Para un canario consecuente, como es mi caso, que „descubrí” Marruecos en 1985 siendo presidente de la „Asociación de Amistad y Cooperación Canario-Marroquí”; reinando el extinto Monarca Hassan II (padre del actual Soberano Mohamed VI), a cuya Fiesta del Trono asistí en Marrakech invitado por el Gobierno de entonces, es poco menos que imposible ser objetivo a la hora de hablar o escribir sobre este maravilloso País. Aunque bien es cierto que „amor no quita conocimiento” y, por tanto, esa subjetividad no está reñida con el rigor informativo y el análisis imparcial y ponderado de la espléndida realidad marroquí tantas veces manipulada y tergiversada a propósito, de forma interesada y capciosa.
Porque lo mio con Marruecos, y lo reconozco abirtamente, sin ningún rubor, fue un „amor a primera vista”; y ya desde la primera vez que lo visité quedé cautivado de su historia milenaria, su ancestral cultura, sus gentes hospitalarias y serviciales (que no serviles), y de su exquisita gastronomia y reposteria, muy parecida a la canaria por sus ingredientes de almendras y miel. Y, por qué no decirlo, de sus bellas y encantadoras mujeres, que hoy gozan de plenos derechos (recogidos en la vigente Constitucion de 2011, mayoritariamente aprobada en referendum por el pueblo marroquí), gracias a los desvelos del Rey Mohamed VI en su defensa a ultranza de los DD.HH y situar a la mujer en el lugar que le corresponde en la sociedad.
Una breve reseña histórica nos situa en „Santa Cruz del Cabo Aguer” como se conocía antiguamente Agadir, capital de la Región de Suss Massa y de la Provincia de Agadir Ida-Outanane; que limita al Norte con las provincias de Essaouira y Marrakech, al Sureste con la provincia de Uarzazat, al Sur con las provincias de Tan Tan y Tiznit y al Oeste con el Océano Atlantico y Canarias. Agadir que está al NE de Lanzarote (el vuelo desde Gran Canaria en Binter, que por cierto ejerce una abusadora „posición de dominio”, dura una hora y treinta minutos), es una ciudad estrategicamente situada, a medio camino entre el Norte y el Sur de Marruecos; y se encuentra a 600 Km al Sur de Rabat, la capital del Reino, y a unos 440 km al Sur de Casablanca, la capital económica del país e importante nudo de comunicaciones aéreas, marítimas y terrestres, lo que convierte a Marruecos en el verdadero „hub” de África y referente inequivoco del Magreb.
Fundada por los portugueses sobre el año 1500 (recuérdese que España y Portugal se repartieron la „mar océana” más allá del Estrecho de Gibraltar a partir de 1493); en 1526 fue invadida por los sauditas. En 1911 se produce la crisis de Agadir, y entre 1912 y 1956 pertenece a Francia, pasando ese año a la soberanía de Marruecos. EL 29 de febrero de 1960, un devastador terremoto arrasa con la ciudad habitada entonces por unas 12,500 personas; y la reconstrucción de la nueva, pujante y moderna Agadir se realizó a unos 2 km del sur del epicentro. Hoy Agadir, donde trabajo actualmente en el ámbito profesional de la Consultoria, Asesoramiento e Intermediación, para colaborar en el establecimiento de empresas canararias aquí (ya hay algunas de diversos sectores), es una gran urbe turística, donde la vida es muy barata (un euro equivale a 10 dirhan); con una Gran Marina que podria asemejarse, salvando las distancias, al Puerto de Mogan en Gran Canaria con Urbanizaciones de lujo, y todos los servicos que demandan los visitantes de gran poder adquisitivo.
Lamentablemente, el caso es que Agadir en particular y Marruecos en general son esos grandes desconocidos, siendo nuestros vecinos del Este, a escasos 96 km de distancia que equivalen a 59,65 millas marinas. De ahí, que el Archipiélago canario, excepto las Islas de La Palma y El Hierro estén dentro la ZEE (Zona Económica Exclusiva) de Marruecos, instituida en abril de 1981; realidad geo-física, argumentada por destacados juristas marroquies para afirmar que „las Islas Canarias están situadas en lo que sería la prolongación natural de la Plataforma Continental de Marruecos”, que es el lecho marino de la ZEE, de una anchura de 200 millas. Pero ese es otro tema que trato de forma exhaustiva y monográfica en mi libro: „Canarias lo tiene crudo”, Editorial Bilenio 2014.
Pero la gran incongruencia es que pese a estar tan cerca, sin embargo siempre han estado tan lejos por desconocimiento, fundamentalmente. Como digo en mi libro: „Mohamed VI, Paladin del Panafricanismo. El regreso de Marruecos a la Unión Africana”, Canary e Book, 2017: „Para los amables lectores que no hayan tenido todavia la oportunidad de visitar Marruecos, que el imaginario popular asocia a la mítica versión cinematográfica `Casablanca´, ciudad donde se erige la Mezquita Hassan II, el templo más alto y segundo más grande del mundo, lo que refuerza la imagen imperial de un Marruecos de leyenda; quiero decirles que este país va más allá de la emblemática película protagonizada por Ingrid Bergman y Humpfrey Bogart; aunque Marruecos sea efectivamente para muchos la reminiscencia de un viejo y apasionado amor entre los protagonistas del cuadro de actores de la película. En `Casablanca¨ lo mismo se tocaba jazz a piano solo que se entonaba con pasión la Marsellesa o se negociaba la obtención de salvoconductos finalizada la Segunda Guerra Mundial”.
Marruecos es hoy una moderna y consolidada Monarquia Parlamentaria, con separación de Poderes como corresponde a un auténtico Estado de Derecho; con elecciones libres y democráticas, en las que se respetan escrupulosamente los resultados electorales y la alternancia política, y donde cohabitan sin ningún problema Monarquia e Islamismo, como destaca en portada la revista marroquí „ Tel Quel” en su número 868 de julio-agosto con motivo de los 20 años de fructifero reinado de Mohamed VI: „La Cohabitation avec les Islamistes 2011 -2019”. Un Rey que cumple el papel que le asigna la Constitución de Árbitro del juego político, al tiempo que su condición de „Príncipe de los Creyentes”, le confiere una indiscutible autoridad religiosa y una incuestionable autoridad moral siendo ademas un elemento de cohesión social y vertebrador del pueblo marroqui, volcado con su Rey. Que como destaca en portada la revista „Maroc Hebdo en su número 1312 de julio-septiembre, reina y gobierna: „Mohammed VI, 20 Ans Après. Un Roi qui Règne Et Gouverne”.
Por ello, los canarios de buena voluntad que se identifiquen con sus ancestros procedentes del Norte de Marruecos -como ha quedado meridianamente claro en los hallazgos aborígenes localizados en „Risco Caído”, que la UNESCO ha declarado patrimonio común de la Humanidad-, debemos considerar a Marruecos un amigo (ver al respecto mi artículo publicado en EL DÍA„Marruecos, el enemigo inducido”) con quien debemos mantener unas fluídas y estrechas relaciones de amistad y cooperación; con políticas complementarias, no competitivas, beneficiosas para las partes. Y en ese inmenso país, que la prestigiosa revista „Le Point” en su edición de 11 de julio de 2019, número 2445, titula con grandes carácteres tipográficos; „Maroc, le nouvelle puissance” (Marruecos la nueva potencia), hay dos localizaciones estratégicas de primer orden y de sumo interés para el tejido empresarial de Canarias: Agadir y, siguiendo hacia abajo el Sahara, las Provincias del Sur marroquies, nuestro hinterland natural y donde se encuentra uno de lo caladeros más importantes del mundo llamado tradicionalmente banco de pesca „canario-sahariano”.
En consecuencia, y a la vista de todo lo expuesto, procede afirmar que la tan cacareada „internacionalización de las empresas canarias” reiteradamente demandada por los agentes económicos y sociales de las Islas está aquí enfrente, sin lugar a dudas. Marruecos es, insisto, el autentico „hub” de África, nuestro continente; y desde esta estratégica „base de operaciones” se puede acceder en condiciones óptimas al resto de países africanos; máxime ahora, cuando la Unión Africana (UA) ha puesto en marcha el „Tratado de Libre Comercio Continental Africano (AfCFTA) por sus siglas en inglés, que supone un mercado potencial de 1.200 millones de personas. Ello haria que los canarios rentabilizaramos en beneficio propio nuestra envidiable „renta de situación”, entre trés continentes; África, Europa y América.
Agadir, agosto de 2019 [email protected]