Según las fuentes informantes, "los responsables de Hiperdino frente al antiguo Palacio del Hielo en Escaleritas, por orden de los propietarios de la empresa, están destrozando la comida que tiran a la basura, machacando la fruta, rompiendo los yogures, abriendo las bandejas de productos empaquetados, y luego lo rocían todo con los desperdicios de pescado". Los denunciantes aseguran que "los vigilantes de seguridad, cumpliendo órdenes de la empresa, amenazan a la gente que está recogiendo comida de los contenedores, con llamar a la policía, y les impiden coger lo poco salvable de ese destrozo y derroche inhumano".

Los afectados, que son muchos, denuncian con dolor que "parece que matar el hambre sin robar es un delito".

Lo cierto es que se cuentan por centenares los canarios que tienen que buscar comida entre los contenedores de basura de empresas como Hiperdino. Mientras multinacionales foráneas se lucran cada vez más a costa del sufrimiento de los isleños. Por ello la indignación crece entre los desfavorecidos, al observar como empresarios presuntamente de la tierra, emplean métodos humillantes para evitar que puedan sobrevivir.