"Si hay una escala de valores en la Sanidad, Lanzarote se encuentra en el quinto mundo", asevera uno de los dos centenares (o más) de personas que desde las 8 de la mañana se encuentran esperando a que le practiquen un análisis de sangre en el Hospital "Doctor José Molina Orosa".
A medida que transcurre la mañana, los ánimos se van encrespando más, mezclados con una pasiva resignación. Pese a la tardanza y la desesperación, todos temen que un comentario "inapropiado" o un alzamiento de voz, acabe "marcándolos" de cara al tratamiento médico futuro.
"Es indignante. Tengo cita desde las 08,15, ya son las 09,45, y todavía no me han llamado", señala por "lo bajini" un vecino del pueblo de Mala, que prefiere mantenerse en el anonimato "por si acaso". Casualmente, esa misma mañana coinciden 4 vecinos de la misma localidad en la desesperante cola, y uno de ellos llamado Antonio denuncia: "Tenemos en el pueblo un un hermoso Centro de Salud, desaprovechado. ¿Por qué los vecinos del pueblo no podemos sacarnos la sangre allí? ¿Por qué tienen que traer a la gente de los pueblos, a este Hospital, como si fuéramos ganado, cuando en todos lados hay centros de salud?".
Varios de los presentes asienten con la cabeza, confirmando las palabras de este sufrido usuario del Servicio Canario de Salud.
- ¿Por qué no sacan sangre en los Centros de Salud?
Una celadora va llamando a los siguientes "pacientes", que van entrando de 5 en 5 para que les extraigan sangre.
Algunos pacientes vienen con bolsas de plástico (otros con mochila), en las que llevan los tarros con la orina de las últimas 24 horas. Son recipientes con capacidad para 2 litros (algunos cargan hasta 3 envases). Por lo que, además de la agobiante espera, está la incomodidad durante horas. Y todos con el oído alerta por si la celadora grita su nombre. "No es cuestión de perder la vez", susurra una anciana de rostro dulce pero cansado.
A Miguel, que tenía hora a las 08,55, lo llaman ¡por fin! a las 10... Pero ahí no acaba la espera.
- "Nos tratan como a ganado"
"Me hicieron sentar en una pequeña sala, con otros 4 pacientes. Y delante teníamos a la vista los cubículos de las personas a las que sacaban sangre. Los veíamos a ellos, como luego nos verían a nosotros los siguientes... ¡Era quintomundista!", recuerda.
Tal y como reconoce una celadora que nos ruega que no la identifiquemos, "ésto ocurre todos los días, y a veces no damos a basto", aunque declina responder a la pregunta de ¿por qué no realizan los análisis de sangre en los Centros de Salud de los pueblos, para descongestionar la Sala de Análisis del Hospital?
Las puertas abiertas permiten que la gente pueda moverse para coger aire. "Y a tranquilizar los nervios",asevera Mamerto, vecino de Güime.
"Mucho peor es cuando falla el sistema informático", remata otra celadora.
¡Mañana será otro día... y otra cola!