De esta manera, la investigación comenzó cuando se tuvo conocimiento que en la capital de la isla pudiera estar un ciudadano austriaco bajo una identidad falsa. Al mismo, le constaba una orden internacional de detención en vigor emitida por Austria.
Los investigadores policiales lograron localizar a esta persona tras comprobar su verdadera identidad, la cual coincidía con la persona con la orden internacional emitida, por lo que los policías nacionales procedieron a su inmediata detención.
En su puesta a disposición judicial de la Autoridad Judicial competente y en coordinación con la Audiencia Nacional, se decretó su ingreso en prisión a la espera de su extradición.
Por su parte, los delitos, por los que se decretó la orden internacional de detención, abarcan delitos de tráfico de drogas y contra el patrimonio con penas de hasta 15 años de prisión.