Si señoras y señores; el Rancho Texas es un paraíso ecológico en Lanzarote porque reúne todas las cualidades, servicio y condiciones que un Parque Zoo debe ofrecer a los residentes y turistas que lo visitan.
El Rancho Texas es un lugar de disfrute para menores y mayores, en el que se puede apreciar y estudiar animales de varias especies, y también gozar de las instalaciones y del servicio esmerado que te ofrece el personal que te atiende que, supera al normal de los Parques Zoos europeos que conozco.
En el Parque Zoo Rancho Texas, todo está cuidado con gran esmero; las instalaciones tienen la seguridad pertinente, el personal es educado, y nada está fuera de la lógica de un negocio bien planeado y bien enfocado hacia el servicio residencial, regional, nacional e internacional turístico.
Turísticamente hablando, no hay en Lanzarote una obra que supere al Rancho Texas, porque sus instalaciones están hechas con materiales nobles por artistas, lanzaroteños, sobre todo por el Gran artista Manolo, cual conozco desde hace más de 35 años. Hay tanta obra bella en el Rancho Texas, que si yo la hubiese hecho solo, me hubiese tomado más de tres vidas de 100 años en finitarla.
El dueño del Rancho Texas, Nicolás López, no es una persona presumida, contrario, trata a sus empleados como hermanos y con respeto, y no anda con el cuello ni la nariz levantadas, y ha invertido, creo, toda su fortuna y parte la de su familia en formar su tan amada idea e ilusión, cual desea ampliar un poco más, según las necesidades que el turismo insular, regional, nacional e internacional le demanda.
Desde hace unos meses intenta crear un delfinario, según él, con todos los permisos otorgados por la Ley de Medio Ambiente de Canarias, pero en esto, le salen unos detractores que para saltar hacia el estrellato del Lanzarote-político, denuncian que el delfinario no posee los permisos correspondientes, y que tampoco se debe construir delfinarios porque los delfines son animales inteligentes que no se deben utilizar como payasos de circo en un acuario, y que en cautividad mueren a los pocos años.
Se podría considerar la protesta proteccionista de los ecologistas si se reclamara la misma igualdad para todos los animales, en vías de extinción o no, y sin que importara su forma física o su inteligencia, y sin distinción de que fueran animales marinos, terrestres, o volátiles. Y más aun, incluso podríamos reclamar que todo animal en cautiverio sufre: pájaros enjaulados, en mataderos, domesticados, en acuarios, en peceras, etc. Pero si protegemos a todos los animales y soltamos a todos los que tenemos domesticados, tendríamos que poner alambradas cercando las ciudades para no interferir con ellos y que ellos no interfirieran con nosotros; y también nos viene de la protección que demos a los animales, la obligación de dejar de comer carne de animales y no vestir con sus pieles; lo que acarrea en consecuencia una mayor explotación de la tierra para cultivar productos vegetarianos que puedan reemplazar la carne y pieles de animales. Eso entre tanto acortaría espacio vital para la libertad y la reproducción de los animales.
También los ecologistas apuestan porque se use la tierra para producir etanol, que a largo plazo destruye grandes áreas que podríamos destinar para gozo de los animales y humanos.
En todo esto, los ecologistas, mayoría, son gente que creen en un dios que dice que les dio los animales para que señoreen sobre ellos.
Como podrán apreciar, no es tan fácil proteger a los animales, más aun cuando el hábitat y el alimento es una necesidad para muchos humanos que no quieren cambiar sus creencias ni sus modos de alimentación.
Lo más razonable sería que, liberemos a todos los animales, eliminando todas las granjas, corrales, mataderos, pesca, caza, vestir y calzar con pieles de animales, y dejar que la vida animal siga su cauce sin intervención humana, pero eso por ahora es una utopía porque los humanos no somos capaces aún de alimentarnos únicamente de productos vegetarianos.