Hacer del sentimiento un derecho
Por mucho que lo quiera, por muy fuerte que lo queramos todos juntos, todos los sentimientos no se contemplan en derecho. Pero, por mucho que lo deseen algunos, hay sentimientos que se sostienen en el derecho internacional, por poco o a destiempo que haya evolucionado este último.
En Canarias, muchas personas pensamos que fue en el momento de nacer cuando se empieza a desear la emancipación del Archipiélago como nación independiente. Y es que ese sentimiento, cuando no está suficientemente desarrollado, nubla los pensamientos con frecuencia. Sin duda, esa inquietud socio-política tiene fecha de nacimiento; pero en un tiempo muy posterior al origen humano, cuando se inicia una maduración elemental, que –posiblemente- viene asociada a los primeros momentos de la vida y la asunción de ganar espacios progresivamente. Asumir la obligatoriedad de “dar la cara” es imprescindible para madurar.
Sin embargo, una vez asentados en el sentimiento nacionalista (que ya asume y abraza un amor por sus gentes, sus costumbres y tradiciones, por su tierra…) lo normal es que todo individuo tienda a argumentar sus deseos en derecho. Y en el caso canario es un paso fácil de confirmar, asentada la independencia como irrefutable en derecho internacional.
Más allá de todo eso, queda madurar en el actual funcionamiento social y cómo se debe actuar para lograr la autodeterminación e independencia de la nación canaria. Para el caso, no hay que irse a google a buscar ni volverse loco; tan solo con abrir los ojos y tocar nuestro entorno, entenderemos la figura del partido político y la necesidad social que éste significa. La coherencia y afrontar la realidad es imprescindible. Por eso no vale cualquier partido, nosotros necesitamos uno que presente una propuesta social, un proyecto de sociedad mejor que esta. Un partido que construya el futuro y que no se estanque en pasado o presente, sino que se alíe con el progreso y proponga una gestión honrada, transparente y participativa, y que mejore la actual oferta social.
Es bueno saber que hay gente trabajando en ello, aquí mismo, en Canarias. Independentistas que le están dando forma al socialismo canario del siglo XXI, con libertad, sin condicionamientos externos. Pero eso no es razón para acomodarse, sino al contrario, ahora hay que cerrar filas más que nunca y participar de ese trabajo. No hay nada más que esperar para que cada cual dé de sí cuánto pueda en la labor de construir el futuro que merecemos. Qué derecho tenemos…