El neónimo Taknara y su función identitaria y simbólica
laverdaddelanzarote.com | 10 de octubre de 2013 (19:54 h.)
Aknar n-Ayt Unaga/Manuel Suárez Rosales
El neónimo Taknara surge en el contexto sociohistórico y político canario como consecuencia de la necesidad -sentida por algunos hijos de esta nación, con profunda conciencia identitaria- de redenominar a nuestro país con un nombre que posea un valor y una carga referencial e identitaria muchísimo mayor que el de Canarias y que, en el fondo y en su esencia, sea el mismo nombre que éste, pero con morfología no hispana, sino canárica, neónimo cuyo substrato radical, a saber, KNR, está documentada, como es sabido, desde hace nada menos que dos milenios (cf. el antiguo gentilicio canarii).
El contenido semántico de Taknara incluye el concepto -central para quienes nos oponemos y resistimos a la despersonalización y alienación políticocultural del pueblo canario- de la identificación de nuestra nación con sus raíces históricoculturales más profundas, que no son otras que las precoloniales. Así surgió (se acuñó) el neónimo Taknara* como el nombre canárico de nuestro país (en este sentido es un etnotopónimo) y de nuestra nación. Como es sabido, identidad territorial e identidad nacional se entremezclan, sobre todo en un país como el nuestro tan claramente delimitado geográficamente.
Obviamente, los nombres son un poderoso medio de identificación tanto social como cultural y étnico, y forman parte de la reconstrucción identitaria de las naciones que han padecido, o que aún vienen sufriendo, una despersonalización/desnacionalización tan acusada como la canaria. Desde que invadieron a Taknara, los españoles han venido imponiendo en este país muchos topónimos hispanos, algunos tan aborrecibles y odiosos como “La Matanza” (con el que, vergonzosamente, se sigue designando al municipio donde tuvo lugar una gran victoria canaria sobre los invasores extranjeros) o “La Victoria” (por supuesto, la de los intrusos y agresores hispanos sobre los defensores de la isla de Djinet/Tenerife).
Como ha señalado el profesor Salih Akin, la neología constituye uno de los procesos redenominativos -los otros son, respectivamente, la recuperación de antiguas redenominaciones y la modificación de las mismas- que caracterizan a las personas, a las poblaciones, a los territorios y a las lenguas (1999:58).
En la dinámica identitaria canaria, el neónimo Taknara constituye una auténtica arma de afirmación canarista, neónimo que se inscribe en la estrategia de reapropiación toponímica y de autoidentificación de nuestro pueblo. Como se sabe, ese proyecto toponímico y político no constituye un caso aislado en el mundo como medio de reapropiación y de control de un territorio determinado. Como ejemplo de ello señalemos el caso de un extensísimo territorio, situado en el noreste de Canadá, cuyo nombre oficial era anteriormente Nouveau-Québec, y que desde 1988 se denomina Nunavik, neónimo acuñado por los inuit (los mal llamados “esquimales”) en su propia lengua. Otro neologismo toponímico es Uiguristan (‘País de los uigures’, pueblo cuyo Movimiento de liberación lucha por un Estado independiente en los territorios que han ocupado desde siempre y que, actualmente, están dentro de las fronteras estatales de otras naciones). En el caso de las Filipinas, los intentos para denominar al país con un nombre autóctono que sustituya al heredado de la dominación española, y que allí pronuncian ‘Pilipinas’ (el tagalo carece del fonema /f/), no han fructificado hasta ahora.
Una profesora de la Université Paris III señala :“el que los nombres de los países puedan ser considerados como marcas identitarias no ofrece dudas. Basta con observar los casos de redenominaciones para darse cuenta uno de ello: el Congo se convierte en Zaire para volver a ser denominado Congo un cuarto de siglo más tarde; Birmania reivindica el nombre de Myanmar (...). Cada cambio de nombre va acompañado, y está determinado, por un cambio político, trasluciendo así el nombre una búsqueda de identidad política históricamente definida”. (Georgeta Cislaru 2006:41. Traducción nuestra del original francés).
El sema mayor y más antiguo de la raíz KNR.
Veamos el sema mayor y más antiguo de la raíz fonética KNR, esto es, la del esqueleto consonántico de Taknara (la T- inicial es la marca del femenino en mazigio, mal denominado “bereber”), canarii, Canarias (la -s final es marca del plural en español), etc.:
·Canarii (fonéticamente kanarii), masc. pl. latino, supuestamente latinización de un gentilicio mazígico. Etnónimo recogido por Plinio el Viejo 5,15 (sigloI).
·Gannaria promunturium**, o cabo de Canaria Extrema, frente a las islas de Taknara (posiblemente el denominado en la actualidad cabo Bojador), señalado por el célebre geógrafo grecorromano Claudius Ptolemaios (siglo II).
·Canariae insulae, fem. pl. latino (“las islas Canarias, en el Océano, cerca de la costa de äfrica”, Arnobius 6,5. Este autor, el Arnobio el Viejo de los españoles, fue un apologista cristiano nacido en Sicca Veneria, en el África proconsular, y que murió circa 327. este mazigio latinizado fue, que se sepa, el primer autor que empleó el sintagma Canariae insulae, ‘islas Canarias’, es decir, pluralizó el nombre Canaria (cf. Félix Gaffiot, Dictionnaire latin-français 2000:254).
·Qamnuriyya (pronunciar “Qamnuría”). Nombre arábigo que empleó Al-Idrisi, el célebre autor del siglo XII, para referirse a la Taknara continental: “(...) el territorio de la Qamnuriyya (...) confina al oeste con el océano Tenebroso, y al Este con el desierto de Nisar, por donde pasa la ruta de los mercaderes de Aghmat, de Sijilmasa, de Dar’a y del extremo del Nul, que se dirige a Ghana y a las regiones limítrofes del Wanqara, el “país del oro”.
“(...) ya no queda, pues, más que un pequeño grupo de habitantes de la Qamnuriyya, grupo disperso en este desierto o cerca de la costa, que vive de leche y de pescado, y que apenas tiene de que subsistir (...). Se desplazan al interior de esos territorios, acordando treguas con sus vecinos, y, hasta hoy, han vivido en paz con los demás.
“Desde la Qamnuriyya se ve la montaña de Manan, que termina en el Océano. Esta montaña es escarpada, su cima es elevada y la tierra allí es roja. (Al-Idrisi 1999:100-101.Traducción nuestra de la francesa hecha del original arábigo por el chevalier Jaubert, y revisada por Annliese Nef).
La forma Qamnuriyya es arabización de la latina Canaria o, tal vez, de la mazígica.
·Pietre le Canare. Indígena canario bautizado, como su nombre de pila indica, de quien se habla en Le canarien (crónicas de la conquista franconormanda de las islas de Taknara), obra de principios del siglo XV.
·Kanar. Hidrónimo y orónimo de Marruecos (Abdelaziz Allati 1997:68, y 2002:49).
·Ganar/Kanar. Nombre con el que los senegaleses que habitan a orillas del río que da nombre a su país designan a todo el Sáhara occidental marítimo, es decir, a todos los territorios que se extienden a lo largo de la costa desde el indicado río hasta el uadi Draa (antiguamente el río Darat) y las estribaciones del Atlas Menor o AntiAtlas.
Respecto a las formas Ganar y Kanar debe indicarse que, en diversas lenguas, el fonema oclusivo sordo /k/ permuta en algunas voces con el oclusivo sonoro /g/. Señalemos tres ejemplos de ello en mazigio:
agud/akud, ‘tiempo (cronológico, no meteorológico)’
gigan/kigan, ‘mucho’.
agbur/akbur, ‘pañuelo (de algodón)’.
·Aganar. “(...). A la llegada de Ti-n-Hinan**, los isabaten que quedaban vivían en cuevas en los montes Taessa. Veían a lo lejos la gran llanura blanca de Aganar, mirándola como a una divinidad, y temiéndola (...)” (Charles de Foucauld 1952, II:536).
Campos semánticos periféricos de la raíz KNR.
Bajo esta rúbrica se incluyen los vocablos mazígicos siguientes:
Akanar (pl. ikanaren); fem. takanart (pl. tikanarin)
aknar (pl. iknaren); fem. taknart (pl. tiknarin)
aknari (pl. iknariyen); fem. taknarit (pl. tiknariyin)
Las formas aknar y aknari son variantes de akanar, ‘canario’. La forma plural de aknariempleada generalmente es, como ha quedado indicado, iknariyen, pero más acorde con el genio de la tamazight (la lengua mazigia) es la forma plural iknariwen (fem. pl. tiknariwin).
La forma taknarit es empleada en el suroeste de Marruecos para designar a la fruta del nopal o tunera, el tuno o higopico, el denominado en España higo chumbo. El término taknarit significa exactamente ‘canaria’, y por extensión, la fruta del nopal, seguramente por haber sido esa planta, originaria de Mesoamérica, importada en la indicada región marroquí de las vecinas islas de Taknara. La forma masculina aknari es empleada en algunas zonas del suroeste de Marruecos para designar al nopal o tunera, pero en otras zonas de la misma región se emplea el término mazígico udderg para designar a la misma planta.
Hay que señalar que en otras regiones del vecino país el tuno o higopico es denominadotarumit, vocablo que tiene los significados de ‘cristiana; francesa; europea’, y sólo por extensión ‘higopico’. Tarumit es mazigización de la voz arábiga rumi mediante las marcas mazígicas del femenino ta----t, voz cuya primera acepción es la de ‘romano’ (Émile Laoust 1920:422).
Asimismo hay que señalar que los mazigiohablantes de ciertas zonas del Marruecos central denominan a la fruta del nopal tahendit, ‘india’ ( Émile Laoust 1920:503), vocablo que aludía seguramente no a la India propiamente dicha, sino a las Indias occidentales, o América, de donde procede la indicada planta.
Nada tiene de extraño que el fruto del nopal o chumbera sea designado en algunas zonas dialectales mazígicas con los términos respectivos de taknarit, ‘canaria’; tarumit, ‘francesa; europea’; o tahendit, ‘india’. Acá mismo, en Taknara, podemos encontrar en las tiendas y en los
supermercados cierta clase de melocotón semejante al pérsigo (= ‘persa’) y de forma aplastada denominado ‘paraguayo’. Y en la hermana nación borinqueña (Puerto Rico), a la naranja dulce se la denomina ‘china’ (cf. DRAE I, 2001:532). Los azuagos (“kabilios”) emplean para designar a esta misma fruta el término taçinat (pl. tiçinatin.Variante taçinet, pl. tiçintin), voz que significa precisamente ‘china’ (J.-M. Dallet 1982:97). (La letra /ç/ representa el mismo sonido que en español o castellano el dígrafo /ch/).
Señalemos también que en el suroeste de Marruecos, donde es empleado el términotaknarit***, ‘canaria’, para designar al tuno o higopico, esta fruta es denominada asimismoakurru (pl. ikurran), ‘higo’ (Edmond Destaing 1940:43 y 357). Para diferenciar al fruto de la higuera, o higo, del higopico o tuno, allá dicen akurru n tazart, ‘higo de la higuera’, y akurru n teknarit, ‘higo de Taknara’ (ibidem 127).
En Tazwawa (=”Kabilia”), el nopal es designado con el término akermus. La forma femenina de esta vocablo, takermust (pl. tikermusin) designa a la fruta de esa planta.
Respecto a la forma taknarit, variante, como se ha señalado, de takanart (que creemos es la forma que debe ser la normalizada por razones que expondremos en otro lugar) y cuyo masculino es aknari, hay que indicar que -i(t) es el sufijo adjetival de origen (o ‘nisba’) característico del semítico, es decir, con el que se forman los gentilicios: -i (fem. -it) en hebreo; e -iyy (fem. -iyya) en árabe, sufijo que adoptó el español o castellano principalmente como sufijo de gentilicios, pero también de otros vocablos derivados de nombres propios arábigos e, incluso, hispanos: israelí, marroquí, iraquí, andalusí (=hispanomusulmán), marbellí, fatimí, alfonsí (vocablo que alude al rey hispano Alfonso X “el Sabio”), etc., etc., sufijo que en mazigio es innecesario salvo, quizás, y por razones eufónicas o de más fácil pronunciación, en ciestas voces.
Y para concluir con el campo periférico de la raíz KNR, vamos a referirnos seguidamente aTaknara, neónimo que responde perfectamente a todo lo que se requiere para que un neologismo pase a integrarse en la toponimia mazígica, y, también, en el léxico del castellano hablado enTaknara, en este caso gracias a que todos los fonemas de este neónimo mazígico existen asimismo en la lengua de Andrés Bello y de don Iberito Pérez Galdós.
Hay que insistir en que el término Taknara está bien formado, es decir, ha sido acuñado según las normas morfológicas de la tamazight. Así, pues, tanto morfológica como fonéticamente, ese neónimo se integra en el sistema lingüístico del mazigio, del que el canario constituía un grupo dialectal. Por otra parte, el neónimo Taknara cumple una función de primer orden que la forma hispana Canaria(s) no satisface, y ello aunque la C- se sustituya por K-, cosa que ciertas personas que carecen de toda noción de tamazight han venido haciendo estos últimos años. Ese neónimo denota un conjunto de contenidos semánticos que evocan en los canarios ciertas representaciones mentales que nutren nuestra cultura canárica en (re)construcción.
“Acuérdate de dónde vienes para poder volver si te pierdes”, reza un proverbio africano. Y la forma Taknara nos hace recordar nuestras raíces canáricas mucho más y mejor que la forma hispana Canarias o que la pseudomazígica “Kanaria”.
La iniciativa de mazigizar morfológicamente el nombre de nuestra nación se inscribe en una empresa neológica de afirmación de nuestra identidad nacional, iniciativa análoga a la de otras naciones cuyos Estados respectivos han nacido de la descolonización, la mayoría de los mismos en el período comprendido entre los años 1950 y 2000. Algunos de los nuevos Estados, además de crear una bandera, un lema, un escudo y un himno, han (re)formado el nombre de su nación
Es oportuno recordar en este artículo acerca del neónimo Taknara, que el nombre deTamazgha, el de toda el África mazigia incluido el archipiélago deTaknara, fue acuñado hace apenas cuatro décadas a partir del esqueleto consonántico del etnónimo (t)amazigh(t), ‘mazigio, -a’, esto es, de la raíz MZGh.
Campos semánticos diversos y heterogéneos con radical consonántico KNR.
En primer lugar, nos referiremos a una voz mazígica homófona y homógrafa de la ya indicadataknart, que es variante de takanart, ‘canaria’, como ya se ha indicado. En el grupo dialectal tuareg, grupo que algunos lingüístas consideran una lengua mazigia aparte, taknart significa ‘novia; recién casada’ y, por extensión, ‘muñeca’ (cf. Karl-G. Prasse, Ghoubeïd Alojali y Ghabdouane Mohamed 2003, I:390). En la misma lengua tuareg, el término taknart en la acepción de ‘muñeca’ es sinónimo de tasunart (pl. tisunarin), cuya forma masculina esasunar (pl. isunaren), ‘muñeco’, voz que también puede significar ‘maniquí’.
En el tomo II del mismo Dictionnaire touareg-français de Karl-G. Prasse et alii, en la página 730, se da la siguiente definición de tasunart: ‘poupée (jouet d’enfants, en forme d’homme ou d’animal)’, cuya traducción castellana es ‘muñeca (juguete infantil con forma de persona o de animal)’.
En el dialecto de los también mazigiohablantes de la región libia de Adrar n Infusen, en la Tripolitania, la voz que significa ‘muñeca’ es tasilut (pl. tisila), que deriva del vocablo panmazígico taslit (pl. tislatin), ‘novia; recién casada’, cuya forma masculina es asli (pl. islan). Por extensión, taslit también significa ‘muñeca’ entre las niñas mazigiohablantes. Y en zenaga (el dialecto mazígico de Mauritania), el término que designa a la muñeca es tamanagt (pl.timanagin).
·Akanaru. Antropónimo empleado por los tuareg (Karl-G.Prasse et alii, ibidem).
·Kener. Interjección tuareg. ejemplo de empleo: Wer-inna kener, ‘il ne dit pas un mot’ (Karl-G. Prasse et alli, ibidem), frase que se puede traducir al castellano como ‘(él) no dice ni pío’.
·Tekanart (pl. tikanaren), ‘frente [anatomía]’ y, por extensión, ‘frente de combate’, acepciones ambas del tuareg (Karl-G. Prasse et alii, ibidem). La forma aumentativa de tekanartes ekanar (pl. ikanaran).
En la mayoría de los dialectos mazígicos los términos que designan la ‘frente’ son de raíz IR o NIR: anir, ayri, taynart… (Émile Laoust 1920:112).
·Agnar/tagnart es el nombre que los mazigiohablantes del suroeste marroquí dan a un cuarto de una vivienda reservado a las mujeres, y que da al porche o cobertizo (Edmond Destaing 1940:290). La voz homónima y homógrafa agnar (pl. agnaren), ‘veinte’, fue empleada en otro tiempo en Marruecos (Mohamed Chafik 2003:167).
Volviendo a lo que más arriba se ha indicado acerca de las voces que tienen el mismo sonido pero que pertenecen a campos semánticos diferentes, como es el caso detaknart ‘canaria’ (como hemos indicado, y al igual que taknarit, variante de takanart) y taknart, ‘novia; recién casada’ y, por extensión, ‘muñeca’, hay que insistir que, en lingüística, la homofonía caracteriza palabras que tienen el mismo sonido aunque se escriban de distinto modo y signifiquen cosa distinta. Veamos a continuación un par de ejemplos de voces homófonas en español y, seguidamente, otros dos ejemplos de homofonía en francés:
Vaya (del verbo ir): valla (cerca, vallado); baya (tipo de fruto).
Presa (animal cazado): presa (obra para contener aguas): presa (mujer que sufre prisión).
Fête (fiesta): faite (hecha, del verbo faire); faîte (cima, pináculo, caballete (de un tejado)).
Avocat (abogado): avocat (aguacate).
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Y para concluir, hay que subrayar, primero, que Taknara es una nación que continúa (re)construyéndose a si misma, y que su nombre canárico connota el renacimiento identitario de nuestro pueblo, renacer que expresa tan bién el lema de nuestra nación: Lulegh dagh n yighdan-iw (‘Renazco de mis cenizas’). Y, segundo, que los ecos del grito lanzado el 18 de noviembre [Día Nacional de Taknara] de 1897 en Caracas por Secundino Delgado y sus compañeros de “El Guanche”, a saber, ¡Vivan las Canarias libres!, sigue resonando en las conciencias canarias tan fuerte como entonces.
Notas
*La forma mazígica del nombre de nuestra nación fue acuñado y dado a conocer en la última década del pasado siglo XX.
**Ti-n-Hinan es la antepasada legendaria de los Kel Ahaggar, tuareg que habitan en el macizo volcánico del Ahaggar, en el Sáhara argelino. Ahaggar es variante dialectal tuareg de ahawwar(pl. ihawwaren), pues la semivocal /w/ cuando es geminada (doble) se transforma en algunos dialectos mazígicos en una /g/ geminada, y, en otros, en una /b/ también geminada. Un ejemplo:
tawwurt, ‘puerta’ = tabburt = taggurt.
*** En la acepción de ‘tuno, higopico’, taknarit es nombre colectivo. En mazigio, ‘un higopico o tuno’ se dice yat teknarit (pl. tiknariyin: semmust teknariyin, ‘cinco higos-picos’).