Y es que, si bien existe el derecho a crear y/o tener un medio, de información (la comunicación en realidad es otra cosa). No menos cierto es que, el derecho a estar informados, es un bien jurídico a proteger y, en ello, el Estado pueda “conceder” licencias a empresas particulares que monten o tengan cualquier medio. Y como “concepción/concesión Administrativa”, no la empresa, sino el bien, tiene que atenerse a “el sentido común” que no es otro que: “el ordenamiento jurídico establecido”.
Pero de ahí a que estos sean la voz de una tendencia, un grupo, unos determinados políticos y ninguneen en los distintos sentidos a todos aquellos que mantengan una (digamos) opinión contraria, y ni eso, no afín… De por sí, esa militante “censura previa” lleva acompañado que no reciban ningún tipo de ayuda económica por parte de lo público, puesto que sería algo (aunque se estile) contrario a la legitimidad democrática y secuestran “subvencionados por lo público”: el derecho ciudadano (y el aldeano) a estar informados de manera libre y sin una total adscripción a credo o grupo. Lo que existe por tanto, en su mayoría, son medios “de propaganda” subvencionados con publicidad y otros conceptos por el propio Estado.
Y van desde “prensa papel/digital”; radios, televisiones y otros en redes… que hacen gala de a quién representan y por qué, y cómo enfocan su línea editorial, y al final son apoyados, por medio de subvenciones, su mantenimiento y esto no es una buena y limpia medida en un sistema que se pretende libre.
Que cada grupo económico, financiero, político, religioso, social y lo que sea quiere montar un medio para expresarse y que luego le decimos que es de información (pero no de quién y porqué): pues perfecto, pero que se lo paguen ellos y sus lectores y quienes les apoyan.
Pasa en todo el Estado, y por no hablar de las grandes cadenas de televisión.
En Canarias resulta espeluznante ver y leer prácticamente todos los digitales (diarios, televisiones, radios, etc…) si van con fotos, verán al político más destacado de su entorno, a diario, sus misivas, sus discursos: a diario ; y no es que esté mal “el que salgan”- lo malo es que los demás difícilmente van a salir. Y no es la primera vez que muchos son “tocados” para que no le den cancha a algunos que le llevan la contraria en este u otro tema.
Y repito, cada uno puede y debe hacer lo que le corresponde: “Pero no con el dinero y financiación de las administraciones”, pues precisamente, estas en teoría y por mandato legal, deben vigilar el interés y el derecho de la ciudadanía a la que se supone representan.
Las “camorras canarias” sustentadas por <criollitos> y <neo/mantuanos>; hacen de sus capas sayos y sitúan a los suyos en dichos medios. Y cuando lo ven oportuno, crean los propios.
Y es que tiene precio, y van desde los zurdos hasta los diestros. Todos quieren verse reflejados, y claro, me parece bien: pero que se lo paguen ellos.
Nacionalista de antaño y de pro, supuestas izquierdas como: entristas, sociales, obreristas y otros entran por donde sea. Los que se llaman comunistas y amén, vamos están a lo suyo y a ver si podemos con Podemos que todo es poder; eso los más marginales. Los que tocan poder (es un acto de fe) se arropan de toda la cuerda de medios que al venir del poder están a “su deposición”.
Los más marginales a la zurda /los derechos sabrán sus cosas, pero igual disponen de potentísimos altavoces en radios, prensa y televisión. Son alérgicos al cansancio.
Los extremos zurdos (izquierdistas de derechas) son <sensores> de no afines, “que es una barbaridad”. Quien discrepe “a palos” y aquí no se publica nada de quién discrepe. Igual me parece bien: pero que se lo paguen ellos.
Ese “mantenimiento” permanente no es consecuente con el avance social. Crean “opinión publicada” que al final se convierte en “opinión pública”. Es decir, quien controla los medios, su línea, qué público y que no, qué columnas de opinión acepto: es el que accederá a puestos políticos. El poder es otra cosa, estos son sus títeres.
No hay cosa más cierta que: “El que paga el cantor, pone la tonada”.
Pues por eso, <la libertad de prensa y comunicación “es ahora información”> – se ve secuestrada por las subvenciones a los medios de distinto fin, ideas y credos y así sucesivamente: por tanto, además es pura “propaganda”.
Por ello y por mucho más, hay que impulsar se frene subvencionar, o bien “pagar propaganda” de las instituciones a medios de “información” privados y ejercer un control popular sobre los medios públicos sería ya hora de ser más conveniente. Ya los populistas de <Pudimos> se les va acabando la cuerda, pero ya que son tan “temerarios” si por algún casual vuelven a “tocar poder”; aunque sea de esa forma tan” rocambolesca” que les caracteriza, podrían “meter mano” a todo esto: “eso sí: asesórense antes, qué si no, vamos a terminar de pagarles no sólo el soporte sino darles dineros por publicar”; que nos conocemos.
Claro, que a todo esto: “¿quién frena ahora el toque por detrás?... siempre lo hubo, pero se ha alimentado la camada y vivir del Estado, un ente privado, ni es lo mejor y ni siquiera lo correcto. Al final las tesis de que los medios de información son igualmente “medios de producción” lleva razón ante el panorama, y por tanto da pie a la nacionalización. Aunque recordemos las campañas que se hicieron con el gobierno de Venezuela que por retirar “licencias” a medios que en cualquier país de los llamados avanzados sería tipificados como enaltecedores del terrorismo. Pues en lo internacional hicieron creer que el gobierno era un dictador que acababa con la libertad de expresión.
¡Qué cosa hemos vivido… y las que quedan por suceder!
Pero que se lo paguen ellos.
Post data pa´mas: entre unos medios “que mueven los cuartos” y una cada vez peor utilización del lenguaje y las capacidades de comunicación; volvemos a un sistema aún más duro de esclavitud. Luego diremos “que los jóvenes no leen”: ni saben ni les interesa.
Y una última: “la culpa no fue o será del chachachá”
Ramón Glez. – coordinador de GANA y <aldeano> de España.