La guerra del terror

La tercera guerra mundial podría titularse “la guerra del terrorismo”. Aquella carrera armamentística, descarada, que se trataba de darse propaganda de potencia bélica está quedando obsoleta. Ahora, los estados más pequeños han entrado en el tablero.

Estados Unidos (EEUU) a raíz de los atentados del 11S ha conseguido liderar una coalición cada vez mayor de estados. Éstos no muestran consciencia pública de dónde se están metiendo: pretenden que sus habitantes seamos ignorantes de las consecuencias que tienen los bombardeos de Afganistán, Irak, Malí, Siria… Las guerras, ahora, como siempre, no se consiguen sin dolor y muertos en todos los bandos. De forma que los estados, por pequeños que sean, se defenderán haciendo mella en las poblaciones civiles de las “grandes potencias”: en los corazones de la nación, sin necesidad de misiles trasatlánticos.

Los recientes atentados, o ataques, llevados a cabo contra el corazón de Francia costaron 129 vidas de civiles. Sigamos con los saldos de las guerras terroristas: “(En Siria) Al menos 52 civiles, entre ellos 7 niños, han perdido la vida en un bombardeo lanzado por aviones de la coalición internacional, (…) por error” según la agencia EFE a principios de mayo de este mismo año.

Hay que tener claro que Francia cerró 2014 con una población de 63.920.000 personas. Por lo tanto, 129 víctimas suponen un 0,000201% de su población. Y si Siria acabó 2014 con una población de 23.300.738 personas, y no consideramos la pérdida de población que ha supuesto la emigración de 2015, los 52 civiles muertos en mayo son un 0,000223%. Esos 52 civiles sirios equivales, en proporción, a 150 civiles franceses. Aquí hablamos de un solo bombardeo, cuando han sido muchos y además se incrementaron a partir de la masacre de París.

La gran diferencia es que en Siria todas las personas saben que están en guerra. La sufren diariamente. Pero en Francia, u otros países que se sumen a la coalición de EEUU, la ciudadanía es muy ignorante del alcance que pueda tener, para ellas mismas, que su país conforme un bando en estas guerras.

Todo esto viene a cuento de una encuesta televisiva que vi el otro día. En ella, los entrevistados, o la mayoría, se mostraban a favor de la intervención militar española en Siria. Si llegase a ser así, ya no nos puede coger por sorpresa que el belicismo yihadista vuelva al estado del sur de Europa. Las cosas no son de otra manera.

 

Pedro M. González Cánovas