AMASIK MONTERO
Siete islas, siete estrellas
Grandes hombres, dura raza
Donde moraban las mujeres más bellas
Donde no se temía ninguna amenaza.
Pero llegaron infames hombres extranjeros,
trayendo fuego, dolor y muerte.
Vendiendo a mujeres y niños como corderos,
condenando a una raza a su suerte.
Aquellos hombres y mujeres lucharon,
defendieron cara su vida
y a los crueles invasores derrotaron.
Pero llegaron más extraños, ardientes como la centella,
trayendo una cruz como añagaza,
y protegidos por sus duras corazas
se apoderaron de nuestra tierra.
Es la historia que mis padres me contaron,
de una raza luchadora y sufrida,
y de todas las leyendas que se crearon.