El consejero de Ordenación Territorial, Domingo Berriel, ha contestado a los empresarios turísticos peor que a la oposición en el parlamento. A la oposición no se le ha ignorado categóricamente; a los empresarios turísticos se les ha tachado de ignorantes y sus acusaciones, muy serias por cierto, se han solapado en la contestación oficial tras un discurso chabacano donde Berriel para al ataque descalificando sin dar explicaciones.
Si bien no se puede esperar otra cosa de representantes de Coalición Canaria, Berriel se ha lucido contestando a las acusaciones de los empresarios grancanarios. Pasando por alto que éstos afirmaran que la Ley de Renovación y Modernización Turística de Canarias, está hecha para propiciar la "expropiación encubierta" de establecimientos hoteleros "consolidados en suelo turístico", advirtiendo que este suelo podría pasar al uso público si se considerase que podría tener "valor natural, cultural o estratégico".
Todo ello, forzando la promesa que hizo Rivero a los hoteleros de las islas occidentales de meter la Ley antes del 24 de mayo, y la respuesta amenazante de dichos empresarios en cuanto a los plazos.
Lo cierto es que la nueva cara de Coalición se escora más a la derecha, rayando hondamente en lo déspota e ignorando acusaciones tan graves como la de especulación del territorio. Será que piensan que bajo su mandato nos hemos acostumbrado a ello y, posiblemente, no se equivocan.
Al final, Berriel se descubre como otra de las eminencias de Coalición Canaria. Casta de la casta donde las haya. Neoliberales que no saben, ni quieren saber, de las voces de nadie y gestionan desde su poltrona para planes de beneficios muy calculados y que nada tienen que ver con el bien común.
Si por un momento pensaron que esto se solapa con cumplir esos plazos con los empresarios tinerfeños y la pre-inauguración de una parte del anillo insular de Tenerife ya ven, no es así del todo. También en Tenerife nos damos cuenta de las formas de Coalición y estaremos vigilantes a esta nueva acusación de especulación. Porque esas maneras son las que justifican la caída en picado de CC y los últimos tiempos de esa asociación de caciques cuyos intereses son opuestos a los del Pueblo Canario. Unos por otros, todos son lo mismo: un peligro para Canarias.