Engañaron a todos los españoles, incluido el gallego Feijóo, en la encerrona tendida por media Sexta y Tres, en el debate que le solicitaron, para que se enfrentase al otro candidato a la presidencia del gobierno español, Sánchez, presidente en funciones, y que fue televisado el 10 de julio de 2023.
Quedó al descubierto quién era quién de los cuatro. Dos de ellos los “moderadores”. Pero sobre todo quedó al descubierto quiénes imponían a los demás el arma más mezquina, innoble y rastrera de la condición humana: Cómo no dejar hablar a uno de los invitados para hablar… Era cortado con sonidos bucales que no expresaban nada, ni pretendían otra cosa más que el no dejar comunicar a los españoles tan sólo dos palabras seguidas. La maldad estaba allí servida.
Ante este circo mediático, el único en España que no se indignaba era el estoico Feijóo, pues quiso aludir, aún ingenuo, muy dificultado por aullidos, que “allí no era como en el Senado”. Donde Sánchez le impuso tiempo muy tasado en los debates con él, mientras él, Sánchez, podía emplear el tiempo que quisiera…
Ante la canallada de la inesperada encerrona, y otras, como la de añadirse los “moderadores” a la desigual pugna, tendenciosa, sectaria e insultante, asentando atrevidos juicios de valor sobre los candidatos, u omitiendo el tiempo real usado…, todos pensamos que se levantaría su víctima de la mesa y se fuera, tras no dejarle hablar, nadie. Pues era evidente: lo habían metido en los oscuros túneles de los peores dictadores, en las bocas que devoran hasta a su propia jauría. ¿Moderadores?
¿De quién se puede uno fiar después del debate “moderado” y dirigido por Media Sexta, Tres, Ah…, hasta enseñan a ordenar del revés las palabras citadas, que es como les representan mejor, mientras no dejan hablar. Ni opinar… ¿verdad?