Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario
Fue el converso Thenesor Semidán, bautizado como Fernando Guanarteme, probablemente el mayor de nuestros traidores al pactar, con los mal denominados reyes Católicos, la claudicación de Tamarán mediante unos vergonzosos pactos, conocidos como los pactos de Calatayud, a cambio de unas supuestas prebendas que, como es norma de la casa, el colonialismo jamás tuvo la intención de respetar y, en efecto, nunca respetó, pactos que hemos roto recientemente procediendo a la quiebra del Gánigo de Guahedum delante del mismísimo monumento aragonés al miserable y pérfido traidor, y que supusieron no solamente la claudicación de Tamarán sino de toda nuestra patria pues el desertor, junto con sus huestes, pasaron a engrosar las filas del cruel, vil y sanguinario invasor enemigo contribuyendo al sometimiento tanto de Benawaré como de Chinet ¡Fore troque nai! ¡Fuera traidores!
El oportunismo nacionalista de los franquistas de “Colisión” Canaria. “Colisión” Canaria se gestó a partir de la denominada Asociación Tinerfeña de Independientes (ATI), fundada a su vez en un bar de la ex Rambla del General Franco durante una habitual “degustación” de whisky entre Manuel Hermoso (que en su euforia constructora, que nunca nacionalista, llegó incluso a hablar de “nacionalismo mercantilista”) y el fallecido Adán Martín, con la asistencia de algún que otro aficionado. Conocedores de que Canarias siempre se ha caracterizado, desde la colonización española, por un elevadísimo porcentaje de voto potencial nacionalista, han sabido aprovechar esta fortaleza para mantenerse en el poder durante varias décadas mediante un endiablado juego de pactos, manteniendo un discurso pseudonacionalista pero una acción política muy alejada del nacionalismo, reconociendo fervientemente la constitución española que, al negar los derechos nacionales de los pueblos, debería chirriar a cualquier nacionalista sincero, renunciando a incluir en nuestro sistema educativo los contenidos canarios, constituyendo nuestro ancestral idioma hablado y escrito, el wanche, la piedra angular del mismo, identificando “El País” no con Canarias, sino con España (“La Península”, como si no fueran penínsulas la de Jandía, la de Anaga o el mismísimo Yucatán, respuesta dada por un nativo a un soldado de Cortés que, al inquirir por el nombre del lugar para elaborar un mapa, recibió la obvia respuesta: “Yucatán”, o sea, “no te comprendo” y Yucatán se quedó) y una ristra de infinitos despropósitos.
El “nacionalismo” de izquierdas de Nueva Canarias. Sin entrar en demasiado detalle de los prolegómenos que gestaron Nueva Canarias, que resultaría bastante tedioso, someramente podemos comenzar por Izquierda Canaria Unida (ICU) que inicia su andadura en 1986, en la que se integraron el Partido Comunista del Pueblo Canario (PCPC), el Partido Comunista de Canarias y el Partido de la Revolución Canaria (PRC). En 1991 ICU, conjuntamente con las organizaciones de izquierda Asamblea Canaria Nacionalista (ACN) y la Unión de Nacionalistas de Izquierda (UNI) formarían Iniciativa Canaria Nacionalista (ICAN) en un fracasado intento de aglutinar la izquierda canaria pues en 1993 ICAN se integró, junto con los franquistas de ATI, en “Colisión” Canaria. La extraña confluencia llegó a hacer presidente del pseudogobierno de Canarias a Román Rodríguez mediante unas injustas barreras electorales de un 30 y un 6 por ciento, según se tratase de una circunscripción insular o archipielágica, respectivamente, aunque ahora presume de haber pactado la rebaja de dichas barreras aunque sigan en un antidemocrático quince por ciento (15%) a nivel insular. También fue vicepresidente de la Caja Insular de Ahorros cuando la regalaron a Bankia, la que arruinó a miles de ahorradores canarios mediante el timo de la estampita o de las preferentes. Fundó Nueva Canarias al sentirse engañado por “Colisión” Canaria siendo presidente el que fuera vicepresidente de Román Rodríguez, Adán Martín que, supuestamente, habían pactado nombrar a Román Rodríguez vicepresidente y consejero de economía y, como no ocurrió, pues eso. El “mejor rédito político” con el que intentan engañar nuevamente a los canarios es el mantra del diputado 176 que mantuvo en el poder a la extrema derecha de M. Rajoy a cambio de un supuesto descuento a los residentes canarios en viaje a España que sólo beneficia a las aerolíneas españolas y a los proponentes para seguir vendiendo nuestra patria como falsos nacionalistas y fieles y leales traidores.
La traición, consciente o inconscientemente, de pedir la autodeterminación para una colonia. En el año 1959, hace por lo tanto 60 años, surgió el movimiento Canarias Libre, consigna que merece especial atención en particular debido a la manipulación que, posteriormente, el colonialismo y los esbirros a su servicio han hecho de la misma y que deriva de la libertaria consigna VIVAN LAS CANARIAS LIBRES lanzada por nuestro compatriota Secundino Delgado. Sin embargo, Canarias Libre fue un movimiento de izquierda que se acercó al nacionalismo de forma oportunista y del que formaban parte, entre otros, Fernando Sagaseta, Carlos Suárez (abogado laboralista conocido con el pseudónimo de “Latigo negro”), Armando León, Andrés Alvarado, Agustín Millares Sall, así como Antonio Cubillo. El colonialismo truncó el movimiento Canarias Libre apenas 3 años después de su fundación, en 1962, a raíz de la detención de la mayor parte de sus componentes que, tras su encarcelamiento, se integrarían en el Partido Comunista de España con la excepción de Antonio Cubillo que, fugado de las cárceles franquistas, emigró a la capital argelina, Argel, donde fundó el Movimiento para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC) en 1964, siendo la primera vez que una organización independentista canaria reivindicaba, erróneamente, la palabra Autodeterminación (que se aplica a aquellas naciones unidas voluntariamente, como por ejemplo la URSS, pero jamás a territorios coloniales, sometidos por la fuerza de las armas, como es el caso de Canarias) como proceso o metodología de liberación nacional, a la que afortunadamente se le añadió la palabra Independencia a instancias del inteligente anticolonialista Sekú Touré según declaró el propio Cubillo. La libre determinación, autodeterminación o derecho a decidir es un positivo concepto que asiste a las naciones libres que, lamentablemente, no es el caso de Canarias: una posesión colonial española en el noroeste africano y, como tal, le asiste, acorde con la jurisdicción internacional, que está por encima de la legislación de los Estados, la Resolución 1514(XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos colonizados. España, como miembro de las Naciones Unidas, tiene todos los derechos pero también todos los deberes que asisten a las naciones libres y, en consecuencia, tiene que respetar la legislación internacional, por lo que la denegación constitucional de los derechos nacionales que asisten a las naciones oprimidas y colonias, como Canarias, es letra muerta escrita en papel mojado. Sólo el colonialismo y los esbirros a su servicio, incluso honestos compatriotas debido probablemente a la ignorantación generalizada de nuestro pueblo, sobre todo en el ámbito político, defienden la aplicación del derecho de autodeterminación en una colonia, pues el mismo se ejerce mediante un referéndum, al que no tenemos miedo alguno, pues ya le ganamos, y por goleada, el único que nos ha permitido opinar en concreto sobre nuestra integración en la OTAN y que si se celebrara ahora lo ganaríamos con mayor contundencia todavía, como lo ha demostrado la recientísima encuesta del periódico Canarias7 a raíz de las declaraciones de Pablo Casado sobre el AFRICON, rechazadas por más del 73% de los que contestaron la encuesta, cerca de 5.000 lectores, amplísima muestra que rechazó la sede canaria del AFRICÓN gringo con más de 20 puntos por encima de los resultados del Referéndum. Por lo tanto no es el miedo a perder un referéndum de autodeterminación lo que nos impulsa a rechazarlo, sino el hecho de que no procede en una colonia, dado que la descolonización implica el reconocimiento explícito de que somos una colonia con derecho a indemnizaciones por los años de sometimiento colonial, de extracción humana y material, reconocido por todos los Tribunales Internacionales.
La tergiversación de nuestras consignas libertarias por el colonialismo. El MPAIAC hizo temblar los pies de barro del colonialismo fundamentalmente por la actividad diplomática desplegada en las hermanas naciones libres del continente africano que, en 1978 (el 5 de Abril se cumplieron 41 años), siendo jefe del Estado metropolitano Juan Carlos I y último y presidente del gobierno Adolfo Suárez, atentaron contra el abogado y fundador del MPAIAC, Mr. Antonio Cubillo, mediante “el puñal del godo” como el sostenía, para evitar su comparecencia ante el comité de descolonización de los 24 de las Naciones Unidas acompañado del Secretario General de la Organización para la Unidad Africana, Mr. Eteki, atentado que le originó unas secuelas tan graves que le condujeron a la muerte en diciembre de 2012 aunque el colonialismo, torticeramente y para evitar las correspondientes indemnizaciones a su familia, afirme que se debió a causas naturales, hechos que, como hemos prometido, fueron puestos en conocimiento de la Corte Penal Internacional. Especial atención merece nuevamente la fecha del atentado dado que, justo previamente, en 1977, surge la organización Pueblo Canario Unido integrado por las Células Comunistas y el Partido Comunista Canario-provisional y que, interesadamente, vuelve a reivindicar la Autodeterminación como proceso de liberación de una colonia, muy del gusto del colonialismo, que evita de esta forma indemnizar a los damnificados, como el Estado Libre Asociado o la Plena Autonomía, consignas todas ellas procedentes de los países responsables de crímenes de colonialismo, que incluyen crímenes de guerra, de genocidio y de lesa humanidad, que no prescriben, exigiéndoles los tribunales internacionales indemnización a las naciones sometidas y a sus habitantes por saqueo de sus riquezas y represión, hasta la esclavitud y el vil asesinato, de sus habitantes. Desintegrado el MPAIAC, el brazo político del borbonato, fundamentalmente el Partido Socialista Obrero Español, propició la caída de la UPC en 1986, desalojándola tanto de las instituciones insulares como estatales mediante pactos con los conservadores metropolitanos que sin embargo sufrieron una estrepitosa derrota mediante el Referéndum del 12 de marzo de 1986 mediante el cual el valiente pueblo canario rechazó, en una memorable y aplastante victoria, integrarse en la OTAN y cuyos resultados, 33 años después, vergonzosamente, siguen sin ejecutarse por la antidemocrática plutocracia coronada española.
Del ¡VIVAN LAS CANARIAS LIBRES! Al viva Canarias libre y socialista. La organización PCU se rompió o, mejor, la rompieron, apenas dos años después de su fundación, sustituyéndola por la Unión del Pueblo Canario (UPC) en 1979, de la que formaban parte el Partido Socialista Canario (PSC), Partido de Unificación Comunista de Canarias y los restos del PCU, volviendo a reivindicar la Autodeterminación, torticeramente como hemos precitado, para la liberación de una colonia, proceso que se ejerce mediante un referéndum que, en la mayoría de los casos, ganaría la potencia ocupadora debido a la usurpación de los medios de comunicación masiva por su entramado económico y su complejo industrial militar, así como por el control del sistema educativo y la alienación de la población sometida por el vil colonialismo por el clero al servicio del colonialismo, al que precede en todo proceso colonial. Por si no fuera suficiente la abismal diferencia entre la Autodeterminación y la aplicación de la Resolución 1514(XV), de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la concesión de la independencia a las naciones y pueblos colonizados, añadieron a la única consigna libertaria en una colonia (Descolonización e Independencia) la palabra socialista, del “sociolisto”, demagogo y esbirro al servicio del colonialismo Jerónimo Saavedra, popularmente conocido como “el rey Momo”, que definía al mismo socialismo que llegó a fundar los GAL como “Socialismo es libertad”, cuya ineludible e inmediata consecuencia es la división, consciente o inconscientemente, de los anticolonialistas.
Resumiendo, la única consigna libertaria en una colonia es la “DECOLONIZACIÓN E INDEPENDENCIA”, en ese orden exactamente, consigna que nos une frente a nuestro adversario político, el colonialismo y sus esbirros, pues en una colonia la principal contradicción es el colonialismo, no la lucha de clases, por lo que es tan sencillo como fácil de entender que a partir de las consignas “Canarias libre y socialista”, “Canarias libre y anarco-marxista”, “Canarias libre y cristiana, o musical...”, en vez de cohesionar a nuestro pueblo en torno a la liberación, la emancipación nacional, lo dividen retrasando, interesadamente, nuestra senda libertaria. La libertad de nuestra patria es para todos los canarios y canarias, independientemente de su ideología, como sostenía el compatriota Secundino Delgado: “El apostolado hay que hacerlo entre todos los compatriotas, no importa la ideología de esos compatriotas”. Que nadie pierda su valioso tiempo en intentar desviarnos del verdadero sendero libertario.
Ministerio de Ciencias Sociales de la República Democrática Federal Canaria