«Y entre lo mucho que yo ignoraba estaba el hecho de que el movimiento ecologista nacido tiempo atrás con el loable propósito de preservar para las generaciones futuras el único planeta que tenemos, se ha ido diversificando con el paso de el tiempo en cuatro ramas claramente definidas:
El ecologismo de los ecologistas serios, estudiosos, sacrificados y conscientes, que sueñan con dejarles a sus hijos un mundo mínimamente habitable, y que no dudan a la hora de jugarse incluso la vida por conseguirlo.
El ecologismo de los ecologistas de salón, que suelen oír campanas y no saben donde, limitándose a repetir confusos argumentos que les llegaron a través de los medios de comunicación.
El ecologismo de los políticos, que busca todo tipo de excusas, a menudo malintencionadas y pintoresca para oponerse a cualquier iniciativa proveniente de un partido rival y por último, y como subespecie más evolucionada,
El ecologismo de los “golfos, que tan solo lo usan en su propio beneficio a base de chantajear a su posible víctima atemorizándola con la denuncia y el escándalo.
Estos últimos constituyen sin lugar a dudas el grupo más peligroso, puesto que han hecho de sus arteras la más sucia de las profesiones, ya que serían capaces de incendiar un bosque con tal de que lo nombrasen “asesores” de cualquier departamento de medio ambiente, o envenenar a los animales de una reserva natural si con ello consiguiesen entrar a formar parte de su patronato directivo.
Amenazan y extorsionan en busca siempre de protagonismo personal o algún otro tipo de compensación, y si no se les neutraliza acabarán por organizar una autentica caza de brujas al estilo del peor “maccartismo” de hace medio siglo.
Y a mi modo de ver, la más nefasta consecuencia de este último tipo de rastreras acciones, se centra en la evidencia de que a la larga, de tanto insistir sobre un proteccionismo abusivo y mal entendido, se produce en el ciudadano de a pie una lógica reacción de rechazo que acaba por perjudicar a la labor bien hecha, sincera y sensata».
Alberto Vázquez Figueroa.
El escrito está avalado su contenido y enviado por los siguientes colectivos: Asociación de la Mujer "Faina"; Asociación Humanitaria "Puerto Esperanza"; Asociación "Los Marinos" de Valterra; Asociación Juvenil "Alma Guanche"; Asociación Tercera Edad "Tenesor"; Agrupación Social "Guardilama Sol"; Federación "Titeroygakat"; Asociación Vecinal Valterra; Peña "Fútbol Club Barcelona"; Asociación Cultural "Altahay"; y Unidad Vecinal Canaria.