En el anterior artículo de esta serie sobre la superpoblación en Canarias (serie que recomiendo leer por orden para poder encontrar mayor estructura y coherencia a la temática abordada) expuse cómo se disocia en los análisis sobre la problemática de la carga poblacional en Canarias, en mayor o menor medida, por conveniencia o ignorancia según quiénes traten la cuestión, la problemática en sí (carga poblacional) de su raíz (sistema capitalista - régimen colonial) y las consecuencias que esa notable ausencia en el análisis acarrea al modo de proceder de quiénes tratan el asunto con honestidad y ánimo de solucionarlo, así como también puse "sobre la mesa" cuáles creo que son los fundamentos básicos que deben imperar para "tomar buen rumbo" en esta legítima demanda en forma de ley de residencia, no dejando que se convierta en un "chiste" o, peor aún, un elemento burocrático reaccionario antimigración proletaria africana y latinoamericana, como los que llevan tiempo implementándose y postulándose en la Unión Europea y sus estados miembros.
Ahora, continuando el "hilo" que dejé "por hilvanar" en la primera parte, ahondaremos en la relación entre la problemática de carga poblacional y el turismo masivo, relación ésta poco tratada también y que requiere de exposición pública constante para que entendamos correctamente la cúspide del modelo económico en el archipiélago.
Desde la década de los 50 del siglo pasado, si bien el turismo en Canarias ya gozaba de cierta prestigio en Europa, mayoritariamente para personas frágiles de salud, la turistificación del archipiélago se convirtió en una constante hasta nuestros días, siendo uno de los mayores destinos turísticos del planeta. Durante todo ese tiempo el concepto de Canarias como "paraíso" fue gestándose como el gancho perfecto para atraer a todos aquellos turistas (en su inmensa mayoría europeos) ávidos de una experiencia exótica parecida a la que desde el imperialismo cultural se vendía (y se vende) de los archipiélagos del mar Caribe.
¿Por qué señalar está evidencia? Pues porque en el desarrollo de ese imaginario colectivo en Europa de Canarias como lugar paradisíaco se encuentra el origen principal de la superpoblación en nuestro país.
Al ser muy bien aceptado el archipiélago como destino turístico la demanda de visitas aumentó, naciendo entonces un entramado capitalista en torno a dicha demanda. Grandes cadenas hoteleras, compañía de viajes, aerolíneas, etc., vieron la oportunidad de hacer negocio milmillonario en Canarias, comenzando a depredar sobre el territorio para la creación de complejos turísticos y, por tanto, aumentando sus necesidades de un mayor número de visitantes para obtener mayores beneficios.
Al calor de ese modelo económico y la mayor promoción turística de Canarias aparecen, por un lado, los compradores de viviendas cuyo objetivo es (independientemente de alguna otra motivación personal) residir en un país con una imagen exterior fuertemente afianzada en la supuesta vida idílica que aquí existe (el paraíso) y, por otra banda, los pequeños inversionistas que ven la oportunidad de hacer negocio aprovechando la "industria" creada por los grandes capitalistas.
Con todo ello se da, pues, el auge de otro sector que, hasta ese momento, estaba limitado a la demanda interior del país y, poco antes, la muy rentable construcción de complejos turísticos: El sector inmobiliario.
Ante el aumento de demanda de vivienda, las inmobiliarias y pequeños inversores (nacionales y extranjeros) se apresuran a, primeramente, cubrir la necesidad para luego, al igual que el sector turístico, promocionar Canarias como destino (en este caso residencial) para aumentar la arribada de compradores.
Este modelo de negocio, vigente en nuestros días, genera también la necesidad de trabajadores de alta y especifica cualificación que hasta hace no mucho era difícil encontrar en el archipiélago, motivando la búsqueda de trabajadores en Europa que pudieran cubrir las vacantes y, por tanto, convirtiéndose ellos también en residentes. Hablando de dos sectores con tanta magnitud en Canarias, la demanda en el exterior no fue poca.
Con todo esto analizado podemos observar claramente la relación al principio de este artículo mencionada entre turismo masivo y carga poblacional. Es tanto el tamaño negocio capitalista en torno al turismo y el sector inmobiliario que hace tiempo que los límites de sostenibilidad se sobrepasaron. Pero es que aún hoy (de ahí el resurgimiento de petición de una ley de residencia), a pesar de un colapso cercano, se continúa con ese modelo, insisto, milmillonario al que los grandes capitalistas se aferran, y para muestra de ello observemos el caso de 'Cuna del Alma', un megaproyecto calcado a otros tantos que ya se realizaron en el archipiélago, en beneficio de grandes inversores europeos cuyo fin es aprovechar ese lucrativo modelo de negocio ... y sacar aún más rédito gracias al régimen fiscal colonial de Canarias.
Y es que durante todas esas décadas (hasta la actualidad) que repasamos ahora, en búsqueda de mayores ganancias para los grandes capitalistas ya arribados al archipiélago y como atractivo para los que posteriormente fueron (y siguen) llegando, se forjó un entramado fiscal en forma, principalmente, de RIC y REF (Reserva de inversiones de Canarias y Régimen Económico y Fiscal), que dieron lugar a un mayor crecimiento de inversores (y por ende de turistas y compradores) en el país.
Ese régimen fiscal colonial, vendido como una oportunidad de crecimiento interior para el inversor autóctono, no fue engendrado para tal misión sino para favorecer la llegada de pasados, presentes y futuros capitalistas, así como para generar mayor beneficio a los ya instalados. Por ende, es la vertebración burocrática que sustenta el turismo masivo que incentivó e incentiva la llegada de nuevos residentes.
Con todo lo expuesto, ¿cómo podemos intentar paliar la carga poblacional sin mencionar al turismo masivo, y sin explicar que se originan ambos del sistema capitalista y régimen colonial? ¿Qué análisis que no tenga bien claro ésta cuestión puede considerarse adecuado?
Ahí precisamente encontramos los errores más comunes. Los análisis que se hicieron hasta ahora en tiempos recientes, sobretodo por parte de la casta política que impera en la colonia, suelen desligar ambas cuestiones, como si no estuvieran interconectadas, como si no hubiera dependencia la una de la otra. De dicha casta política es esperable (salvo para algún que otro "despistado") que no hilvanen correctamente el asunto para así mantener la confusión sobre el tema en la mayoría de la población canaria pero no es deseable que se sostenga esa desconexión de causas en los postulados de colectivos y plataformas que dicen querer afrontar la insostenibilidad que sufre el archipiélago en aspectos básicos para cualquier país.
La insostenibilidad del sistema y el régimen se soluciona de raíz, no nos llevemos a engaño, con una revolución proletaria que devuelva la soberanía popular y nacional a la clase trabajadora, pero hasta que la organización y formación sean las adecuadas para dicha tarea Canarias debe utilizar todas las defensas habidas y por haber que le permitan frenar la depredación que sufre de manera constante, por lo que no cabe otra que "andar con pies de plomo" y realizar un correcto análisis de la situación aquí abordada para garantizar esas primeras barreras defensivas de manera urgente.
Dada la extensión de lo tratado en este artículo, dejo para el siguiente el contenido restante que tenía intención de incorporar en éste, cuyo temática es el uso partidista que ejerce el colonialismo a través de la superpoblación para mermar el soberanismo en el archipiélago y obtener mayores posibilidades de éxito a la hora de controlar física e ideológicamente la colonia desde la metrópoli y los despachos de los grandes capitalistas con intereses en Canarias.
Alejandro José, activista anticolonial y anticapitalista.