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Francisco Javier González

LA CIBERGUERRA,  ACCIÓN CRIMINAL

Soberanista

Francisco Javier González | 14 de marzo de 2019

Ciberataque en Venezuela

 

Todo el mundo que gira alrededor del hegemónico sol gringo parecía tener la seguridad de que, tras la autoproclamación callejera el 23 de enero como “presidente encargado” del, hasta ese día cuasi anónimo, Juan Guaidó, y con el inmediato y servil reconocimiento por parte de los satélites del Grupo de Lima y otros adláteres europeos, España incluida, dando ultimátums tajantes para que el presidente Maduro entregara el poder al nominado por el non-sacro imperio gringo, se acabaría el chavismo el 4 de febrero pasado. No fue así y los ánimos de los facedores de presidentes por encargo, han ido progresivamente mermando al contacto con la realidad, al margen de sus teatrales reconocimientos diplomáticos de una entelequia gubernamental pero sin gobierno, con duplicidad de “embajadas” -de facto vs. de jure- con embajadores de opereta que pululan como gallinas sin nidal.

Se pasó entonces a la apropiación ilegal de bienes y fondos venezolanos en los países filogringos, intentos de soborno a militares, presiones yanquis de toda clase y al bloqueo de alimentos, de insumos médicos, agrícolas e industriales de todo tipo. En resumen, la misma guerra económica que fue capaz de provocar la caída de Allende en Chile, salvo que ahora no han encontrado un generalote criminal como fue Pinochet. No lo pensaban, pero la mayoría de venezolanos ha aguantado el chaparrón a pie firme.

Indudablemente todo ese boicot ingente ha causado, y está causando, penurias y sufrimientos a todos los venezolanos, sean chavistas o antichavistas, salvo, claro está, las clases oligarcas que pueden permitirse el lujo de vivir cómodamente en un país asediado y agredido. Se pensó que la llegada de supuestas ayudas “humanitarias” podía ser la solución definitiva. Si el gobierno prohibía o impedía la entrada, era responsable de los problemas de la población y, si la facilitaba, se demostraba que el “encargado” Guaidó era el salvador, capaz de resolver todos los problemas que ellos mismos, con su férreo boicot, provocaban. El 23 de febrero, al mes de la autoproclamación, se llevó a cabo el bien pensado plan pero fueron ellos mismos los que destruyeron, en Cúcuta, los camiones de ayuda, como hasta la propia prensa gringa tuvo que reconocer ante las evidencias gráficas.

El paso siguiente en la escalada se está desarrollando. Planificado desde Washington para provocar el derrumbe total del sistema se trata, mediante la llamada “ciberguerra”, de lograr que un pueblo, desesperado y desesperanzado, se arroje en brazos del supuesto salvador que lo libre del caos. Lograron, al eliminar totalmente el suministro eléctrico, provocar una verdadera ola de sufrimiento colectivo que de nuevo afecta a todo venezolano -sin tener en cuenta su alineamiento político- al dejarlos a todos sin luz, sin agua, sin metros o trenes, con alimentos que se pudren en neveras inertes, con los hospitales sin capacidad de realizar su trabajo… Esperaban los gringos y sus adláteres –España y otros europeos incluidos- que Maduro tuviera que salir al exilio (España recibió consulta gringa para usarla como lugar de exilio), que el PSUV se disolvería como azucarillo en agua, que las hordas chavistas y comunistas pasarían a la historia y que los millones de desheredados de la fortuna, los pobres que, poco a poco, habían ido saliendo de la miseria, el olvido y la ignorancia y los casi 200.000 componentes armados de las FAB irían corriendo a ponerse bajo la protección del “encargado” Guaidó y su jefe gringo, el guirre Trump.

No ha sido así. El único resultado de la “ciberguerra” gringa ha sido la miseria, el dolor y las muertes que esa acción criminal ha causado, pero no ha logrado doblegar al “bravo pueblo que el yugo lanzó, la Ley respetando, la virtud y honor”.

¿Cuál será el próximo paso de esta escalada bélica gringa? ¿Un nuevo Irak, Iran, Libia…? No será la ONU ni los organismos internacionales quienes impidan ningún desaguisado que los gringos realicen. Eso nos lo enseña la historia pero, cuidado, porque Venezuela no es la isla de Granada para una nueva operación  “Urgent Fury” ni tampoco es el Panamá de 1989.         

Francisco Javier González.

Gomera. Canarias a 13 de marzo de 2019

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