En Cataluña los forman, aquí los desaparecen a multas (ya les comentaré lo sucedido en Fuerteventura, cual ejemplo de lo que aquí les dejo, cual adelanto o introducción http://www.antena3.com/canarias/noticias/sociedad/derribo-granja-600-cabras-interior_2016121300540.html). Me refiero a los pastores (y no me refiero a los de las sectas cristianas, que así también se llaman), y lo digo, para precisar y no llevar a engaño a nadie. Allí, la ganadería no muere; aquí, la mata el cabildo a tiro limpio. Allí, cabras y ovejas; aquí, perros y pájaros grises. Allí, en seis años, han formado a un largo centenar de jóvenes pastores; aquí, lo dicho (incluso algunos en las cárceles y otros se suicidan).
Escuela catalana que forma a pastores, con unos 400 aspirantes a cursar los estudios propios para pastorear cabras y ovejas. ¡Ya hiciera el cabildo lo mismo, y arrancara los pinos y devolviera las tierra robadas al pastoreo a nuevos pastores que aparecerían como moscas ante el paro, el hambre, la delincuencia para sobrevivir, y viviríamos mejor sin depender de leche, de quesos y de carne de fuera, a la par que se garantizaría la continuidad en el oficio, con trabajo seguro acabado el curso (medio año y 800,00 €)! No faltarían hasta universitarios con títulos rebumbantes, pero que en paro y siguiendo en estudios para nada o para emigrar. Universitarios que saben es un cambio de carrera, y ésta es dura, pero más duro es el paro y un jefe explotador. Con una buena tanda de nuevos pastores, tendríamos pasto para las cabras y desaparecerían los incendios (¡eso sí, muchos bomberos, irían al paro [¡o que se reciclen!]!). No tendríamos que comprar queso de fuera de dudosa procedencia y materia. Curioso el alumnado sea al 50% de ambos sexos (allá, que aquí ocurriría lo mismo). Curioso, la edad media ronde los 25-30 años, y la procedencia sea urbanitas y universitarios (aquí sucedería lo mismo, si el cabildo abriera esa escuela [me ofrezco como profesor, y enseñaré lo que sé]). Es la solución para muchas vidas perdidas, que encontrarían así la salida más airosa (y no solo por andar entre lomas y barrancos [siempre y cuando se desprotejan tabaibas, retamas y otras basuras]). El milagro de poner a un buen puñado de jóvenes en contacto con la naturaleza y ante el aprendizaje de los animales que enseñan más que las aulas y profesores. Pero, el gran problema es que el cabildo tiene denominaciones del terreno como el de máxima protección, y no te lo dejan ni tocar aún siendo el dueño, y así, así no se puede tener no ya un rebaño, ¡es que ni una cabra!, y si la tienes te la matan, puede hacerlo impunemente al primer cazador que se cruce con una de ellas, sin más, por más que tenga la marca de su dueño. ¡Mucho tiene que cambiar el cabildo o cambiar de presidente, para que esto se pueda hacer, que mientras es utopía, una falacia, una ilusión...! Sin tierra de pastoreo, no cabe pastor alguno (la profesión más antigua y eterna).
El Padre Báez, que ve se mueren los pocos pastores mayores que nos quedan; se abandona el campo (no te dejan hacer nada en él); si se arrancan los pinos, sobran tierras (aunque los pájaros grises no vuelen, pues no dan leche, y ni interesan); que no todo va a ser turismo (otra industria no tenemos); hay que fomentar la ganadería y hay que formar ganaderos (pastores, sin más); estoy seguro sobran vocaciones al pastoreo (pues, ¿hay algo más digno [hasta Jesucristo se llama a sí mismo “Pastor”]); el joven así preparado, crearía su propio puesto de trabajo (¡y cuánto lo agradecería el mercado y el consumidor de dichos productos, sin importación de no se sabe qué, ni cómo); los franciscanos capuchinos, tienen por Patrona, a la Divina Pastora (nombre también de persona), con el que honran a la Virgen (¿cabe mayor honor para una profesión?); etc., etc.