quién le guste, creo que nuestro crecimiento va a reflejarse en las urnas. Aunque, por encima de eso, está el hecho de la renovada fuerza cuyo empuje nos lleva a sobrepasar el 24 de mayo, para reaparecer el 25 con más ganas, con más personas y más aportes. Con la mejor fuerza política y mayor organización independentista que los presentes recuerdan. Que ya hacía falta en este País para que se empiecen a asumir responsabilidades y se esclarezca quién es el que toma otras alineaciones, lógicas en el enfrentamiento social que conlleva la liberación social y nacional.
No tenemos que esperar al 25 de mayo para saber quién se ha desmarcado; quién se enfrenta; o quién conforma el verdadero movimiento de liberación social y nacional en Canarias: La baraja está repartida.
Pedro M. González Cánovas
(Candidato al Parlamento Canario de Alternativa Nacionalista Canaria)