Ya nos conoces. Llevamos años en la calle, reivindicando derechos, denunciando injusticias, proponiendo, organizando todo tipo de acciones. No hemos salido de la nada unas semanas antes de las elecciones para intentar ocupar un puestito al calor de una marca electoral potente de nuevo cuño.
Estuvimos protestando cuando llenar la nevera era un lujo, porque dos únicas franquicias de alimentación pactaban precios y se repartían el botín a nuestra costa. Convocamos manifestaciones, hicimos ruido, recogimos miles de firmas para derogar una ley de Comercio canaria hecha a medida de unos pocos.
Creamos espacios de crítica y debate en las redes. Difundimos las corruptelas más escandalosas, publicando fragmentos importantes del Caso Unión. Salimos con nuestros carteles todos lo viernes, llamando corruptos a los corruptos, mientras ayudábamos a preparar el 15M a nivel estatal, en cuyo manifiesto colaboramos.
Más manifestaciones, más gritos, más manos arriba, más “no hay pan para tanto chorizo”... hasta que nos dimos cuenta de que los gritos y las protestas no eran suficiente. A quienes eran objeto de nuestras consignas les entraba por una oreja y les salía por la otra. Había que entrar allí donde estaban los corruptos y desalojarlos a fuerza de votos. Había que ganar las instituciones.
Ganemos Lanzarote en Arrecife es la consecuencia lógica del 15M. Nosotros somos la consecuencia lógica de un sistema político que ha llegado a niveles de corrupción y podredumbre insostenibles, con daño colaterales que sufrimos todos, todos los días. No estamos aquí por gusto, ni por interés personal. Estamos porque nos sentimos obligados a hacer algo por cambiar las cosas.
Somos muchos, sin duda mayoría, quienes nos hemos dado cuenta de que los partidos políticos no pueden seguir funcionando como hasta ahora, sometidos a lógicas clientelares, opacas y autoritarias. Pero una cosa es ver el problema y otra cosa encontrarle la adecuada solución. Algunos piensan que simplemente poniendo caras jóvenes al frente de viejos proyectos todo está arreglado. Otros consideran que una marca nueva, por sí sola, obrará el milagro de la regeneración. Pero quienes llevamos años encarando este asunto, y hemos sondeado su profundidad, sabemos que para resolverlo hace falta mucho más.
El problema de la corrupción está compuesto en realidad por miles de microproblemas interconectados. Las redes tejidas durante décadas no se pueden desmadejar de la noche a la mañana. El clientelismo no es solo un problema, es una cultura. Una cultura que se puede cambiar, pero muy poco a poco y con medidas muy concretas aplicadas por individuos con firmes convicciones y que hayan demostrado no dejarse amedrentar por presiones ajenas ni propias.
Es una tarea titánica y un esfuerzo enorme el que se nos plantea, como sociedad, si de verdad queremos poner fin a la cultura del chanchullo, el enchufismo y las comisiones. Pero si nos decidimos, necesitamos poner al frente de los proyectos regeneradores a ciudadanos que tengan muy claro cual es el problema y estén mentalmente preparados para aplicar las soluciones que se requieren. En este sentido, lo que determina el valor de las personas no son sus palabras, ni las palabras que se dicen sobre ellas, ni la marca bajo la que se cobijan, sino su trayectoria y sus acciones. Y a nosotros, ya nos conoces.
Leticia Padilla, candidata de Ganemos Lanzarote en Arrecife a la alcaldía.