Anaga podría ser declarada reserva de la biosfera, un espacio natural protegido de indudable belleza y de una riqueza natural fuera de toda duda.
Cualquiera que se adentre en El Macizo de Anaga quedará fascinado con el paisaje que se abre ante sus ojos, hierven los sentidos, y se palpa la tranquilidad y el misterio de un lugar mágico.
Sólo cuando se mira con los ojos de alguien medianamente interesado por su flora y fauna es cuando surgen los peros. Anaga, y concretamente su zona de Monteverde, está siendo asfixiada literalmente por varias especies foráneas que impiden la reproducción de las plantas de sotobosque propias de este ecosistema. Se ha dejado tanto de la mano esta invasión, que una de estas especies tipo enredadera ya cubre troncos enteros, creando lianas y alfombras en grandes extensiones de suelo, sin que hasta ahora se haya hecho acción material alguna para erradicar dicha amenaza.
En gran parte de los bordes de las carreteras la flora autóctona del lugar está retrocediendo, degradándose el espacio, perdiendo éste, calidad y cantidad en las especies propias del Monteverde.
No se entiende que teniendo estos espacios Planes para su protección y conservación te llegues a encontrar un geranio de jardín dentro de un espacio protegido como El Pijaral, catalogado como Reserva Natural Integral dentro del propio parque, para la preservación entre otros valores de varias especies raras o amenazadas… y donde las invasoras campan a sus anchas.
No cabe duda, que nuestros espacios protegidos no se protegen por si solos, necesitan del mimo y de la atención del que hoy en día carecen, de nada servirán los títulos que puedan concederles si su conservación no es la que se merecen.
Entendiendo que se trata de un parque rural donde coexisten la acción humana con la naturaleza y que esto influye en la entrada de especies no deseadas, no es menos cierto, que desde las instituciones se debe de poner todos los medios necesarios para mejorar la calidad en la conservación. La creación de puestos de trabajo entorno a esta conservación es una asignatura pendiente, y ésta, no debería de ser temporal, sino continua en el tiempo para que logre los efectos deseados.