No me llamen ni “pro” ni “anti”
Cuando veo a gente que se dice “anti…” me cuesta ya de entrada oír su argumentos. Antimilitaristas, antisistema, antiglobalización,… Son mucho “anti” y con muy poca capacidad de comunicación, creo que les queda por hilar un mensaje coherente a pesar de tener las ideas claras o aparentar asentarse en cierta firmeza.
Desde luego prefiero a los pacifistas que a cualquier tipo de “anti”, quizás porque ellos asumieron desde el principio que los belicistas son lo más chocante que hay con el respeto por la vida, con la humanidad que evoluciona. Yo también considero a los belicistas lo contrario del concepto que tengo de humano, sin dudarlo los calificaría como anti-humanidad sin miedo a desviarme un ápice.
Tampoco me fio de los “pro…” porque no terminan de definirse. Los que justifican la carrera armamentística o la carrera espacial, al final, no son más que belicistas. Cuando son pro carrera armamentística o se alinean en cualquiera de los bandos militares, mimetizados tras el “pro”, solo hacen gala de cobardía y de la pretensión de imprimirle sutileza a lo que saben cada vez se rechaza más, por una sociedad que ya evolucionó hasta condenar la violencia.
Ya una gran parte de nosotros sabe que no nos hace falta tener a la OTAN preparada para rechazar un ataque extraterrestre o que la fabricación y venta de armas no se justifica de ninguna manera. Cada vez somos más conscientes de los intentos de manipulación a través de documentales y películas, y que no son solo los medios de comunicación (o noticiarios) los responsables de la mala educación y la anti-evolución de la especie.
Yo soy de las personas que tenemos las ideas claras y articulamos un mensaje en el camino hacia una sociedad mejor. Soy de quienes lo hacemos valorando los pros y los contras públicamente, para desenmascarar las tramas que nos hacen retroceder como comunidad, y lo hacemos con toda “pro-piedad”.