Pero desde entonces, como en todo, este salto cualitativo hacia adelante que tantos beneficios trajo para la isla, trajo también consigo sus propias patologías y la empresa pública Inalsa, la encargada de gestionar nada menos que un monopolio, el de la producción y distribución de agua para todos los lanzaroteños, que debería haber sido modelo de explotación pública generando superávit económico para redistribuir los recursos en forma de acción social entre todos los lanzaroteños, acabó lamentable e increíblemente en todo lo contrario: sumida en la bancarrota tras décadas de pésima gestión -por no llamarlo de otro modo más crudo- por parte de los sucesivos responsables políticos que estuvieron a su cargo. Inalsa terminó en la ruina con nada más y nada menos que 50 millones de euros de deuda a sus espaldas, plantas desalinizadoras y tuberías obsoletas completamente anticuadas, pérdidas en la red del 50% del agua potabilizada producida y cortes de suministro constantes, poniendo en peligro el abastecimiento hidráulico tanto a nuestra industria turística como a la población y provocando en ocasiones situaciones de emergencia hídrica.
Una vergüenza y un despropósito de tal magnitud que todavía hoy cuesta entender que todas las formaciones políticas de esta isla en la oposición -con la mediocre actitud del PP que ha calificado de pelotazo la adjudicación a una empresa controlada por ellos en la Comunidad de Madrid; con los trasnochados y falsos debates de Alternativa Ciudadana en torno a una supuesta defensa de lo público; pero sobre todo y especialmente con la hipócrita actitud de los mismos partidos responsables y causantes directos de la ruina de una empresa propiedad de todos los lanzaroteños, es decir, el PIL y PSOE- puedan tener la desfachatez y el cinismo, y por qué no decirlo la desvergüenza, de alimentar oscuras sospechas sobre el desembarco de Canal Gestión en Lanzarote, que ha venido a poner luz donde sólo había sombras. Una empresa de solidez profesional y solvencia económica suficientemente acreditadas que, tras un impoluto e intachable proceso de adjudicación mediante procedimiento negociado con publicidad estrictamente ajustado a legalidad, ha sido sin duda hasta hoy una gran suerte para todos los lanzaroteños que se hiciera en 2013 con las riendas del ciclo integral del agua en Lanzarote, poniendo sobre la mesa más de 100 millones de euros, 54 para inversiones en el conjunto de esta isla tan sólo en los primeros cinco años de los treinta en los que desarrollará su cometido y pagando la cantidad de 50 millones de euros que se debía a los acreedores.
De este modo, por más que se empeñen en faltar a la verdad, lo cierto es que ya nadie podrá poner en cuestión que desde CC, junto con unos consejeros pertenecientes al ala más responsable y sensata del PSOE, que afortunadamente hemos tenido como socios de gobierno en los últimos años, hemos resuelto el problema del ciclo integral del agua y la deuda que pesaba sobre Inalsa y que por ende amenazaba subsidiariamente a las administraciones públicas que conforman el Consorcio del Agua. Digan lo que digan, lo incontestable es que el pasado año Canal Gestión comprometió más de 23 millones de euros en obras, un 67% más de los poco más de 13 millones anunciados inicialmente, de los que se certificaron más de cinco millones y prevé ejecutar y certificar antes de que finalice 2015 más de 35 millones de euros.
Estas cifras proporcionan argumentos de sobra para calificar como una fortuna para Lanzarote la llegada de Canal Gestión a la isla, pues no sólo ha resuelto el problema económico, sino que en estos momentos está dando empleo directo a través de subcontratas a más de cien personas, además de la dinamización e impulso económico que supone para los proveedores de estas últimas. Así lo pienso y así lo corrobora la población lanzaroteña que en una reciente encuesta sobre la satisfacción de los abonados en relación a la gestión actual del agua en Lanzarote otorga casi un notable tanto a Canal Gestión como al servicio que viene prestando desde hace algo más de año y medio, lo que indica que la ciudadanía está valorando positivamente la gestión de la empresa -como no podía ser de otra forma tras más de un lustro de permanentes cortes de agua que a día de hoy se han eliminado por completo, y una deficitaria atención en una única oficina cuando hoy hay sucursales en casi todos los municipios de la isla-, logrando Canal Gestión la confianza que no tenía su antecesora, Inalsa, paradigma de la incapacidad y ejemplo que pasará a los anales de la historia de lo que nunca debe hacer un gestor público.
Por todo ello, y por muchas más razones que es imposible resumir en pocas líneas, confieso francamente que a uno todavía le sorprende y no termina de acostumbrarse a que el resto de formaciones políticas puedan poner “peros” a la fórmula de gestión que resuelve lo que algunos de ellos destrozaron y da solución a lo que otros, desviando la atención con populismo inviable, serían incapaces de hacer. No obstante, resuelto ya el pasado, se trata de mirar hacia adelante y encarar el porvenir de esta isla con ambición y optimismo, estableciendo bases sólidas para el que quizá, a partir de ahora, sea nuestro mayor reto de futuro a medio y largo plazo. Y es que con la externalización del ciclo integral del agua se ha abierto un escenario económico que nos va a permitir acometer, de entrada con potentes inversiones que ni son humo ni son ficticias -ahí están las fichas financieras con sus correspondientes dotaciones frente a los argumentos demagogos de la oposición-, la senda del cambio de modelo energético para que Lanzarote en apenas 5 o 6 años produzca el 20% de su energía con energías limpias, y de aquí a 30 años, por qué no, esta isla sea 100% sostenible. Un ilusionante y alcanzable objetivo que entronca de lleno con el lema “Agua y Desarrollo Sostenible” con el que se ha conmemorado este año el Día Mundial del Agua. ¿Encontrarán algo malo también en esto?.
* Pedro M. San Ginés Gutiérrez es presidente del Cabildo de Lanzarote