Identifica límites geográficos, proyectos, actividades y usos que dañan la biodiversidad marina poniendo en riesgo la calidad del mar que nos rodea.
Son diversas las presiones que afectan a la conservación de los valores naturales y culturales de este espacio.
Una de ellas es el Plan Regional Ordenación Acuicultura de Canarias (PROAC) porque propone el desarrollo de esta actividad frente a Costa Teguise, frente a la capital y a toda su Marina poniendo en peligro la naturaleza del medio marino y la franja terrestre que le circunda.
La mala gestión de las jaulas de acuicultura de Playa Quemada, creando malos olores y contaminando las aguas con aceites procedente de los piensos, la destrucción de los fondos marinos y la fuga de especies no autóctonas depredadoras alteraron los ciclos biológicos de las costas próximas a estas jaulas. Ahora, se pretende instalar 59 jaulas entre Arrecife y Puerto del Carmen, donde se desarrolla una actividad económica, deportiva, de ocio, de transporte marítimo, entre otras.
También el POEM propone una amplia zona para el desarrollo de energías marinas en el litoral este, coincidiendo y solapándose con el LIC Lanzarote Este-Sur y Fuerteventura.
El Ministerio de Transición Ecológica determinó emplazar la eólica marina a 1.8 km de la costa, de las playas de Costa Teguise, sin importarle que los aerogeneradores marinos, su proceso de instalación y su funcionamiento diario alteran la vida en los ecosistemas marinos y los cetáceos colisionan con su infraestructura. Esta actividad de las grandes multinacionales afectaría a la Zostera noltii Hornemann, especie imprescindible para el equilibrio ambiental y por ello incluida en el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias. Pero, además, sabemos que el 38 % de la biodiversidad marina del Archipiélago de Canarias se localiza en La Marina de Arrecife, ecosistema en peligro de conservación en el que sobrevive la citada fanerógama marina.
Añadimos los vertidos de salmuera, los cambios en la dinámica de corrientes y de la temperatura del agua, el incremento de sedimentos, la pesca de arrastre, las nasas o la colisión de las embarcaciones con cetáceos, afecta al mar insular. No olvidamos que es unos de los pasos más importantes de cetáceos entre ambas islas y es esencial que las empresas que trabajen por la zona sepan cómo actuar.
A ello le sumamos la extracción de minerales y áridos (rocas, tierras raras, minerales metálicos, gravas) de los fondos marinos, las pruebas y las prospecciones petrolíferas, las operaciones y maniobras militares en medio marino, el paso de barcos y buques comerciales que producen contaminación acústica que y que repercuten en los fondos marinos afectando a la biodiversidad marina; las embarcaciones de mercancía de enorme tonelaje que vierten sustancias nocivas, la cantidad de residuos que arriban a la costa de Alegranza, La Graciosa, Montaña Clara y los islotes, y Lanzarote.
Finalmente, señalamos los vertidos de desalación, pues es conocida la cantidad de puntos de emisarios que existen y a lo que se le une las numerosas desaladoras particulares de grandes empresas hoteleras que emiten las salmueras procedentes de la desalinización directamente al mar.
Por todo ello exigimos la revisión y modificación de los límites de este Espacio Marino Protegido LIC para incluir la totalidad de las aguas marinas, desde el mismo borde costero insular, sin excluir el área entre Costa Teguise y Puerto del Carmen, que inexplicablemente dejaron fuera. Es la única forma de que prime el interés general ante el particular y empresarial.
En consecuencia, también es necesario elevar ante el Gobierno Canario la oportuna corrección del Plan Regional de Ordenación de Acuicultura de Canarias para Lanzarote y su adaptación a la nueva realidad con la entrada.